jueves, 5 de junio de 2014

Elecciones europeas:

UN TERREMOTO SACUDE EUROPA
LA UNIÓN EUROPEA, TOCADA;
EL BIPARTIDISMO HUNDIDO;
LA EXTREMA DERECHA CRECE;
PERO, A PESAR DE PODEMOS
LA CLASE TRABAJADORA SIGUE SIN EXPRESIÓN POLÍTICA
Las Elecciones al Parlamento Europeo celebradas durante 22-25 de mayo han sacudido el escenario político de la Unión Europea. No es sorprendente. Conforme la crisis económica está minando todas las instituciones políticas de la UE, los saltos bruscos se hacen cada vez más probables. Cuando se está en una situación estable, no hay diferencia entre las encuestas y los resultados electorales. Pero cuando se vive una situación fluida, lábil, cambiante, cuando todo lo que parece sólido se está carcomiendo por dentro, es habitual que los resultados electorales arrojen grandes sorpresas. Y así ha sido. Valls, el primer ministro francés, refiriéndose a su país pero en una expresión que puede fácilmente extenderse al conjunto de la Unión Europea, ha calificado el resultado como “un terremoto”.


Desde las primeras elecciones europeas en 1979 hay una serie de fenómenos que se han repetido. La desconfianza popular en la UE, su carácter burocrático y alejado del pueblo, ha tenido como resultado que la participación nunca llegó al 50%. Si a eso unimos que el sistema de circunscripciones electorales, única en casi todos los países menos Francia, Reino Unido, Bélgica, Italia y Polonia (en todos los casos sigue siendo más proporcional que en las respectivas legislativas) nos resulta que paradójicamente siempre fue más fácil para una fuerza pequeña obtener representación en el Parlamento Europeo que en los parlamentos nacionales. Si a eso añadimos el cabreo acumulado de los pueblos contra la política de austeridad impulsada por la Troika (UE, Banco Central Europeo, Fondo Monetario Internacional), resulta lógico que el voto de protesta se haya hecho sentir.
En la medida en que han participado, los pueblos han aprovechado para castigar a los gobiernos. Sólo en tres países, España, Alemania e Italia, el partido más votado ha sido el que está en el gobierno. En Gran Bretaña ha ganado las elecciones el UKIP, un partido que tiene muchos concejales pero ni un sólo parlamentario, un partido que surge por fuera del establishment tradicional. En Francia el partido más votado ha sido el Frente Nacional de Marine Le Pen. Y en España los dos partidos mayoritarios, PP y PSOE, apenas han sacado el 50 % de los votos entre los dos, con una pérdida de votos con respecto a las anteriores europeas de más de dos millones cada uno.

