UN
TERREMOTO SACUDE EUROPA
LA
UNIÓN EUROPEA, TOCADA;
EL
BIPARTIDISMO HUNDIDO;
LA
EXTREMA DERECHA CRECE;
PERO,
A PESAR DE PODEMOS
LA
CLASE TRABAJADORA SIGUE SIN EXPRESIÓN POLÍTICA
Las
Elecciones al Parlamento Europeo celebradas durante 22-25 de mayo han
sacudido el escenario político de la Unión Europea. No es
sorprendente. Conforme la crisis económica está minando todas las
instituciones políticas de la UE, los saltos bruscos se hacen cada
vez más probables. Cuando se está en una situación estable, no hay
diferencia entre las encuestas y los resultados electorales. Pero
cuando se vive una situación fluida, lábil, cambiante, cuando todo
lo que parece sólido se está carcomiendo por dentro, es habitual
que los resultados electorales arrojen grandes sorpresas. Y así ha
sido. Valls, el primer ministro francés, refiriéndose a su país
pero en una expresión que puede fácilmente extenderse al conjunto
de la Unión Europea, ha calificado el resultado como “un
terremoto”.
Desde
las primeras elecciones europeas en 1979 hay una serie de fenómenos
que se han repetido. La desconfianza popular en la UE, su carácter
burocrático y alejado del pueblo, ha tenido como resultado que la
participación nunca llegó al 50%.
Si a eso unimos que el sistema de circunscripciones electorales,
única en casi todos los países menos Francia, Reino Unido, Bélgica,
Italia y Polonia (en todos los casos sigue siendo más proporcional
que en las respectivas legislativas) nos resulta que paradójicamente
siempre
fue más fácil para una fuerza pequeña obtener representación en
el Parlamento Europeo
que en los parlamentos nacionales. Si a eso añadimos el cabreo
acumulado de los pueblos contra la política de austeridad impulsada
por la Troika
(UE, Banco Central Europeo, Fondo Monetario Internacional), resulta
lógico que el voto de protesta se haya hecho sentir.
En
la medida en que han participado, los pueblos han aprovechado para
castigar a los gobiernos. Sólo en tres países, España, Alemania e
Italia, el partido más votado ha sido el que está en el gobierno.
En Gran
Bretaña ha ganado las elecciones el UKIP,
un partido que tiene muchos concejales pero ni un sólo
parlamentario, un partido que surge por fuera del establishment
tradicional. En
Francia el partido más votado
ha sido
el Frente Nacional de Marine Le Pen.
Y en España los dos partidos mayoritarios, PP y PSOE, apenas han
sacado el 50 % de los votos entre los dos, con una pérdida de votos
con respecto a las anteriores europeas de más de dos millones cada
uno.
UN
CASTIGO A LOS PILARES DE LA AUSTERIDAD QUE EQUIVALE A ABOFETEARSE A
SÍ MISMO
Los
pueblos de Europa han vivido un verdadero calvario desde que la
crisis se desencadenó en 2008.
El rescate bancario masivo con fondos públicos, que no sólo dejó
en estado lamentable las cuentas públicas en todas partes sino que
hirió profundamente al euro, junto a las políticas encaminadas a
aumentar la explotación para mejorar la competitividad, han
significado un ataque
frontal e incesante contra todas las condiciones de vida y trabajo de
la clase trabajadora.
Naturalmente,
los eslabones débiles se rompen primero. Irlanda, Portugal, Grecia,
fueron “rescatadas” por la Troika sometiéndose a terribles
sacrificios para recuperar la capacidad de generar “confianza” en
que harían honor a sus deudas. Hubo un préstamo europeo a España
para terminar de rescatar los bancos. Pero esto no significa que haya
una “Europa del Sur” (¿dónde está Irlanda), que sufra las
“imposiciones” de la Europa del norte; ahí está la congelación
salarial y el subempleo en Alemania para demostrarlo. Ni siquiera el
problema se resume en el Euro: los mismos planes se aplican en el
Reino Unido, que está fuera de la Unión Económica y Monetaria.
