MOVIMIENTO 15M:

INDIGNÉMONOS CONTRA EL CAPITALISMO

DESDE QUE COMENZÓ LA CRISIS, DESAPARECIÓ HASTA LA APARIENCIA DE"DEMOCRACIA"

En 2007 estalló la crisis mundial del capitalismo. El foso que había entre los pueblos y su representación política no ha hecho más que agrandarse. Todos los gobiernos de los países ricos occidentales se apresuraron a salvar al sistema financiero mediante una ingente inyección de dinero público, que alcanzó el 27 % del PIB de esta zona del mundo, la más rica. Este enorme dispendio es la causa directa de la debacle financiera que sufren casi todos los estados y que están intentando resolver por la vía de los recortes sociales. También es la causa de los "rescates" que sufren pueblos como el irlandés, el griego o el portugués.

En todas partes los gobiernos, elegidos entre partidos que compiten entre sí duramente, acaban aplicando las mismas políticas, precisamente no las más populares ni las de sus programas electorales, sino las que pide la patronal: recortes de salarios y servicios públicos, privatizaciones, más precariedad, más facilidad para el despido. No es específico de España. Los gobiernos conservadores, liberales y socialdemócratas están aplicando las mismas medidas en toda la Unión Europea.

EL "MOVIMIENTO 15M"

Esta situación ha dado lugar a una enorme insatisfacción en grandes sectores de la población. Todo el mundo ve que siempre hay dinero para salvar a los bancos, pero no lo hay para las necesidades sociales. Todo el mundo ve que las elecciones no sirven para conseguir un gobierno que cumpla con las aspiraciones del pueblo. Esta insatisfacción con esta "democracia" y con los canales de representación que tiene (los partidos políticos tradicionales) tenía que expresarse de alguna manera. Lo hizo de forma masiva el pasado 15 de mayo, con manifestaciones multitudinarias, que se han extendido en acampadas en las plazas de innumerables ciudades y pueblos, acampadas que se mantienen hasta el día de hoy.

La convocatoria partió de una "plataforma de individuos y grupos", nacida de las redes sociales, llamada "Democracia Real Ya", DRY, bajo la consigna: "No somos mercancía en manos de políticos y banqueros". Pero el movimiento social masivo de protesta, que ha eclipsado el resultado de las elecciones del 22M, se ha convertido en mucho más. Es lo que se conoce como "movimiento 15M" o "indignados". DRY siempre ha aclarado que apoya pero no convoca las acampadas, que funcionan mediante asambleas autónomas.

No obstante, DRY sigue siendo la columna vertebral del movimiento y sus dos documentos fundamentales, el "Manifiesto" y las "Propuestas", los textos más reconocidos que dan unidad al conjunto. Varias de las "ideas-fuerza" de DRY siguen siendo las de la totalidad del movimiento, como son la insistencia en las formas de movilización no violentas o el "apartidismo" que implica impedir la aparición de símbolos (banderas, pancartas...) de organizaciones políticas o sociales en las movilizaciones y acampadas.

¿UN MOVIMIENTO "DE TODA LA CIUDADANÍA", "DEL PUEBLO SIN PARTIDOS"?

Los portavoces de DRY y el movimiento 15M suelen hablar arrogándose la representación "del pueblo por encima de partidos". Es cierto que el movimiento es muy heterogéneo y recibe apoyo desde variadas capas sociales, pero la fuerza impulsora del movimiento, la que lo han detonado y que forma la columna vertebral de las acampadas, es un sector social muy determinado. Esto es un movimiento de protesta del sector de clase media profesional, de estudiantes universitarios o de posgrado, de personas con un título universitario, paradas o con empleo precario, que no ven salida a la situación, que se ven sin posibilidad de encontrar trabajo, o de encontrar un trabajo acorde con sus estudios, que ve que no va a tener pensión, que ve que el recorte de los servicios públicos, enseñanza, sanidad, significa para ellos perder posibilidades de empleo, etc. Este sector social, usuario hábil de las nuevas tecnologías de la información, ha sabido usarlas para organizarse y pasar a la acción contundente, impactando a grandes masas y cambiando la situación política. Muchos sectores de trabajadores, fijos, precarios, parados y jubilados, se han visto arrastrados al movimiento. Las acampadas se han erigido en núcleos de centralización del debate y la acción populares.

