martes, 24 de mayo de 2011

ELECCIONES MUNICIPALES Y AUTONÓMICAS 22 M:

VICTORIA POR AVALANCHA DEL PP PERO... LO DE MENOS ES EL RESULTADO

LOS "INDIGNADOS" PATEAN EL TABLERO POLÍTICO

Estas elecciones tenían una función política bien definida. Se esperaba que fueran un estribo sobre el que el PP se apoyase en su vuelta al poder. Se convocaban en una situación política que venimos caracterizando repetidamente desde el GCI: Zapatero decidido a aplicar hasta el fin un plan de medidas antiobreras que no podían dejar de eliminar su base social, mientras el PP no decía una palabra para no descubrirse de antemano. Y poco a poco se llegaría al 2012, cuando el PSOE, con los "deberes hechos" entregaría el poder al PP. También decíamos que sólo la irrupción de la movilización de masas podría alterar este guión.
Las elecciones lo han cumplido con creces. El PP arrasa, extirpando el poder municipal y autonómico del PSOE. Gana casi todo lo que había en disputa, desde la Comunidad de Castilla la Mancha hasta el ayuntamiento de Sevilla. Los corruptos suben, Camps triunfa, Madrid es más feudo que nunca, vuelven en Baleares donde gobernaron en coalición con un partido que resultó una panda de delincuentes comunes.
El PP sube en votos, casi medio millón más que en las municipales de 2007. Pero la clave de lo sucedido es que el PSOE se hunde, pierde un 7 %, un millón y medio de votos con respecto a 2007. La subida de IU no cambia la pintura general.
La derrota se gestó hace un año. El 12 de mayo de 2010 Zapatero pasó bruscamente de "negar la crisis" a ir a degüello contra las clases populares. Pasó de las medidas expansivas del gasto (para favorecer a las constructoras), de afirmar que iba a mantener todas las conquistas sociales, en resumen, de confiar en la recuperación económica "espontánea", vía cierres masivos (que elevaron astronómicamente las cifras del paro) a lanzarse a un plan de recortes masivos. La presión de la Unión Europea, el FMI, los Estados Unidos, no sólo fue enorme, fue visible. Desde entonces Zapatero ha ido lanzando andanada tras andanada (los dos decretazos y el Acuerdo Social y Económico con los sindicatos contra las pensiones), y todos los tiros han ido a la cabeza de los mismos: los trabajadores, los parados, los jubilados, los sectores populares. Esos son los que le han retirado el apoyo.
No nos alegramos de la victoria del PP. No somos partidarios de "cuanto peor, mejor". Nuestro objetivo es la revolución proletaria. Y la experiencia histórica nos die que la revolución proletaria siempre se enfrenta al gobierno de los partidos oportunistas de la clase obrera. La revolución de octubre de 1917 en Rusia, la insurrección espartaquista de Berlín en 1919, la revolución proletaria desatada en España en 1936 para parar la insurrección fascista, todas se enfrentaron directamente al gobierno de los dirigentes reformistas de la clase obrera. Las revoluciones proletarias (a diferencia de las guerrilleras) van subiendo escalones, con la clase trabajadora aupando al poder a gobiernos cada vez más "izquierdistas" hasta llegar, si triunfan, a un gobierno realmente dispuesto a acabar con el capitalismo. La vuelta del PP al gobierno es un retroceso, ahora hay que tirarlo para luego tirar a los reformistas.
Pero sí nos alegramos de la debacle del PSOE. A pesar de los pesares, el PSOE sigue siendo el partido obrero mayoritaro, el más votado en los barrios obreros y por la clase obrera industrial. Hegemoniza la burocracia de los dos sindicatos mayoritarios por no hablar de organizaciones como las asociaciones de vecinos. Su crisis, que esperamos sea de descomposición, abriría posibilidades para que se vaya construyendo una alternativa real con audiencia en la clase trabajadora.
Y ahora qué? Zapatero lo ha dicho claro. No cambia de planes. No va adelantar las elecciones, pero no porque vaya a usar lo que queda de legislatura para intentar reparar su base electoral con alguna medida favorable a los trabajadores, sino porque su "sentido de la responsabilidad" y su "patriotismo" le exigen terminar de aplicar el plan para "sacar a España de la crisis", es decir, machacar aún más a la clase trabajadora. Algunos sectores del PP, los más impacientes por tocar poder, están pidiendo anticipadas. Pero no va a ser campaña del PP, ellos saben que va a caer como fruta madura.

