jueves, 28 de octubre de 2010

REFLEXIONES EN TORNO A LA HUELGA DEL 29-S (y 2)

LA HUELGA COMO LECCIÓN DE SOCIOLOGÍA
Los marxistas explicamos que la sociedad capitalista está dividida básicamente en dos clases sociales: la clase burguesa, o capitalista, que posee capital, un monto de valor que crece mediante la apropiación de trabajo no pagado, y la clase trabajadora, proletaria, que no posee más que su capacidad de trabajar, que alquila por un salario a la clase capitalista, permitiendo a éste apropiarse de un beneficio.
Dentro de la clase trabajadora en sentido amplio, podemos distinguir distintos sectores. Están los trabajadores productivos para el capital total, cuyo trabajo no pagado es la fuente del beneficio de todo capital. Son los trabajadores de la industria, la minería, la construcción, el transporte de mercancías, y muchos sectores que se llaman "de servicios" como los de agua, gas, electricidad, etc. Están los trabajadores que no crean valor nuevo pero permiten apropiarse de un beneficio a quien los contrata, como son los empleados de comercio o de banca. Son trabajadores productivos para el capital que los emplea pero improductivos para el capital total. Están los trabajadores totalmente improductivos, que viven del sobreproducto social, proporcionando servicios útiles: docentes, sanidad, administración. Por último están los trabajadores que no han conseguido alquilar su fuerza de trabajo, los parados. Todos ellos forman parte de la clase trabajadora, pero hemos ido desde el núcleo duro de la clase hasta los sectores más periféricos. Siempre teniendo en cuenta que bajo el capitalismo, "productivo" quiere decir productor de beneficios no útil. El trabajo de un médico de la Seguridad Social es improductivo pero útil, el trabajo de un obrero de la cadena donde se fabrican armas es productivo, pero su trabajo es dañino.
La sociedad no se acaba aquí. Hay sectores sociales ligados a los explotadores, cuyos ingresos adoptan forma salarial, pero no forman parte de la clase trabajadora: desde la dirección de las empresas hasta las fuerzas represivas del Estado, la Iglesia, etc, como instrumentos de los explotadores. También existe la pequeña burguesía, campesinos, artesanos, que forman parte de lo que se llama "autónomos", aunque una parte considerable de ellos (los "dependientes") económicamente son trabajadores de una empresa a los que les hacen contrato mercantil porque así salen más baratos. También hay desde luego lúmpenes, jubilados, amas de casa, etc, muchas otras categorías posibles hasta completar el conjunto de la sociedad.
Todo el funcionamiento del sistema capitalista se basa en la búsqueda de beneficio por parte del capital, beneficio extraído del trabajo no pagado de los proletarios. Los demás son sólo "terceras personas", que viven de rentas derivadas de las de las dos grandes clases sociales, que pueden ponerse de parte de uno o del otro, pero no tienen ningún papel independiente.
La crisis mundial que estalló en 2007-8 es una crisis del capitalismo, más que una crisis capitalista. Expresa la necesidad del capital de recuperar la tasa y la masa del beneficio. Ésto sólo se puede hacer, en las condiciones dadas, mediante un aumento casi astronómico de la tasa de explotación. Las medidas que todos los gobiernos del mundo están aplicando, bajo la inspiración de organismos como la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional, no tienen otro objetivo.
Todo el beneficio de todo capital en esta sociedad proviene de trabajo no pagado de los trabajadores productivos. Aumentar el beneficio requiere no sólo recortar los gastos improductivos (todas las formas en las que se consume este plusvalor sin obtener más) sino sobre todo exprimir más plusvalía. Y da la casualidad que los que producen la plusvalía son los trabajadores de la industria, la minería, la construcción y el transporte de mercancías. Que son los que más han parado el 29-S, que son los que le han hecho daño a la patronal. No han parado masivamente porque allí haya "más poder sindical" (¿porqué allí precisamente?) sino porque son los sectores donde la explotación capitalista se vive directamente, donde cada uno ve por sí mismo que la base de todo es el enfrentamiento obrero-patrono. Mientras que han parado menos los sectores socialmente más periféricos, desde donde esta contradicción básica de la sociedad no se percibe con claridad.
Los periodistas idiotas, de derechas y de "izquierdas" se preguntan desde sus columnas si no está obsoleto el modelo sindical para los "nuevos sectores". Como si fuera un asunto técnico, una cuestión de "modelos" la falta de representación sindical en las pequeñas empresas. En realidad se trata de simple chantaje, con un tercio de los asalariados con empleo precario, y con una reforma laboral que ya se está aplicando y que en la práctica convierte en fácil y barato despedir a cualquier fijo, los trabajadores de las pequeñas empresas, que no cuentan ni con la fuerza del número, están indefensos ante el patrón. Aquí está la causa de que no se sumaran masivamente a una huelga que, por sus reivindicaciones, les afectaba tanto o más que a los de las grandes empresas.
Este análisis no es una justificación. La clase trabajadora necesita la unidad de todos sus componentes para hacer valer su peso y conseguir sus reivindicaciones. La política revolucionaria correcta es aquella que tienda a unir los sectores hoy separados, tras un programa de lucha, no la que sirva para autocontentarse con el sector movilizado y dar por perdido al resto. Pero sí es una explicación del desigual comportamiento de distintos sectores de trabajadores ante la huelga.