Esto ha sido enormemente positivo por dos razones. En primer lugar, ha introducido el debate político en sectores que hasta ahora eran ajenos. Muchísima gente está discutiendo ahora sobre los responsables de la crisis y cómo pararle los pies a los bancos, gente que hasta ahora ni pensaba en esto. En segundo lugar, ha impulsado movilizaciones, en primer lugar las acampadas, que han roto los cauces legales. Han resistido a los intentos de desalojo como el que hubo al principio en Madrid o el que se ha producido ahora en Barcelona, no han obedecido a la Junta Electoral Central que los declaró ilegales, y han vuelto a convertir la jornada de reflexión en un día de movilización, como el 13M.

Ahora bien, el carácter social del movimiento le impone límites claros. Aunque en el caos de las comisiones de las acampadas sea posible aprobar todo tipo de cosas, la legitimidad pública del movimiento se basa en su "espíritu", en sus ideas fuerza principales. Y éstas son que es un movimiento "ciudadano", "ni de izquierdas ni de derechas", "no violento", "apartidista y "antisindical". Es decir, directamente lo opuesto a un movimiento de la clase trabajadora. Es que el movimiento, como no podía ser de otra manera, refleja los intereses del sector social que le dio nacimiento.

LAS REIVINDICACIONES DEL MOVIMIENTO 15M Y LAS NECESIDADES DE LA LUCHA

DRY marca el tono de las reivindicaciones del movimiento 15M. Sus propuestas se pueden dividir en dos grandes bloques: las que son para democratizar el régimen y las que son para defender derechos sociales. En lo que se refiere a "regenerar la democracia", lo dominante es la idea de que la raíz del problema es la ley electoral: la falta de proporcionalidad o que las listas sean cerradas. Sin embargo, si miramos al resto de países llamados "democráticos" veremos todas las variantes posibles de leyes electorales y tipos de listas. Sin embargo siempre aparece el mismo problema. Los partidos de derechas cuando gobiernan lo hacen para la patronal. Los partidos llamados "de izquierdas" cuando llegan al gobierno, también gobiernan para la patronal. El problema no está ahí.

En cuanto a los "derechos sociales", se plantea su defensa incondicional, lo cual es absolutamente correcto. Pero no se dice de dónde saldrían los recursos para mantenerlos. No es casualidad que la palabra "empresarios" no exista en el vocabulario de los textos del movimiento. En ningún momento se lucha por la nacionalización sin indemnización bajo control obrero de la banca y las grandes empresas, que es la medida que sirve de punto de partida para resolver el problema.

El programa de DRY significa dar un ligero remozo democrático al régimen actual más la defensa de derechos sociales. Eso es muy pobre. En realidad, si la exigencia de "democracia real" es correcta, es porque aquí no hay democracia. Pero para que el régimen político en España pudiera ser considerado consecuentemente democrático, no basta con cambiar la ley electoral o perseguir a los corruptos. Democracia es república, autodeterminación de los pueblos, derogación de la Ley de Partidos, decisión popular de las guerras (vuelta de las tropas de Afganistán, alto a participar en la guerra civil en Libia), estado laico, papeles para todos. Si falta algo, no es democracia.

Pero hay más. Incluso en una democracia formal ideal la riqueza seguiría ejerciendo su influencia de modo igualmente seguro. La justicia seguiría siendo la justicia de los ricos, aunque los jueces fueran independientes y honrados. Los políticos seguirían legislando para la patronal, aunque fueran honrados y no tuvieran privilegios. Es que cortar salarios, despedir, aniquilar las pensiones y los servicios públicos, no son aberraciones, son la política lógica, absolutamente lógica, si se quiere que el capitalismo salga de la crisis y siga siendo capitalismo. Porque las crisis del capitalismo en última instancia no son más que crisis de rentabilidad del capital y no se resuelven más que aumentando esta rentabilidad, aumentando la tasa de explotación. Es por eso que es ilusorio pretender defender los servicios públicos o conseguir la estabilidad generalizada en el empleo manteniendo al capitalismo. Como es equivocarse o mentir si se habla de parar los recortes y no se pide la ruptura con la Unión Europea.