Es
que lo que vivimos es la brutal ofensiva de la burguesía mundial, en
la UE, dentro y fuera del área Euro, en EEUU, Canadá, Japón y
también en todos los países dependientes, para aumentar la tasa de
explotación.
Porque vivimos la crisis más profunda del capitalismo en 80 años.
Por eso los gobiernos pierden elecciones y los partidos de oposición
que llegan al poder denunciando las medidas no tienen otra opción
que continuarlas. Por eso uno no puede fiarse de la actual cháchara
de los líderes de la UE, medio groggys por los resultados, los
Rajoy, Cameron, Hollande, cuando hablan de cambiar la política para
que sea menos “austera” y más “expansiva”. El
capitalismo no tiene otra salida que seguir machacando, cualquiera
que sea su envoltura política.
Sin
embargo, es cierto que la
campaña de exterminio contra las conquistas de la clase trabajadora
se ha llevado a cabo bajo la bandera del Euro y de la UE.
No es extraño que muchos europeos, la pequeña burguesía arruinada,
el campesinado en el alero, temiendo el fin de las subvenciones, la
clase media asalariada, empleada del estado, que ha visto sus
ingresos minimizados, grandes sectores de la clase trabajadora
manual, arrojados al paro salpicado con empleos precarios o a tiempo
parcial en condiciones serviles, hayan identificado
a la UE como la fuente de sus males.
Y si son sectores incapaces de generalizar, de ver al capitalismo
detrás de la UE, tampoco
pueden evitar ver el enemigo en el pobre de al lado en lugar del
rico de arriba: estas
posiciones “euroescépticas” han ido de la mano con las
posiciones racistas y antiinmigrantes.
Esto
es lo que explica el ascenso de la extrema derecha euroescéptica en
toda Europa.
Los
dos componentes, rechazo a Europa en nombre del chovinismo
nacionalista y el odio al inmigrante se fortalecen mutuamente
aunque se encuentran en distintas proporciones. No sólo en el FN
francés, el odio al inmigrante sobrepasó a la desconfianza en
Bruselas durante la campaña del UKIP. De este modo, por cierto, el
UKIP ha arrebatado todos los votantes al BNP, el partido que
equivaldría allí al FN. Nigel Farage, líder del UKIP, ve como su
posible aliado no a Marine Le Pen sino a Beppe Grillo de Italia.
De
todos modos, esto no es general. Evidentemente, el ascenso de la
extrema derecha en Hungría no se puede achacar al odio a los
inmigrantes; allí odian a los judíos y a los gitanos, que llevan
siglos en el país.
Sin
embargo, es muy importante notar que este ascenso
de la extrema derecha se
da sobre un fondo
de abstención masiva
y en unas elecciones cuyo resultado no ven los pueblos como
afectándoles directamente. Sería muy peligroso, totalmente
impresionista, confundir
un ascenso electoral de la extrema derecha con un ascenso del
fascismo.
En realidad el fascismo sólo está ascendiendo en un país, Grecia,
y no por casualidad. Grecia es un país que se encamina a una
situación prerrevolucionaria. Eso explica el triunfo electoral de
Syriza, una candidatura reformista de izquierda, el hecho de que los
nazis queden en tercer lugar y que la participación haya sido la más
alta registrada hasta la fecha.
No
se trata de minimizar el peligro que representa la extrema derecha.
Si no es
el fascismo, es el que le prepara el camino.
Pero sí tener sentido de las proporciones. Hay que recordar que los
principales culpables del ascenso electoral de la extrema derecha son
los partidos socialdemócratas.
Desde los años 1980´s, estos partidos han girado a la derecha, país
tras país han aplicado con mayor ferocidad que la derecha
conservadora todos los planes neoliberales, y de esa manera se
han enajenado grandes sectores de su base obrera, creando bolsas de
resentimiento que usa la extrema derecha.
