sábado, 4 de abril de 2015

Haciendo balance

21M: UNA DIGNA MARCHA DE LA DIGNIDAD LLEGA A MADRID

EXPRESANDO LA PROTESTA OBRERA Y POPULAR

CONTRA LOS DESPIDOS, LOS RECORTES Y LOS DESAHUCIOS;

22M: EL PSOE SE SALVA DE LA QUEMA... PERO POR POCO
Una vista de la plaza de Colón en Madrid el 21M
Susana Diaz con los candidatos hundidos: Bonilla (PP) y Maíllo (IU).


Teresa Rodríguez recibe elbeso de Pablo Iglesias.











 






El penúltimo fin de semana de marzo ha resultado movido. El sábado convergieron en Madrid las Marchas de la Dignidad, en su segunda edición. Una movilización que tenía el objetivo de enfrentarse frontalmente al conjunto de medidas antiobreras y antipopulares que el gobierno lleva implementando, con acuerdo de la UE y el BCE.

El domingo se celebraron las elecciones andaluzas, cuya importancia llega mucho más allá de Despeñaperros. El resultado ha sido un terremoto: PP e IU se hunden, brotan con fuerza Podemos y Ciudadanos, pero el PSOE se mantiene. 

 Segunda edición de las Marchas de la Dignidad

La llegada de las marchas a Madrid el 21 no ha batido récords. Nada que ver con las marchas del año pasado. Nada que ver, pero tampoco han sido un desastre. Sigue siendo la mayor movilización de masas desde la anterior. Las Marchas, incluso más allá de las organizaciones convocantes, se han convertido en un referente de movilización para amplios sectores obreros y populares. Es que las marchas han aparecido como la única movilización masiva y centralizada que se haya convocado contra la política del gobierno, cuando el activismo y las masas en general llevan tiempo en modo electoral. La manifestación de Podemos el pasado 31 de enero no es excepción. A duras penas se lo puede llamar movilización de protesta. Fue una manifestación sin consignas, “no fue contra nadie”, sino que fue una escenificación de la adhesión inquebrantable al caudillo que convocaba para darse un baño de masas, sin ningún interés en desatar una lucha unitaria y prolongada por ninguna de las reivindicaciones sentidas.

Como reacción al electoralismo, las Marchas de la Dignidad han sido un gran ejemplo de movilización obrera y popular, aunque sea puntual. El manifiesto oficial de la Marcha ha sido mejor que el del año pasado. Si entonces criticamos la ambigüedad en relación al gobierno, este año los manifiestos y discursos se centraban en que hay que echarlos y ya, sin esperar a las convocatorias electorales. No sólo eso, en evidente protesta al adocenamiento de Podemos, entre las reivindicaciones tenía un lugar preeminente la del “no pago de la deuda”. Se le añadían los adjetivos de rigor, pero todo el mundo entendía que se trataba de no pagarla en su conjunto y no sólo la parte “ilegal” u “odiosa”. Tanto el manifiesto central como los de distintas columnas daban aún mayor relieve a las reivindicaciones específicas de la clase trabajadora frente a la frase democrática.

Esto es un reflejo de que, aunque gran parte del “esqueleto organizativo” de las marchas está formado por activistas independientes, las organizaciones que han impulsado las marchas son sobre todo sindicatos, CNT, SAT, CGT. Esto tiene de malo que le dan a las marchas un toque sectario, porque en lugar de concebir la posible participación de CCOO y UGT en las marchas como un objetivo a conseguir, lo tienen como un problema a evitar (y por lo tanto, fácilmente evitable). Pero tiene de bueno que le han dado un toque de clase que las distingue del “ciudadanismo” en boga, aunque sin excluirlo completamente.

Ya hemos dicho que la gran dificultad para el éxito de las Marchas no ha sido la represión estatal, sino que el trabajo de sus impulsores parecía caer en saco roto. Todo el mundo estaba en otra. No se trata solamente de las elecciones andaluzas. Se trata del talante general en el activismo, que está en clave electoral. Ya sea pensando en las múltiples candidaturas municipales estilo Ganemos, ya sea pensando en las generales de noviembre, las elecciones están en el centro de la mente de la mayoría de la vanguardia. Llama la antención, por ejemplo, que la mayoría de panfletos repartidos en la marcha eran de candidaturas, ya sean para Ganemos Madrid (Comunidad), Ahora Madrid (ayuntamiento), etc, etc. Y la primera cita electoral se celebraría precisamente al día siguiente.