UN CASTIGO A LOS PILARES DE LA AUSTERIDAD QUE EQUIVALE A ABOFETEARSE A SÍ MISMO
Los pueblos de Europa han vivido un verdadero calvario desde que la crisis se desencadenó en 2008. El rescate bancario masivo con fondos públicos, que no sólo dejó en estado lamentable las cuentas públicas en todas partes sino que hirió profundamente al euro, junto a las políticas encaminadas a aumentar la explotación para mejorar la competitividad, han significado un ataque frontal e incesante contra todas las condiciones de vida y trabajo de la clase trabajadora.
Naturalmente, los eslabones débiles se rompen primero. Irlanda, Portugal, Grecia, fueron “rescatadas” por la Troika sometiéndose a terribles sacrificios para recuperar la capacidad de generar “confianza” en que harían honor a sus deudas. Hubo un préstamo europeo a España para terminar de rescatar los bancos. Pero esto no significa que haya una “Europa del Sur” (¿dónde está Irlanda), que sufra las “imposiciones” de la Europa del norte; ahí está la congelación salarial y el subempleo en Alemania para demostrarlo. Ni siquiera el problema se resume en el Euro: los mismos planes se aplican en el Reino Unido, que está fuera de la Unión Económica y Monetaria.
Es que lo que vivimos es la brutal ofensiva de la burguesía mundial, en la UE, dentro y fuera del área Euro, en EEUU, Canadá, Japón y también en todos los países dependientes, para aumentar la tasa de explotación. Porque vivimos la crisis más profunda del capitalismo en 80 años. Por eso los gobiernos pierden elecciones y los partidos de oposición que llegan al poder denunciando las medidas no tienen otra opción que continuarlas. Por eso uno no puede fiarse de la actual cháchara de los líderes de la UE, medio groggys por los resultados, los Rajoy, Cameron, Hollande, cuando hablan de cambiar la política para que sea menos “austera” y más “expansiva”. El capitalismo no tiene otra salida que seguir machacando, cualquiera que sea su envoltura política.
Sin embargo, es cierto que la campaña de exterminio contra las conquistas de la clase trabajadora se ha llevado a cabo bajo la bandera del Euro y de la UE. No es extraño que muchos europeos, la pequeña burguesía arruinada, el campesinado en el alero, temiendo el fin de las subvenciones, la clase media asalariada, empleada del estado, que ha visto sus ingresos minimizados, grandes sectores de la clase trabajadora manual, arrojados al paro salpicado con empleos precarios o a tiempo parcial en condiciones serviles, hayan identificado a la UE como la fuente de sus males. Y si son sectores incapaces de generalizar, de ver al capitalismo detrás de la UE, tampoco pueden evitar ver el enemigo en el pobre de al lado en lugar del rico de arriba: estas posiciones “euroescépticas” han ido de la mano con las posiciones racistas y antiinmigrantes.
Esto es lo que explica el ascenso de la extrema derecha euroescéptica en toda Europa.
Los dos componentes, rechazo a Europa en nombre del chovinismo nacionalista y el odio al inmigrante se fortalecen mutuamente aunque se encuentran en distintas proporciones. No sólo en el FN francés, el odio al inmigrante sobrepasó a la desconfianza en Bruselas durante la campaña del UKIP. De este modo, por cierto, el UKIP ha arrebatado todos los votantes al BNP, el partido que equivaldría allí al FN. Nigel Farage, líder del UKIP, ve como su posible aliado no a Marine Le Pen sino a Beppe Grillo de Italia.
De todos modos, esto no es general. Evidentemente, el ascenso de la extrema derecha en Hungría no se puede achacar al odio a los inmigrantes; allí odian a los judíos y a los gitanos, que llevan siglos en el país.
Sin embargo, es muy importante notar que este ascenso de la extrema derecha se da sobre un fondo de abstención masiva y en unas elecciones cuyo resultado no ven los pueblos como afectándoles directamente. Sería muy peligroso, totalmente impresionista, confundir un ascenso electoral de la extrema derecha con un ascenso del fascismo. En realidad el fascismo sólo está ascendiendo en un país, Grecia, y no por casualidad. Grecia es un país que se encamina a una situación prerrevolucionaria. Eso explica el triunfo electoral de Syriza, una candidatura reformista de izquierda, el hecho de que los nazis queden en tercer lugar y que la participación haya sido la más alta registrada hasta la fecha.
No se trata de minimizar el peligro que representa la extrema derecha. Si no es el fascismo, es el que le prepara el camino. Pero sí tener sentido de las proporciones. Hay que recordar que los principales culpables del ascenso electoral de la extrema derecha son los partidos socialdemócratas. Desde los años 1980´s, estos partidos han girado a la derecha, país tras país han aplicado con mayor ferocidad que la derecha conservadora todos los planes neoliberales, y de esa manera se han enajenado grandes sectores de su base obrera, creando bolsas de resentimiento que usa la extrema derecha.
Pero la izquierda radical tiene también una parte de culpa al haber sido incapaz de elaborar un discurso distinto para los sectores populares descontentos. Frente a la izquierda reformista que apoya la UE y hasta el euro, la izquierda radical en muchos casos ha articulado un discurso parecido al de la extrema derecha sobre la UE, sólo que defendiendo a los inmigrantes. Cuando la extrema derecha culpa de todo a la UE, en lugar del capitalismo, gran parte de la izquierda radical hace lo mismo. Si el capitalismo está fuera del alcance visual, no extraña que avance la extrema derecha. Ni el ascenso de Podemos.