Pero
la
izquierda radical tiene también una parte de culpa al
haber sido incapaz de elaborar un discurso distinto para los sectores
populares descontentos.
Frente a la izquierda reformista que apoya la UE y hasta el euro, la
izquierda radical en muchos casos ha articulado un discurso parecido
al de la extrema derecha sobre la UE, sólo que defendiendo a los
inmigrantes. Cuando
la extrema derecha culpa de todo a la UE, en lugar del capitalismo,
gran parte de la izquierda radical hace lo mismo.
Si el capitalismo está fuera del alcance visual, no extraña que
avance la extrema derecha. Ni el ascenso de Podemos.
PODEMOS:
LA SORPRESA DEL DÍA
La
gran sorpresa, se puede decir, el gran triunfador del día, no sólo
en España sino con un impacto internacional, ha sido Podemos.
Superando todas las espectativas, ha sacado cinco parlamentarios. En
realidad, en
España ha sido su irrupción la que ha provocado un terremoto,
no la de la aquí inoperante extrema derecha.
Podemos
ha conseguido casi millón y medio de votos, la cuarta fuerza
política en votos. Aunque se ha quedado atrás (por poco) de
Izquierda Plural (la coalición en la que se incluía IU), en muchas
localidades la ha superado. Esto incluye lugares donde ni siquiera se
han constituidos círculos Podemos.
¿Qué
representa esta votación? Es evidente que Podemos
ha sido capaz de recoger una gran parte del voto ligado al
sentimiento del movimiento 15M.
Las otras opciones que pretendían hacer lo mismo o no consiguieron
montar candidaturas (Asamblea 14D) o se han estrellado (Partido X,
MovimientoRED del juez Silva, Recortes cero, candidatura montada por
la secta maoísta-españolista UCE, etc). También
ha recogido parte del voto descontento con el giro derechista de IU
(gobierno
con PSOE en Andalucía, etc) pero este componente parece haber sido
muy minoritario.
El
triunfo de Podemos tiene que ver con que ha denunciado con palabras
fuertes
las medidas antiobreras y antipopulares, la tétrica situación que
viven las masas, la corrupción y la altanería de los políticos del
régimen... algo
que nadie, incluyendo Izquierda Plural, ha hecho de
este modo.
En
un primer análisis, parecería que el
carácter social de sus votantes
ha sido el que cabía esperar: una
sólida masa de jóvenes con títulos universitarios, la mayoría de
los cuales votan por primera vez,
y también sectores minoritarios de otras clases, incluyendo
sectores de vanguardia de la clase trabajadora
que la veían como la única candidatura con posibilidades que se
presentaba, así como sectores
obreros que hasta ahora votaron PSOE.
Este
sector social que les ha apoyado ha estado en consonancia con la
plataforma, programa y campaña que Podemos
ha levantado. Una alternativa “ciudadana”, contra la “casta
política”, pero en absoluto una alternativa de los trabajadores ni
anticapitalista.
Siempre han tenido cuidado de no parecer demasiado “izquierdistas”,
“no acentuar el lado identitario” según su propio vocabulario.
Discurso
tras discurso, Pablo Iglesias ha alertado contra que España (¡un
país imperialista cárcel de pueblos
cuyas multinacionales explotan a América Latina y el Magreb!) se
podría convertir en una “colonia del norte de Europa”.
Ha reivindicado el apoyo de policías
y militares
a su candidatura. Ha
apelado en todo momento a “la gente”, nunca a la clase
trabajadora.
(en eso no se ha diferenciado de Izquierda Plural, que hablaba del
“poder de la gente”). Ha levantado consignas que van en el
sentido de aliviar la situación de las masas (salario mínimo,
pensiones...) pero siempre aclarando que se conseguirían con más
impuestos a los ricos, y si hay una expropiación, sería
constitucional. Y esto es así porque el
gobierno que plantea sería un gobierno “ni de izquierdas ni de
derechas sino del sentido común”.
Aunque ha planteado el
derecho a decidir de Catalunya
(Euskadi no existía en su campaña) no
ha dicho una palabra sobre la Monarquía.