LOS SINDICATOS Y LA HUELGA GENERAL
La situación ha demostrado bien a las claras la necesidad de los sindicatos. Las teorías "izquierdistas" sobre que los sindicatos no sirven para nada usan los mismos argumentos liberales que de "El Mundo" o "Intereconomía". El estado de ánimo antisindical que está creciendo en determinados sectores no tiene absolutamente nada de progresista ni de "antiburocrático".
Otra discusión que debería ha quedado zanjada, es la de qué sindicatos agrupan a la mayoría de la clase trabajadora, qué sindicatos son capaces de organizar una respuesta general de la clase. CGT, el sindicato "alternativo" mayor con diferencia, lleva dos años haciendo una campaña sobre el tema "hace falta una huelga general". Pero la huelga general sólo se ha materializado cuando CCOO y UGT lo han querido. Esto no se debe a la "cobardía", a la falta de "audacia" de CGT, como dicen los sectores más alucinados. No, se debe a un hecho objetivo. Entre CCOO y UGT por un lado y la CGT por el otro sigue habiendo un escalón enorme (y para qué vamos a hablar del resto del "sindicalismo alternativo"). CGT es un sindicato con importante presencia en la vanguardia, pero sigue siendo muy minoritario. Lo único que podía hacer si quería constituirse en un elemento de progreso y no de atraso era impulsar la huelga con fuerza, en la perspectiva de desbordar a CCOO y UGT. Es lo que ha hecho, y merece ser elogiada por ello. Pero el resultado es magro porque lejos de desbordarse, lo que por poco no pasa es que la huelga no llega. Si la huelga es minoritaria, el único "desborde" posible sería el de sectores de vanguardia que se lancen a lo loco, a acciones minoritarias que no harían más que aislarlos.
CCOO y UGT han tenido el protagonismo de la huelga, lógicamente, porque ellos la convocaron y además son abrumadoramente mayoritarios. Los sindicatos de izquierdas que han cumplido con su deber, CGT, Co.Bas, CNT, han sido muy visibles para la vanguardia, y en distintos casos y localidades particulares, han tenido una actuación vital. No se puede decir lo mismo de los los sindicatos "alternativos" autoproclamativos que se negaron a secundar la huelga. Y algunos vuelven a la carga, en distintos foros (por ejemplo, en la Coordinadora Sindical de Madrid) están planteando que el próximo paso ¡es la convocatoria de una nueva huelga general por el sindicalismo alternativo! Siguen creyendo que el descrédito de CCOO y UGT es hacia la burocracia y no hacia los mismos sindicatos, siguen confundiendo un fenómeno derechista, reaccionario con un fenómeno progresista. Y lo hacen porque ellos mismos son un fenómeno reaccionario, representan a un sector de la vanguardia obrera que abandona la tarea de arrebatar los sindicatos a la burocracia sindical mediante la creación de sus propios sindicatitos que no son alternativa a la clase..
La llamada "mayoría sindical vasca", ELA-STV y LAB, tuvo una actitud despreciable. Ellos dicen que "ya hicieron los deberes", ya hicieron una huelga general en Euskadi, así que no tienen porqué seguir el calendario estatal. No hay mejor prueba de que todo sindicato nacionalista acaba traicionando a la clase trabajadora. Esta huelga era, centralmente, para echar atrás la nueva reforma laboral. Ésta es una ley del parlamento español, que por lo tanto también se aplicará en Euskadi, sin que esto tenga ninguna relación con si Euskadi es España u otra nación. Por lo tanto todo el que no hiciera huelga el día 29 fortalecía al gobierno Zapatero en su intención de mantener la reforma tal como fue aprobada por el Parlamento. Por lo tanto, ELA-STV y LAB ayudaron el día 29 al gobierno a aplicar la reforma laboral. ¡No hay manera de escaparse de este hecho obvio! En realidad, su preocupación no es por los intereses de los trabajadores, sino por crear un polo nacional vasco frente al polo "español". Hicieron huelga general el para protestar contra el lendakari españolista Patxi López, al que UGT y CCOO apoyan. En comparación, la posición de otros sindicatos nacionalistas como CIG en Galiza y SAT-SOC en Andalucía fue más digna. Desde sus propias posiciones y sin plegarse a UGT y CCOO impulsaron la huelga con todas las fuerzas de que disponían.
Tomando estos análisis como punto de partida, podemos decir que toda corriente que se plantee la tarea de desarrollar una tendencia de lucha de clases en los sindicatos debe tomar nota de los miles y miles de trabajadores, miembros de los comités, secciones sindicales, juntas de personal y delegados de personal, pero también simples afiliados de base, miembros de CCOO y UGT, que han participado en los piquetes, que no han dormido, que han derrochado entusiasmo en el impulso de la huelga, que han mostrado un instinto de clase que es la premisa para desarrollar la conciencia de clase, y que no pueden confundirse con su burocracia.. CCOO y UGT no son sólo, como dice la caricatura, cáscaras vacías, con burócratas podridos arriba y muchos afiliados que sólo pagan su cuota para que les salga más barato el abogado.
El futuro pertenece al sector de trabajadores de CCOO, de UGT, de CGT, de los sindicatos "alternativos", y no afiliados, que no durmieron la noche del 28 al 29, que se veían desde los mercas hasta las cocheras de autobuses, que han sido la columna vertebral de los piquetes.

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