PODEMOS: LA SORPRESA DEL DÍA
La gran sorpresa, se puede decir, el gran triunfador del día, no sólo en España sino con un impacto internacional, ha sido Podemos. Superando todas las espectativas, ha sacado cinco parlamentarios. En realidad, en España ha sido su irrupción la que ha provocado un terremoto, no la de la aquí inoperante extrema derecha.
Podemos ha conseguido casi millón y medio de votos, la cuarta fuerza política en votos. Aunque se ha quedado atrás (por poco) de Izquierda Plural (la coalición en la que se incluía IU), en muchas localidades la ha superado. Esto incluye lugares donde ni siquiera se han constituidos círculos Podemos.
¿Qué representa esta votación? Es evidente que Podemos ha sido capaz de recoger una gran parte del voto ligado al sentimiento del movimiento 15M. Las otras opciones que pretendían hacer lo mismo o no consiguieron montar candidaturas (Asamblea 14D) o se han estrellado (Partido X, MovimientoRED del juez Silva, Recortes cero, candidatura montada por la secta maoísta-españolista UCE, etc). También ha recogido parte del voto descontento con el giro derechista de IU (gobierno con PSOE en Andalucía, etc) pero este componente parece haber sido muy minoritario.
El triunfo de Podemos tiene que ver con que ha denunciado con palabras fuertes las medidas antiobreras y antipopulares, la tétrica situación que viven las masas, la corrupción y la altanería de los políticos del régimen... algo que nadie, incluyendo Izquierda Plural, ha hecho de este modo.
En un primer análisis, parecería que el carácter social de sus votantes ha sido el que cabía esperar: una sólida masa de jóvenes con títulos universitarios, la mayoría de los cuales votan por primera vez, y también sectores minoritarios de otras clases, incluyendo sectores de vanguardia de la clase trabajadora que la veían como la única candidatura con posibilidades que se presentaba, así como sectores obreros que hasta ahora votaron PSOE.
Este sector social que les ha apoyado ha estado en consonancia con la plataforma, programa y campaña que Podemos ha levantado. Una alternativa “ciudadana”, contra la “casta política”, pero en absoluto una alternativa de los trabajadores ni anticapitalista. Siempre han tenido cuidado de no parecer demasiado “izquierdistas”, “no acentuar el lado identitario” según su propio vocabulario.
Discurso tras discurso, Pablo Iglesias ha alertado contra que España (¡un país imperialista cárcel de pueblos cuyas multinacionales explotan a América Latina y el Magreb!) se podría convertir en una “colonia del norte de Europa”. Ha reivindicado el apoyo de policías y militares a su candidatura. Ha apelado en todo momento a “la gente”, nunca a la clase trabajadora. (en eso no se ha diferenciado de Izquierda Plural, que hablaba del “poder de la gente”). Ha levantado consignas que van en el sentido de aliviar la situación de las masas (salario mínimo, pensiones...) pero siempre aclarando que se conseguirían con más impuestos a los ricos, y si hay una expropiación, sería constitucional. Y esto es así porque el gobierno que plantea sería un gobierno “ni de izquierdas ni de derechas sino del sentido común”. Aunque ha planteado el derecho a decidir de Catalunya (Euskadi no existía en su campaña) no ha dicho una palabra sobre la Monarquía. En resumen, un programa que, tienen razón los que lo tildan así, es “populista” en el sentido de que intenta unir clases contradictorias bajo un liderazgo carismático, sin formas de partido sino de “movimiento”.
Las primeras medidas de Podemos van perfilando su fisonomía politica. Todo su planteamiento es electoralista. Se plantean las europeas como un trampolín para las elecciones generales. Ya han anunciado su voluntad de incorporarse al grupo de la Izquierda Europea (EL), que incluye a los partidos “comunistas” (reformistas) de Europa, incluyendo a Izquierda Plural (IU). Y van a votar a Tsipras, de Syriza, como presidente de la Comisión Europea. Votan a un candidato que explícitamente separa la política de austeridad de las instituciones europeas y defiende al euro. Es decir, que desde el principio se sitúan como una “oposición de su majestad” a la Unión Europea.
El sector más cavernícola de la derecha aulla contra los “chavistas”, “leninistas”, etc. El aparato de IU oscila entre la denuncia histérica o el intento de cooptación de Podemos. El sector stalinista-nostálgico del PCE por ejemplo, se dedica a especular con que Podemos es una quinta columna del PSOE y el grupo Atresmedia. Acusan a Jiménez Villarejo, diputado de Podemos, exfiscal contra la corrupción y relacionado con el PCE durante el franquismo, de no excluir al PSOE de sus posibles alianzas. ¡Esto denuncian los que gobiernan con el PSOE en Andalucía! Otros stalinistas le critican no haber defendido en tv a Maduro. Pablo Iglesias lo hizo por puro oportunismo electoral, pero en realidad lo criticable es que él y sus adláteres Monedero y Errejón son panegiristas de los gobiernos burgueses nacionalistas latinoamericanos como los de Maduro, Correa, Morales o Mújica.
Su triunfo, es cierto, ha creado enormes espectativas, ha devuelto la ilusión a muchísimas personas y ha situado en la discusión política cosas de las que hasta ayer no se podía hablar. La crisis que sacude al PSOE, que ya ha defenestrado a Rubalcaba no se entiende sólo por los malos resultados, los peores de su partido desde la legalización, si no hubiera sucedido el fenómeno Podemos.
El Ascenso de Podemos, como la triplicación de los votos de Izquierda Plural con respecto a las anteriores europeas, son dos manifestaciones del mismo fenómeno: la corriente de radicalización que va del 15M a Gamonal, de las Mareas Verdes y Blancas a la lucha de Panrico y Cocacola, corriente que se expresó el pasado 22M.
Y sin embargo, no estamos tan contentos. Porque Podemos, lo venimos diciendo desde el principio, no es un paso hacia sino un obstáculo para construir la alternativa obrera revolucionaria internacionalista que hace falta. Y sin embargo, es evidente que en la base, no sólo electoral sino militante, de Podemos, y de IU, están muchos de los elementos que forjarán esa alternativa en el futuro. Sólo que la condición para que puedan hacerlo es que, seguramente tras estrellarse intentando la autorreforma, acaben rompiendo con esas dos formaciones.