En resumen, un programa que, tienen razón los que lo tildan así, es
“populista” en el sentido de que intenta unir clases
contradictorias bajo un liderazgo carismático, sin formas de partido
sino de “movimiento”.
Las
primeras medidas de Podemos van perfilando su fisonomía politica.
Todo su
planteamiento es electoralista.
Se plantean las europeas como un trampolín para las elecciones
generales. Ya han anunciado su voluntad de incorporarse al grupo de
la Izquierda Europea (EL), que incluye a los partidos “comunistas”
(reformistas) de Europa, incluyendo a Izquierda Plural (IU). Y van a
votar a Tsipras, de Syriza, como presidente de la Comisión Europea.
Votan a
un candidato que explícitamente separa la política de austeridad de
las instituciones europeas y defiende al euro. Es
decir, que desde el principio se sitúan como una “oposición de su
majestad” a la Unión Europea.
El
sector más cavernícola de la derecha aulla contra los “chavistas”,
“leninistas”, etc. El
aparato de IU oscila entre la denuncia histérica o el intento de
cooptación de Podemos.
El sector stalinista-nostálgico del PCE por ejemplo, se dedica a
especular con que Podemos es una quinta columna del PSOE y el grupo
Atresmedia. Acusan a Jiménez Villarejo, diputado de Podemos,
exfiscal contra la corrupción y relacionado con el PCE durante el
franquismo, de no excluir al PSOE de sus posibles alianzas. ¡Esto
denuncian los que gobiernan con el PSOE en Andalucía! Otros
stalinistas le critican no haber defendido en tv a Maduro. Pablo
Iglesias lo hizo por puro oportunismo electoral, pero en
realidad lo criticable es que él y
sus adláteres Monedero y Errejón
son panegiristas de los gobiernos burgueses nacionalistas
latinoamericanos
como los de Maduro, Correa, Morales o Mújica.
Su
triunfo, es cierto, ha creado enormes espectativas, ha devuelto la
ilusión a muchísimas personas y ha situado en la discusión
política cosas de las que hasta ayer no se podía hablar. La
crisis que sacude al PSOE, que ya ha defenestrado a Rubalcaba no se
entiende sólo por los malos resultados, los peores de su partido
desde la legalización, si no hubiera sucedido el fenómeno Podemos.
El
Ascenso de Podemos, como la triplicación de los votos de Izquierda
Plural con respecto a las anteriores europeas, son dos
manifestaciones del mismo fenómeno:
la corriente de radicalización que va del 15M a Gamonal, de las
Mareas Verdes y Blancas a la lucha de Panrico y Cocacola, corriente
que se expresó el pasado 22M.
Y
sin embargo, no estamos tan contentos. Porque Podemos,
lo venimos diciendo desde el principio, no
es un paso hacia sino un obstáculo para construir la alternativa
obrera revolucionaria internacionalista que hace falta.
Y sin embargo, es evidente que en la base, no sólo electoral sino
militante, de Podemos, y de IU, están muchos de los elementos que
forjarán esa alternativa en el futuro. Sólo que la
condición para que puedan hacerlo
es que, seguramente tras estrellarse intentando la autorreforma,
acaben
rompiendo con esas dos formaciones.
MAL
RESULTADO PARA LA IZQUIERDA RADICAL Y REVOLUCIONARIA
Los
resultados de la izquierda radical y anticapitalista en Europa han
sido bastante malos,
por decir poco.
En
nuestras hojas
nº 33-4
y 39-40
nos pronunciamos por una
candidatura unitaria del trotskysmo para propagandizar la idea de la
salida obrera y anticapitalista de la crisis.
Por “trotskysmo” queríamos decir las organizaciones que
defienden la independencia de clase y la revolución social;
excluíamos al Secretariado Unificado (Izquierda Anticapitalista) y a
los cliffistas (En Lucha). Dijimos que apoyábamos en general los
planteamientos de Clase contra Clase en la carta que envió a CR.