El 15 de mayo da la vuelta a la situación
Los medios nos contaban que la "madre de todas las batallas" que se jugaba el 22 era entre Cospedal y Barreda.
Pero a las masas no le importa. Para las masas esta campaña electoral no pasará a la historia como la de la gran victoria del PP sino como la de la irrupción de un nuevo movimento social, a partir del 15 de mayo.
Ese día hasta 130.000 personas salieron a la calle en 60 ciudades, convocados por la plataforma "Democracia Real Ya" (DRY). Con su nuevo avatar de "movimiento 15M", las manifestaciones se han prolongado en acampadas en lugares simbólicos de ciudades en toda España, con el epicentro en la Plaza de Sol en Madrid. Estas acampadas están ya votando su continuidad. En todo el mundo ha habido un reflejo de este movimiento. Destacamos la concentración frente al consulado español en Tánger, donde los seguidores del 15M español se unieron a los del movimiento 20 de febrero de Marruecos.

"Democracia Real Ya"
¿Qué significa este movimiento, conocido por los medios como de los "indignados"? ¿De dónde salió, qué quiere, a dónde va?
Lo que desató el movimiento es el profundo malestar que las clases populares, especialmente los más jóvenes, sienten al recibir todos los golpes de la crisis. Cuando los obreros reciben un golpe mediante el cierre y el despido, el responsable parece el impersonal "mercado". Pero para los estudiantes que se licencian y se ven o en el paro o con trabajos precarios sin relación con sus estudios, que hacen números y se dan cuenta de que no van a tener pensión, el responsable de sus males es el gobierno, son los "políticos". Y resulta obvio que en toda Europa, los gobiernos socialdemócratas y conservadores se han mimetizado, aplicando exactamente las mismas medidas. Medidas que nunca plantearon en una campaña electoral, que no han salido de la voluntad del pueblo sino de los deseos de la gran patronal, las instrucciones de las instituciones europeas y los consejos de la prensa de los oligarcas, como "The Financial Times".
Esta alienación, este sentirse ajeno a los mecanismos de representación de esta "democracia" produce una insatisfacción que iba convirtiéndose en charco de petróleo esperando una chispa. DRY ha sido la chispa.
El modelo, el espejo en el que se miran los sectores que impulsan el movimiento, son las revoluciones árabes. Las acampadas en España tienen a la plaza Tahrir de Egipto como patrón: Sol se autodefine como una "ciudad -estado", bullen las comisiones, se cuida la limpieza y la relación con la policía, todo ello de una forma muy "egipcia".
Es que el núcleo que está detrás de la iniciativa es también muy parecido al "movimiento 6 de abril" de Egipto. También son estudiantes o licenciados universitarios en paro (y algunos, profesionales que sí tienen empleo). También se han organizado a partir de las redes sociales de Internet, y su discurso es similar, por una revolución "ética", "ciudadana", contra políticos que "han perdido el pulso de la calle". El método de lucha que han escogido, la acampada, es propio a este sector: los trabajadores con empleo no pueden acampar, tienen que trabajar al día siguiente.
Esto es una caracterización social y política, no una descalificación moral. Pensamos que ha sido una gran iniciativa y su efecto es profundamente progresista.
El programa que DRY ha levantado consiste por un lado de medidas democráticas y por otro de la defensa de derechos sociales. En lo que se refiere a las medidas democráticas, el énfasis está en la lucha contra la Ley electoral y el sistema de partidos, por más proporcionalidad, listas abiertas, contra el bipartidismo. Se trata de reivindicaciones ingenuas, ninguna de ellas cambiaría nada como se puede ver mirando los países europeos, que presentan una gran variedad en estos puntos pero cuyos gobiernos todos aplican los planes. Son tan inofensivas políticamente como las propuestas de abstención o voto en blanco. Las reivindicaciones democráticas que van a la línea de flotación del régimen (república, autodeterminación) ni se mencionan. Aunque el movimiento 15M no ha unido su voz a la jauría españolista, no ha salido en defensa de Bildu y contra la Ley de Partidos, la piedra de toque de un demócrata consecuente.
En cuanto a los "derechos sociales" se los trata así, como "derechos" ciudadanos. Se desvinculan de las reivindicaciones más específicamente obreras (salarios, jornada). El tono es siempre interclasista, con cierto reparo hacia los sindicatos. Si fuera por el programa y las reivindicaciones el movimiento no valdría para nada. Sin embargo ha suscitado una movilización que podría llegar mucho más lejos.