MAL RESULTADO PARA LA IZQUIERDA RADICAL Y REVOLUCIONARIA
Los resultados de la izquierda radical y anticapitalista en Europa han sido bastante malos, por decir poco.
En nuestras hojas nº 33-4 y 39-40 nos pronunciamos por una candidatura unitaria del trotskysmo para propagandizar la idea de la salida obrera y anticapitalista de la crisis. Por “trotskysmo” queríamos decir las organizaciones que defienden la independencia de clase y la revolución social; excluíamos al Secretariado Unificado (Izquierda Anticapitalista) y a los cliffistas (En Lucha). Dijimos que apoyábamos en general los planteamientos de Clase contra Clase en la carta que envió a CR. Lamentamos que no hubiera habido tal candidatura. Registramos que había dos candidaturas, la del POSI y la de Corriente Roja, entre las fuerzas a las que nos referíamos y nos pronunciamos por pedir el voto para “Movimiento Corriente Roja”.
Tenemos que admitir que la candidatura de CR es con seguridad la mejor lista presentada a las elecciones. En lugar de estar superpoblada de licenciados universitarios en paro, emigrados o quejándose de trabajar en categorías inferiores, como en la lista de Podemos, encontramos una lista llena de luchadores de la clase trabajadora, con muchos trabajadores manuales, representantes de luchas como Parques y Jardines de Madrid, Panrico, Paradores Nacionales, UPS Vallecas, etc.
Sin embargo, esto no ha servido para mejorar los resultados. CR ha tenido el triste honor de ser la candidatura menos votada de las 39 que se presentaban en España. Ha sacado apenas 5000 votos, un 0,03 % de los votos emitidos. La candidatura del POSI, cuyo nombre “Por la República, por la Ruptura con la Unión Europea” era en sí mismo un programa que facilitaba que la votase quien no la conociera, sacó el doble, 10.000 votos.
Ni nos sorprenden ni nos preocupan estos malos resultados. Ya dijimos que, paradójicamente, en una situación en que la profundidad de la crisis económica está resquebrajando todas las instituciones políticas, las ideas revolucionarias sufren un reflujo inédito. La misión de los revolucionarios no es inventar cualquier truco para llamar la atención, sino usar las elecciones para propagandizar un programa y unas ideas que la vanguardia no ha rechazado sino que en su inmensa mayoría nunca oyó. Por eso lo más importante cuando miramos la actuación de los revolucionarios no es si sacaron muchos votos sino si lo usaron para propagandizar una salida obrera y revolucionaria.
Desgraciadamente, el eje de las campañas de CR y el POSI, como el de NO2EU en el Reino Unido, ha sido denunciar a la UE como la culpable de todos los males. Esto parece bien, pero como se hace sin mencionar al capitalismo, y es lo que han hecho en los panfletos y videos de campaña, por más que lo digan en otro tipo de materiales, en la práctica. Implícitamente lo que estaban diciendo es que la salida era nacional, salir de la UE, volver a la moneda nacional, devaluar, etc. De hecho, no sólo el programa y la campaña de CR, sino también la declaración europea de su organización internacional, la LIT-CI, sólo habla de la UE sin mencionar al capitalismo. Por eso el centro de la campaña de CR y POSI ha sido “referéndum para salir de la UE”, “por la ruptura con la UE”. Mucha gente está de acuerdo con esto. Pero por eso han votado en toda Europa a los partidos euroescépticos. No hay que pensar que algo está en la mente de la gente si no se dice.
Conocemos la respuesta que nos darán. Que lo que decimos, denunciar al capitalismo como tal, es “propagadismo abstracto”. Pero ocultar al capitalismo tras la UE no sólo no ayuda a desarrollar la conciencia de clase, sino que es igual de “propagandista” si con ello se quiere decir alejado de las ideas y preocupaciones de las masas. A la vista están los resultados electorales: ni en España ni NO2EU en Gran Bretaña han llegado siquiera al 1 %. Aunque no ha conseguido diputados esta vez, y aunque le podemos poner otros problemas a su candidatura, Lutte Ouvrière de Francia, como se puede comprobar viendo sus videos de campaña (están todos subtitulados en francés), la han centrado en denunciar al capitalismo, el régimen de la propiedad privada y la búsqueda de beneficios, como el culpable, explicando que la UE no es la dueña sino el instrumento de los gobiernos capitalistas nacionales. Nadie ha hecho esto aquí.