Lamentamos
que no hubiera habido tal candidatura.
Registramos que había dos candidaturas, la del POSI y la de
Corriente Roja, entre las fuerzas a las que nos referíamos y nos
pronunciamos por pedir
el voto para “Movimiento Corriente Roja”.
Tenemos
que admitir que la candidatura
de CR
es con seguridad la mejor lista presentada a las elecciones. En
lugar de estar superpoblada de licenciados universitarios en paro,
emigrados o quejándose de trabajar en categorías inferiores,
como en la lista de Podemos, encontramos una lista
llena de luchadores de la clase trabajadora, con
muchos trabajadores manuales, representantes de luchas como Parques y
Jardines de Madrid, Panrico, Paradores Nacionales, UPS Vallecas, etc.
Sin
embargo, esto
no ha servido para mejorar los resultados.
CR ha tenido el triste honor de ser la candidatura menos votada de
las 39 que se presentaban en España. Ha sacado apenas 5000 votos, un
0,03 % de los votos emitidos. La candidatura del POSI, cuyo nombre
“Por
la República, por la Ruptura con la Unión Europea”
era en sí mismo un programa que facilitaba que la votase quien no la
conociera, sacó el doble, 10.000 votos.
Ni
nos sorprenden ni nos preocupan estos malos resultados.
Ya dijimos que, paradójicamente, en una situación en que la
profundidad de la crisis económica está resquebrajando todas las
instituciones políticas, las ideas revolucionarias sufren un reflujo
inédito.
La misión de los revolucionarios no es inventar cualquier truco para
llamar la atención, sino usar
las elecciones para propagandizar un programa y unas ideas que la
vanguardia no ha rechazado sino que en su inmensa mayoría nunca oyó.
Por eso lo más importante cuando miramos la actuación de los
revolucionarios no es si sacaron muchos votos sino si lo usaron para
propagandizar una salida obrera y revolucionaria.
Desgraciadamente,
el eje de las campañas de CR y el POSI, como el de NO2EU en el Reino
Unido, ha sido denunciar a la UE como la culpable de todos los males.
Esto parece bien, pero como se hace sin mencionar al capitalismo, y
es lo que han hecho en los panfletos y videos de campaña, por más
que lo digan en otro tipo de materiales, en la práctica.
Implícitamente
lo que estaban diciendo es que la salida era nacional, salir de la
UE, volver a la moneda nacional, devaluar, etc.
De hecho, no sólo el programa y la campaña de CR, sino también la
declaración europea de su organización internacional, la LIT-CI,
sólo habla de la UE sin mencionar al capitalismo. Por
eso el centro de la campaña de CR y POSI ha sido “referéndum para
salir de la UE”, “por la ruptura con la UE”.
Mucha gente está de acuerdo con esto. Pero por eso han votado en
toda Europa a los partidos euroescépticos. No hay que pensar que
algo está en la mente de la gente si no se dice.
Conocemos
la respuesta que nos darán. Que lo que decimos, denunciar
al capitalismo como tal, es “propagadismo abstracto”.
Pero
ocultar al capitalismo tras la UE no sólo no ayuda a desarrollar la
conciencia de clase, sino que es igual de “propagandista” si
con ello se quiere decir alejado de las ideas y preocupaciones de las
masas. A la vista están los resultados electorales: ni
en España ni NO2EU en Gran Bretaña han llegado siquiera al 1 %.
Aunque no ha conseguido diputados esta vez, y aunque le podemos poner
otros problemas a su candidatura, Lutte Ouvrière de Francia, como se
puede comprobar viendo
sus videos de campaña
(están todos subtitulados en francés), la
han centrado en denunciar al capitalismo, el régimen de la propiedad
privada y la búsqueda de beneficios, como el culpable,
explicando que la UE no es la dueña sino el instrumento de los
gobiernos capitalistas nacionales. Nadie ha hecho esto aquí.