¿Es la #spanishrevolution como se llaman en Twitter?
Parece un poco difícil que la revolución vaya a tomar Sol como su punto de partida. En un régimen represivo previamente deslegitimado como el de Mubarak esto era posible. pero a diferencia de Egipto, esta movilización no ha tenido al régimen (ni a Zapatero ni menos aún al Rey) como su objetivo a batir. La acampada de Sol (y por extensión las demás) ha sobrevivido por el miedo del PSOE a alienarse aún más a su base social. Esa es la razón por la que no se han desalojado acampadas "ilegales" según la Junta Electoral Central. Por pura inercia, las acampadas, sentidas por sus participantes como una verdadera "desintoxicación", se mantienen y corren el riesgo de morir de consunción, como pasó con tantas ocupaciones universitarias. Lo más difícil en estos casos es tomar la decisión de acabar antes de que acabe sin decisión.
Lo amorfo y proteico del movimiento ha sido la garantía de su masividad. Pero también de su impotencia y su inefectividad. Un movimiento contra "los políticos", un movimiento contra "la corrupción", un movimiento simplemente porque haya "alternativas", sin señalar al sistema capitalista como culpable de los males que acicatean al pueblo para la movilización, un movimiento que se plantea mover a la "ciudanía" sin distinción de ideologias, en lugar de a la clase trabajadora contra la clase burguesa, puede morir de éxito. En 1992-3, en Italia, el movimiento de apoyo a la investigación judicial "manos limpias" (mani pulite) acabó realizando una especie de "revolución": la lucha contra la corrupción del sistema político, la "Tangentopoli", llevó a la disolución de la Democracia Cristiana, que fue el eje de todos los gobiernos italianos desde 1946. También el Partido Socialista Italiano fue disuelto y su líder, Craxi, murió en el exilio. Pero, ¿qué ha salido de aquí? El gobierno de Berlusconi, una caricatura degenerada de la Democracia Cristiana, apoyado por semifascistas y neofascistas. Y la desaparición del reformista Partido Comunista, unificado con partidos de derechas y convertido en Partido Democrático a la imagen de Obama.
Estamos lejos de que en España el terremoto político acabe destruyendo al PP y al PSOE, los instrumentos fundamentales con los que gobierna la burguesía. Pero aún si lo hiciera, por ejemplo con investigaciones judiciales que los desenmascaran como corruptos, si la clase trabajadora no ha ido levantando una alternativa propia, esto no resultaría más que en la sustitución del nombre de los aparatos con los que la burguesía domina al pueblo.

Se "rompió el hechizo"
Venimos diciendo que la clave para cambiar la situación es el comienzo de la movilización. Venimos diciendo que hasta ahora sólo hay luchas aisladas, que la gran posibilidad de unir las luchas, proporcionada por la huelga general del 29 de septiembre, fue echada a perder por la burocracia sindical. No podíamos imaginar por dónde iba a saltar la liebre. Pero tenía que saltar. La irrupción de la movilización popular está ante nuestros ojos.
La importancia del movimiento no se mide sólo por la cantidad de gente que ha sacado a la calle. Es que el movimiento 15M ha conseguido que la política sustituyera al fútbol en las conversaciones. Todo el mundo hablaba de lo mismo, de las acampadas, de que no nos escuchan, de que estamos hartos, de que no nos representan... La importancia de esto no se puede subestimar. No se ha desarrollado aún, ni es previsible a corto plazo una situación prerrevolucionaria. Pero decía Trotsky: "El rasgo característico más indiscutible de las revoluciones es la intervención directa de las masas en los acontecimientos históricos. En tiempos normales, el Estado, sea monárquico o democrático, está por encima de la nación; la historia corre a cargo de los especialistas de este oficio: los monarcas, los ministros, los burócratas, los parlamentarios, los periodistas. Pero en los momentos decisivos, cuando el orden establecido se hace insoportable para las masas, éstas rompen las barreras que las separan de la palestra política, derriban a sus representantes tradicionales y, con su intervención, crean un punto de partida para el nuevo régimen". Y también: "Las masas no van a la revolución con un plan preconcebido de la sociedad nueva, sino con un sentimiento claro de la imposibilidad de seguir soportando la sociedad vieja. Sólo el sector dirigente de cada clase tiene un programa político, programa que, sin embargo, necesita todavía ser sometido a la prueba de los acontecimientos y a la aprobación de las masas." ("Historia de la Revolución Rusa").

22 de mayo, nuestro aniversario
Por último, queremos mencionar que estas elecciones se han realizado el 22 de mayo, el día que se cumple un año desde la asamblea en Madrid en la que se fundó el Grupo de Comunistas Internacionalistas.
El GCI está formado por un puñado de revolucionarios que provenimos del disuelto PRT-IR. La tarea que nos planteamos, la de ser instrumento para avanzar en la construcción de un partido obrero comunista revolucionario internacionalista que sea la herramienta del proletariado para llegar al poder, es más actual que nunca. A lo largo de este año nos hemos centrado en poner los cimientos de esta tarea. Los cimientos no se ven, quedan enterrados, pero son sobre los que se apoya el edificio. Nuestro actual trabajo preparatorio es garantía de que avanzaremos en la tarea.
Grupo de Comunistas Internacionalistas
23 mayo 2011

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