Los resultados electorales de la izquierda radical han sido pobres por todas partes. En Francia ni NPA (Secretariado Unificado) ni LO han conseguido escaños, que sí consiguieron otras veces (el lambertismo llamó a la abstención). En Gran Bretaña la lista NO2EU, apoyada por sindicatos ferroviarios y del metro y también por el Socialist Party (England and Wales), SP(EW) (dirigido por Peter Taaffe) ha fracasado estrepitosamente. La nueva organización patrocinada por Ken Loach, Left Unity, no se ha presentado parece que por considerarlo prematuro. En Grecia, Antarsya, la coalición que incluye a gran parte de la izquierda revolucionaria, no ha conseguido sacar diputado. En Portugal el Bloco da Esquerda sí ha conseguido varios diputados, aunque con su política actual llamarlo “radical” es tener mucha imaginación.
Es decir, cuando estamos viviendo la segunda crisis más profunda en la historia del capitalismo, cuando en varios países europeos de los más importantes como Francia, Gran Bretaña, Grecia, incluso Portugal, el trotskysmo es la fuerza mayoritaria a la izquierda de los partidos comunistas, la profundidad de la crisis de la IVª Internacional ha reducido a la impotencia al conjunto del movimiento.
Uno de los mayores obstáculos para la reconstrucción de la IVª Internacional en Europa es el Secretariado Unificado que usurpa el nombre de “Cuarta Internacional”. Esta organización ha abandonado cualquier cosa que la vincule con su pasado, ya no son leninistas, ya no luchan por la dictadura del proletariado, ya no quieren un partido mundial de la revolución social. Lo que plantean es formar amplios “partidos anticapitalistas”, “sin delimitación programática” con los reformistas. ¿Qué ha significado esto en cada país? Que en Portugal están a la cabeza del Bloco, que pasó de representar la emergencia de una izquierda radical a convertirse en un posible aliado del Partido Socialista. Que en España han sido los pegacarteles y montacírculos de Podemos. Que en Grecia su sección oficial hace de “oposición de su majestad” en Syriza. Que en Alemania hacen campaña por los viejos stalinistas de Alemania del Este. Que en Italia embellecen el cadáver de Refundazione Comunista. Que en Gran Bretaña son payasos de segunda en el circo de Ken Loach. En Francia ya no son ni Liga ni Comunista ni Revolucionaria, son un Nuevo Partido Anticapitalista que a estas alturas, después de varias oleadas de deserciones por la derecha hacia el Front de la Gauche, ya se ha quedado viejo. Sólo reseñar que la OKDE-Spartacos de Grecia, que pertenece a Antarsya, sigue actuando de “oposición marxista revolucionaria” dentro del Secretariado Unificado, no sabemos si porque alimentan la ilusión de que se puede cambiar algo, o porque no tienen dónde ir.
Pero si el Secretariado Unificado es el más grande obstáculo para la reconstrucción de la IVª Internacional, es evidente que varias de las otras corrientes que se reivindican del trotskysmo no representan una verdadera alternativa. Los cliffistas (SWP en Reino Unido, En Lucha en España), sacudidos por la denuncia de uno de sus dirigentes como violador, están en una crisis profunda (en cualquier caso, en España están enterrados en Podemos). El Comité por una Internacional de los Trabajadores del SP (EW) ha fracasado estrepitosamente. La “Cuarta Internacional” reproclamada de los lambertistas, que se ha presentado donde no es casi nada, España y Portugal, y no se ha presentado donde es algo, Francia, sigue con su programa democratista.
Sabemos que muchos de nuestros lectores considerán estas consideraciones como de nulo interés. Hay movilizaciones, nuevas organizaciones, nuevos fenómenos políticos de masas, a quién le importan los problemas de organizaciones revolucionarias insignificantes.
Pero si no estamos pensando en términos electoralistas, si tenemos clara la perspectiva de la profundización de la crisis histórica del capitalismo, si lo que nos estamos planteando es la cercanía histórica de las grandes pruebas para su superación, entonces estos problemas adquieren la actualidad más candente. Porque, cuando todo ha cambiado, hay algo que sigue siendo tan verdad como cuando se escribió el “Programa de Transición” en 1938: que la crisis de la humanidad puede resumirse en la crisis de dirección revolucionaria. La alternativa que se plantea es “socialismo o barbarie”. Está claro que ninguna variedad de socialdemócratas o stalinistas “reciclados”, exguerrilleros, anarcosindicaleros o “ciudadanistas” plantean ninguna vía al socialismo. La gran tarea sigue siendo reconstruir la IVª Internacional como partido mundial de la revolución social.
Grupo de Comunistas Internacionalistas.
4 de Junio 2014