Los
resultados electorales de la izquierda radical han sido pobres por
todas partes. En
Francia ni NPA (Secretariado Unificado) ni LO han conseguido escaños,
que sí consiguieron otras veces (el lambertismo llamó a la
abstención). En Gran Bretaña la lista NO2EU, apoyada por sindicatos
ferroviarios y del metro y también por el Socialist Party (England
and Wales), SP(EW) (dirigido por Peter Taaffe) ha fracasado
estrepitosamente. La nueva organización patrocinada por Ken Loach,
Left Unity, no se ha presentado parece que por considerarlo
prematuro. En Grecia, Antarsya, la coalición que incluye a gran
parte de la izquierda revolucionaria, no ha conseguido sacar
diputado. En Portugal el Bloco da Esquerda sí ha conseguido varios
diputados, aunque con su política actual llamarlo “radical” es
tener mucha imaginación.
Es
decir, cuando estamos viviendo la segunda crisis más profunda en la
historia del capitalismo, cuando
en varios países europeos de los más importantes como Francia, Gran
Bretaña, Grecia, incluso Portugal, el trotskysmo es la fuerza
mayoritaria a la izquierda de los partidos comunistas, la
profundidad de la crisis de la IVª Internacional ha reducido a la
impotencia al conjunto del movimiento.
Uno
de los mayores obstáculos para la reconstrucción de la IVª
Internacional en Europa es el Secretariado Unificado que usurpa el
nombre de “Cuarta Internacional”. Esta
organización ha abandonado cualquier cosa que la vincule con su
pasado,
ya
no son leninistas, ya no luchan por la dictadura del proletariado, ya
no quieren un partido mundial de la revolución social.
Lo que plantean es formar amplios “partidos anticapitalistas”,
“sin delimitación programática” con los reformistas.
¿Qué ha significado esto en cada país? Que en Portugal están a la
cabeza del Bloco, que pasó de representar la emergencia de una
izquierda radical a convertirse en un posible aliado del Partido
Socialista. Que en España han sido los pegacarteles y montacírculos
de Podemos. Que en Grecia su sección oficial hace de “oposición
de su majestad” en Syriza. Que en Alemania hacen campaña por los
viejos stalinistas de Alemania del Este. Que en Italia embellecen el
cadáver de Refundazione Comunista. Que en Gran Bretaña son payasos
de segunda en el circo de Ken Loach. En Francia ya no son ni Liga ni
Comunista ni Revolucionaria, son un Nuevo Partido Anticapitalista que
a estas alturas, después de varias oleadas de deserciones por la
derecha hacia el Front de la Gauche, ya se ha quedado viejo. Sólo
reseñar que la OKDE-Spartacos de Grecia, que pertenece a Antarsya,
sigue actuando de “oposición marxista revolucionaria” dentro del
Secretariado Unificado, no sabemos si porque alimentan la ilusión de
que se puede cambiar algo, o porque no tienen dónde ir.
Pero
si
el Secretariado Unificado es el más grande obstáculo para la
reconstrucción de la IVª Internacional, es
evidente que varias
de las otras corrientes que se reivindican del trotskysmo no
representan una verdadera alternativa.
Los cliffistas (SWP en Reino Unido, En Lucha en España), sacudidos
por la denuncia de uno de sus dirigentes como violador, están en una
crisis profunda (en cualquier caso, en España están enterrados en
Podemos). El Comité por una Internacional de los Trabajadores del SP
(EW) ha fracasado estrepitosamente. La “Cuarta Internacional”
reproclamada de los lambertistas, que se ha presentado donde no es
casi nada, España y Portugal, y no se ha presentado donde es algo,
Francia, sigue con su programa democratista.
Sabemos
que muchos de nuestros lectores considerán estas consideraciones
como de nulo interés.
Hay movilizaciones, nuevas organizaciones, nuevos fenómenos
políticos de masas, a quién le importan los problemas de
organizaciones revolucionarias insignificantes.
