lunes, 25 de octubre de 2010

REFLEXIONES EN TORNO A LA HUELGA DEL 29-S (1)

EL "PIQUETE MEDIÁTICO" CONTRA LAS HUELGAS
Lo más llamativo de esta huelga, convocada contra las medidas de un gobierno socialdemócrata, ha sido la ferocidad contra ella de los medios de comunicación de derechas. En general, hasta ahora, estos medios o hacían el muerto (en las huelgas generales contra Felipe González) o bien salieron en defensa de Aznar en 2002. En este caso, sin embargo, han salido en tromba para atacar no ya a esta huelga en concreto, sino a las huelgas en general, a los sindicatos en general y a los métodos obreros (piquetes, etc... ) en general. Ha sido una ofensiva antiobrera en toda regla. Y es necesario decir que han tenido cierto éxito en influenciar a sectores atrasados de las clases populares. Veamos con qué argumentos.

El principal caballo de batalla de estos secuaces mediáticos de la patronal es el "derecho a trabajar". El supuesto implícito es que participar o no en la huelga es algo así como tomar partido por una teoría científica u otra, por un estilo literario u otro, o como votar en las elecciones por un partido u otro, tras un educado debate basado en razones y argumentos a favor y en contra de cada posición. Una elección que depende de la libre voluntad.

Esto es vivir en un mundo de fantasía. En el mundo real, los ciudadanos tienen derechos iguales, mientras están en la arena pública. Pero en cuanto entran en el trabajo, dejan de ser "ciudadanos", se acabó la igualdad. El trabajador está en una situación estructuralmente en desventaja frente al patrón. No es ni necesario, aunque por si acaso lo han hecho masivamente, que el empresario amenace directamente al trabajador. Tiene mil formas de hacerlo más sutilmente, puesto que tiene la sartén por el mango, y no estamos hablando solamente de los casos en que el trabajador tenga un contrato precario. Ocurre lo mismo con los "fijos", porque hoy en día no hay tales, el despido es libre sólo que no gratuito, salvo para los funcionarios, y su precio disminuye con esta reforma laboral. Precisamente esta desigualdad estructural es la razón de ser de los sindicatos, que surgieron para oponer la fuerza organizada del número al poder del patrón basado en su derecho de propiedad.
Por otro lado, es ridículo contraponer el "derecho a trabajar" individual y el "derecho a la huelga" que es un instrumento colectivo de la clase trabajadora. El "derecho a trabajar" durante una huelga es el derecho al esquirolaje. No es una manifestación de la libre individualidad, sino un instrumento de guerra contra los huelgistas y a favor de los patronos. Cada persona que "ejerció su derecho a trabajar" el 29 de septiembre fue una persona que se puso del lado del gobierno, la patronal, la banca, contra los trabajadores (contra sí misma), para facilitarles no sólo la aplicación de la actual medida reaccionaria, sino también de las venideras. Decir que tenían el derecho a hacer algo contra sus compañeros y contra sí mismos parece ridículo, especialmente si se dice para argumentar que los demás trabajadores, los que están luchando por sus derechos contra un enemigo mucho más poderoso y que tiene a su lado al aparato del estado, los medios de comunicación, la policía, los jueces, etc, deberían respetar esta manifestación de su "libre voluntad". Una huelga es una guerra en miniatura, una manifestación visible de que el sistema capitalista se basa en una contraposición radical de intereses, y por eso, en todos los países del mundo y en todas las épocas, con toda clase de sindicatos, desde los más derechistas hasta los abiertamente revolucionarios, cuando hay una huelga hay piquetes, y la prensa cuenta la misma historia sobre los "derechos individuales" y levanta la misma denuncia contra la "brutalidad" de los huelguistas.

Los burócratas sindicales de CCOO y UGT no paran de decir que la huelga es "un derecho constitucional" como forma de justificarla. Esta insistencia de los burócratas en la "constitucionalidad" del derecho a huelga es otra de las formas con las que envenenan la consciencia de los trabajadores. La huelga no es un derecho, es un arma, una forma de lucha que tienen los trabajadores. En todos los países donde hay capitalistas y trabajadores asalariados hay huelgas (no las había durante la esclavitud o la servidumbre) y da igual si era "derecho constitucional" o no. En la mayoría de los países europeos la huelga no se legalizó hasta finales del siglo XIX o principios del XX, en España estaban prohibidas bajo Franco, pero seguía habiendo huelgas y éstas se extendían con piquetes. La legitimidad de la huelga no descansa en si la clase dominante se ha visto obligada a reconocerla en el sistema legal, sino en que es la forma de lucha más eficaz para una clase que vive de alquilar su fuerza de trabajo a un patrón que la contrata porque obtiene sus beneficios del trabajo no pagado que le suministra.

No es casualidad que los medios ultrareaccionarios estén acoplando sistemáticamente el siguiente argumento a su defensa del "derecho a trabajar": una huelga es un intento de torcer por la fuerza el resultado de la voluntad popular, expresada en el Parlamento. Y si no nos gusta lo que se vota allí, lo que hay que exigir es elecciones anticipadas y votar por otros (esto sólo lo mencionan en el marco de esta discusión, porque el PP y todo el abanico de medios afines lo que quiere es que ZP agote la legislatura).