5 comentarios:

  1. Salud compañeros, he leido detenidamente vuestros análisis y son muy acertados. Construir una nueva sociedad socialista desde bases distintas y esto no se ha discutido en estas elecciones. No hay todavía un mensaje de ruptura contra el capitalismo, y desde luego las críticas a la UE, al Euro o a los borbones no tienen esta dimensión. Mi bandera sigue siendo la roja (y si me apuras la roja y negra), pero nunca la tricolor.

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  2. Y qué es lo que os separa de la LIT (además de que centren sus ataques contra la UE sin senhalar, como decís, sin denunciar al capitalismo como tal)? Podréis responder que eso precisamente...Pues vengan ustedes a discutir, ya que necesitamos de gente como ustedes.

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  3. Lamentablemente CR (LIT-CI) ha desaprovechado una oportunidad de oro para formar una alternativa obrera independiente y revolucionaria a las elecciones europeas.

    En sus declaraciones se plantea que su candidatura ( la de CR) será la de las luchas de los trabajadores, estudiantes corralas, etc. Sin embargo no llevó esta propuesta a esos sectores en lucha, a sus organizaciones. No hizo un llamado a debatir e integrar a estos sectores en un frente electoral que realmente los expresara y que debatiera el programa y eligiera sus candidatos Es decir que CR no sigue los métodos de la clase obrera en lucha que buscar la unidad de la clase por encima de algunas diferencias. La propuesta de CR es autorreferencial: nosotros somos la alternativa, nosotros somos la izquierda de clase. No abre debate, al que le gusta el paquete bien y sino fuera.

    Lejos de esto alimentó ilusiones en Podemos y en representantes de la izquierda reformista (Gordillo y Cañamero) y llamando a “el gobierno andaluz que rompa con la política de Rajoy y llame a la movilización…”.
    CR muestra una debilidad congénita frente a la izquierda reformista que es lo que le lleva a este sectarismo autorreferencial.

    La corriente Clase contra Clase, Fracción Trotskista-Cuarta Internacional (ojo no pertenezco ni acuerdo con muchas de sus posiciones) les hizo un llamado público a formar un frente con los puntos que acuerdan siguiendo el ejemplo del Frente de Izquierda y de los Trabajadores de Argentina donde participan ambas organizaciones junto a otras, con gran repercusión electoral, en las luchas y en la recuperación de sindicatos burocratizados.
    CR ni contestó.
    Un acto de sectarismo y autoreferencialismo fenomenal.

    Raúl

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  5. LA UCE partido secta, que ha tenido contactos con la extrema derecha, afirma en SU REVISTA DEL MES DE JULIO, QUE EL FRENTE NACIONAL FRANCÉS, no és un partido de extrema derecha , si no un proyecto nacional.
    NO OS PARECE ESTA AFIRMACIÓN SOSPECHOSA, Y QUE NOS DEMUESTRA CLARAMENTE QUE LA UCE ES UN PARTIDO DE EXTREMA DERECHA, PARA CAPTAR GENTE QUE LUEGO SE IRÀ HACIA LA EXTREMA DERECHA?

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