La verdadera democracia, el control por el pueblo de su propio destino, no se puede conseguir más que acabando con el sistema cuyo motor es la búsqueda de beneficios y sustituyéndolo por un sistema cuyo motor sea la satisfacción de las necesidades sociales. El manifiesto de DRY dice que hay que poner a las personas por encima del dinero. Pero no dice que para esto hay que acabar con la propiedad privada. Voces planteando esto se han escuchado en diversas acampadas.

POR LA UNIDAD DE LA CLASE TRABAJADORA Y LOS SECTORES POPULARES, POR LA RUPTURA CON LA CLASE MEDIA "APOLÍTICA", CONVOQUEMOS UNA JORNADA ESTATAL DE LUCHA CONTRA LOS PLANES

No hay forma de luchar de verdad porque el peso de la crisis caiga sobre los que lo han provocado que luchando para tirar este régimen, tirar al gobierno y tirar al Rey, y luchar contra el capitalismo, por el socialismo. Pero DRY y otros sectores aún más derechistas del movimiento reprimen cualquier mención de la república en las acampadas o movilizaciones y se aterran cuando oyen cosas como éstas. Están atareados en retomar el control del movimiento. El día 25 ya se anunció en la acampada de Sol la propuesta de unir a todo el movimiento alrededor de cuatro puntos. Esto se debió haber aprobado el viernes por la noche, pero al parecer, las concentraciones de protesta contra el desalojo de Barcelona han hecho que se deje para el domingo. Su intención es que este día se levanten los campamentos.

Desde luego, hay que levantarlos, si los campamentos continúan morirán de agotamiento. Pero, ¿Cuáles son esos cuatro puntos que se están proponiendo para nuclear todo el movimiento?

"1/ Reforma electoral encaminada a una democracia más representativa y de proporcionalidad real y con el objetivo adicional de desarrollar mecanismos efectivos de participación ciudadana. 2/ Lucha contra la corrupción mediante normas orientadas a una total transparencia política. 3/ Separación efectiva de los poderes públicos. 4/ Creación de mecanismos de control ciudadano para la exigencia efectiva de responsabilidad política."

¿Para esto tanta lucha y tanto esfuerzo? Esto lo firmaría UPyD. Si esto se aprobase, significa que todas las reivindicaciones sociales del movimiento se abandonarían, sólo permanecen las "exigencias" compatibles con el régimen. Exigencias que no resolverían nada, peor, sirven para hacer creer a la gente que sus problemas no derivan de la crisis del capitalismo sino de ciertos fallos del ordenamiento jurídico.

Por el contrario, la forma de avanzar en el movimiento es incorporarle las reivindicaciones fundamentales de la clase trabajadora: contra la reforma laboral, contra el empleo precario, no a la reforma de la negociación colectiva, fuera todos los recortes, contra la reforma de las pensiones. El movimiento 15M debería convocar una jornada estatal de lucha en este sentido. Las manifestaciones, las concentraciones, etc, son buenos medios de lucha, pero no hay forma de ahorrar la necesidad de ir hacia una nueva huelga general. Incluso el ejemplo griego nos muestra que no bastará con eso, que para parar los planes hará falta todo un proceso de lucha cada vez más radicalizada. Una lucha, por cierto, imposible sin los sindicatos a los que DRY y el movimiento tanto rechazan en bloque.

No se puede tener una tortilla sin romper los huevos. El movimiento comenzó como una protesta de un sector juvenil profesional. Si aumenta y se transforma en la protesta del conjunto de la clase trabajadora, un sector de los que estuvieron al principio -esos que dicen que no son "ni de derechas ni de izquierdas", esos que no quieren ni ver una organización obrera- se irán. El movimiento 15M cumplirá una misión progresista si detona un movimiento de clase. La izquierda tiene una enorme responsabilidad en ello. Hay que apoyar la profundización de la movilización, sin no embellecer a un movimiento anti partido y anti sindicato, es decir, anti organización obrera, que quiere acabar con el "bipartidismo" pero mantener al Rey y la "unidad de España", un movimiento que llama a la movilización ciudadana, pero la contrapone a las huelgas y movilizaciones de la clase trabajadora.

GCI-Sevilla, 29 de mayo de 2011

¡Por una jornada estatal de lucha, contra los recortes y las "reformas" antiobreras y antipopulares!