En realidad, la mayoría de los trabajadores, incluso los que no hicieron huelga, tienen un agudo sentido de lo acertado que estaba Marx cuando definió el sufragio universal como el derecho a "decidir una vez cada tres o seis años que miembros de la clase dominante van a representar y aplastar al pueblo en el Parlamento" (La guerra civil en Francia). 10 millones de ciudadanos votaron por Felipe González que decía "OTAN, de entrada no" pero resultó que "de salida tampoco". ¿Es que los votantes de Zapatero lo hicieron para que les aplicase un plan de ajuste? ¿No indicaban todas las encuestas que la abrumadora mayoría de la población estaba en contra de la participación en la invasión a Irak en 2003 mientras Aznar continuaba impertrérito? ¿No está el 70 % de los franceses, por lo tanto incluyendo a muchos de sus votantes, contra la reforma de la jubilación que impulsa Sarkozy en Francia y es que ese hecho le hace desistir de sus intenciones? Los partidos de "izquierdas" cuando llegan al poder aplican políticas de "derechas". Pero, ¿alguien ha visto alguna vez lo contrario, un partido de derechas que cuando llega al poder cambia su programa y se pone a aplicar uno de izquierdas? En realidad, todo trabajador sabe, aunque no lo reconozca, que bajo el capitalismo, aunque haya votaciones, quien manda es la burguesía y que en este régimen, da igual al que votes, que hará una política al servicio de los patrones.
(Por cierto, aunque no se volvió socialista, sí hay un político de derechas que se hizo de "izquierdas" cuando llegó al poder: Mel Zelaya, de Honduras. Era un terrateniente de derechas, llega al gobierno, encuentra que no hay dinero, Venezuela le vende petróleo barato a cambio de que aplique medidas sociales para los más desfavorecidos, lo hace... y su propio partido le monta un golpe de estado, lo detiene y lo expulsa del país. Y los jueces dicen que es todo legal. Más claro agua.)

Entonces es lo contrario, la única forma de que las exigencias populares se apliquen es mediante la movilización extraparlamentaria, siendo la huelga general una de las más contundentes. Cuando Felipe González tuvo que abandonar el "Plan de Empleo Juvenil" tras la huelga del 14-D, cuando Aznar tuvo que dar marcha atrás con parte de su decretazo contra el subsido de desempleo tras el 20-J, tuvimos ejemplos de aplicación de la voluntad de las clases populares.

Pero, ¿y los piquetes? ¿Está justificada su actuación?

El "piquete" es el malo de la película. Todos los medios de comunicación reaccionarios lo colocan ahora al lado del terrorista, el independentista, el inmigrante, el joven "antisistema" y otros "malos oficiales".

Los trabajadores precarios, temporales, los fijos en empresas en las que el único sindicalismo permitido el el amarillo, son los que muchas veces llaman a los piquetes. Incluso en los casos en los que no llaman, están esperando que aparezcan para tener la excusa para sumarse a la huelga.
Desde luego, también hay casos en los que los piquetes tienen que ser más "convencitivos"según la ocurrente y por excepción inteligente expresión de la burocracia sindical (de Florentino Vázquez, de UGT del Transporte). Con lo dicho anteriormente se comprende que sólo un enunuco moral (o un lacayo voluntario de los capitalistas) se rasgaría las vestiduras por la actividad de los piquetes.
De la misma manera que la desigual incidencia de la huelga ha seguido las líneas de demarcación sociológicas dentro de la propia clase trabajadora, la opinión sobre los piquetes las sigue también. Nunca se excuchan quejas sobre la actividad de los piquetes en la clase obrera industrial.
Y no es porque su conciencia política sea muy elevada, muchas veces está más retrasada en muchos temas que la de grandes sectores de los empleados y clase media asalariada, que no entienden la necesidad de piquetes. La necesidad de huelgas y piquetes está tan asentada en sus condiciones de trabajo que no suscitan ninguna duda, en trabajadores que en otros temas tienen posiciones incluso derechistas.

No es un asunto sin importancia combatir el avance de esta ideología antisindical, pro-"libertad de trabajar", anti-piquetes. Hasta ahora, las cabezas de puente que la reacción estaba logrando en la clase trabajadora se basaban fundamentalmente al miedo al extranjero, se basaban en el racismo, "los que vienen de fuera a quitarnos el trabajo". Ahora se quiere implantar en la pequeña burguesía, en la clase media asalariada (funcionarios, etc), en los sectores atrasados de los trabajadores, el odio al "piquete", el odio al "liberado sindical parásito", que no es otra cosa que el odio al sindicato, a la clase obrera organizada. Y es éste, no el racismo, el fundamento necesario para un movimiento que aspire a ser fascista y no simplemente extrema derecha electoral.
(Continuará)

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