Pero
si no estamos pensando en términos electoralistas, si tenemos clara
la perspectiva de la profundización de la crisis histórica del
capitalismo, si lo que nos estamos planteando es la cercanía
histórica de las grandes pruebas para su superación, entonces
estos problemas adquieren la actualidad más candente.
Porque, cuando todo ha cambiado, hay algo que sigue siendo tan verdad
como cuando se escribió el “Programa
de Transición”
en 1938: que
la crisis de la humanidad puede resumirse en la crisis de dirección
revolucionaria. La alternativa que se plantea es “socialismo o
barbarie”.
Está claro que ninguna variedad de socialdemócratas o stalinistas
“reciclados”, exguerrilleros, anarcosindicaleros o
“ciudadanistas” plantean ninguna vía al socialismo. La
gran tarea sigue siendo reconstruir la IVª Internacional como
partido mundial de la revolución social.
Grupo
de Comunistas Internacionalistas.
4
de Junio 2014
Salud compañeros, he leido detenidamente vuestros análisis y son muy acertados. Construir una nueva sociedad socialista desde bases distintas y esto no se ha discutido en estas elecciones. No hay todavía un mensaje de ruptura contra el capitalismo, y desde luego las críticas a la UE, al Euro o a los borbones no tienen esta dimensión. Mi bandera sigue siendo la roja (y si me apuras la roja y negra), pero nunca la tricolor.
ResponderEliminarY qué es lo que os separa de la LIT (además de que centren sus ataques contra la UE sin senhalar, como decís, sin denunciar al capitalismo como tal)? Podréis responder que eso precisamente...Pues vengan ustedes a discutir, ya que necesitamos de gente como ustedes.
ResponderEliminarLamentablemente CR (LIT-CI) ha desaprovechado una oportunidad de oro para formar una alternativa obrera independiente y revolucionaria a las elecciones europeas.
ResponderEliminarEn sus declaraciones se plantea que su candidatura ( la de CR) será la de las luchas de los trabajadores, estudiantes corralas, etc. Sin embargo no llevó esta propuesta a esos sectores en lucha, a sus organizaciones. No hizo un llamado a debatir e integrar a estos sectores en un frente electoral que realmente los expresara y que debatiera el programa y eligiera sus candidatos Es decir que CR no sigue los métodos de la clase obrera en lucha que buscar la unidad de la clase por encima de algunas diferencias. La propuesta de CR es autorreferencial: nosotros somos la alternativa, nosotros somos la izquierda de clase. No abre debate, al que le gusta el paquete bien y sino fuera.
Lejos de esto alimentó ilusiones en Podemos y en representantes de la izquierda reformista (Gordillo y Cañamero) y llamando a “el gobierno andaluz que rompa con la política de Rajoy y llame a la movilización…”.
CR muestra una debilidad congénita frente a la izquierda reformista que es lo que le lleva a este sectarismo autorreferencial.
La corriente Clase contra Clase, Fracción Trotskista-Cuarta Internacional (ojo no pertenezco ni acuerdo con muchas de sus posiciones) les hizo un llamado público a formar un frente con los puntos que acuerdan siguiendo el ejemplo del Frente de Izquierda y de los Trabajadores de Argentina donde participan ambas organizaciones junto a otras, con gran repercusión electoral, en las luchas y en la recuperación de sindicatos burocratizados.
CR ni contestó.
Un acto de sectarismo y autoreferencialismo fenomenal.
Raúl
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ResponderEliminarLA UCE partido secta, que ha tenido contactos con la extrema derecha, afirma en SU REVISTA DEL MES DE JULIO, QUE EL FRENTE NACIONAL FRANCÉS, no és un partido de extrema derecha , si no un proyecto nacional.
ResponderEliminarNO OS PARECE ESTA AFIRMACIÓN SOSPECHOSA, Y QUE NOS DEMUESTRA CLARAMENTE QUE LA UCE ES UN PARTIDO DE EXTREMA DERECHA, PARA CAPTAR GENTE QUE LUEGO SE IRÀ HACIA LA EXTREMA DERECHA?