Elecciones andaluzas:

Susana Díaz apostó y acertó

Como explicamos en su momento, las elecciones andaluzas las adelantó la presidenta Susana Díaz, al precio de romper su alianza de gobierno con IU, porque hizo un cálculo: cuanto más tiempo pase, más votos perdería el PSOE (y el PP). Sin embargo, si las convocaba inmediatamente, el PSOE ganaría por incomparecencia de los demás, ya que pillaría con el paso cambiado a IU, desorientada por ser expulsada del gobierno y todavía queriendo reintegrarse, y a Podemos, que se vería forzado a ir a elecciones antes incluso de haber acabado de constituir sus órganos regionales. Además, de este modo, al ganar las elecciones, con un triunfo en la mano, le movería el piso a Pedro Sánchez. Un cálculo arriesgado, que algunas encuestas desmentían, pero que al final se cumplió.

El resultado de las elecciones andaluzas ha sido un triunfo personal apabullante de Susana Díaz. Todos los objetivos han sido cumplidos. El PSOE ha mantenido el tipo en diputados y también en votos. La satisfacción inmensa que exuda la presidenta no esconde que, desde el punto de vista formal, curiosamente, no podía haberle salido peor la jugada. Ella convocó oficialmente las elecciones buscando “estabilidad política” supuestamente puesta en riesgo por el anuncio de IU de celebrar un referéndum entre sus bases sobre si seguir gobernando o no con el PSOE. Y el resultado ha sido un Parlamento Andaluz enrevesado, laberíntico, sin mayoría absoluta y por tanto, a priori, con una inestabilidad mucho mayor.



La derecha: Ciudadanos uno, PP cero

El batacazo del PP no tiene que ver con su candidato, sino con quien lo puso: los votos que ha perdido son una protesta callada de la pequeña y media burguesía y de la clase media asalariada contra Rajoy y su política de ajuste permanente.

Esos votos han encontrado un refugio “nuevo”: Ciudadanos, la organización que surgió en Catalunya tomando como bandera el españolismo y el anticatalanismo y que intentó extenderse a todo el estado como organización “ni de izquierdas ni de derechas” pero que se vió bloqueada porque su base potencial, incluyendo muchos de los intelectuales estuvieron en su origen, prefirieron sumarse al proyecto de UPyD de Rosa Díez. Un día antes de que comenzara la campaña de las andaluzas, UPyD parecía un partido que iba a dar un salto mientras que Ciudadanos sencillamente no existía. Ahora las tornas se han vuelto del revés. Rosa Díez está sola en un barco que se hunde mientras Ciudadanos no para de crecer en las encuestas para las generales, como un “Podemos de derechas”. ¿Qué ha pasado?

Hay que admitir que su subida ha sido meteórica. Era una organización inédita en Andalucía, que ha hecho campaña con un candidato absolutamente gris y un presupuesto mínimo. Y sin embargo, ha conseguido 9 diputados de la nada. A falta de un candidato presentable, ¿ha sido su programa el causante de la victoria? Difícil de creer. Un partido con un programa ultraliberal (contrato único, “mochila austríaca”, quitar la sanidad menos las urgencias para los “sin papeles”, “adelgazar la administración”...), por lo tanto un partido enemigo jurado del empleado público, ha sido votado en masa por la clase media asalariada, especialmente funcionarios, que evidentemente no han tomado conciencia de qué va el nuevo partido.

No, en realidad quien le ha hecho campaña a Ciudadanos, quien ha creado el clima en el que tal engendro ha podido prosperar, ha sido Podemos (y más lejanamente, el 15M). Al poner en el centro del debate público la corrupción alrededor del cual se monta un discurso sobre la “casta”, sobre la “regeneración política”, sobre la “ética”, lo que se hace es abrir las puertas a una organización burguesa nueva que plantee resolver el malestar y la indignación social sin tocar al sistema.

Una ilustración particularmente repugnante de esto es la discusión que se está desarrollando en “plaza Podemos” (el ágora virtual de discusión de Podemos), que puede verse aquí. Es importante cargar los posts más antiguos y abrir los “cargar más comentarios”. Algunos de los comentarios más escandalosos han sido borrados. Es toda la visión caricaturesca vulgar que se difunde en Madrid o Catalunya sobre Andalucía (“caciques”, “clientelismo”, “señoritos”, etc) volcada con asco clasista contra los “viejos” y los “catetos” (en realidad contra la clase trabajadora) por persistir en votar al “corrupto” PSOE. Ni se imaginan que la clase trabajadora se suele aferrar al voto de sus partidos reformistas, precisamente por eso, porque su conciencia es reformista. No van a votar a partidos burgueses cuya razón de ser es defender a la patronal, votan a los partidos que a sus ojos se identifican con las conquistas sociales arrancadas por vía reformista al capitalismo. Los viejos las han visto. Los jóvenes no, y por eso la abstención juvenil ha sido mayor al 50%. El discurso “anticorrupción” nunca caló en la clase trabajadora, porque es totalmente secundario frente al discurso “conquistas sociales vs recortes”. Y, aunque sea totalmente falso, Susana ha cultivado la imagen de oponerse desde Andalucía a los recortes de Madrid, con la ayuda inestimable de sus socios de gobierno, IU. Sin embargo, Podemos no centró la campaña en los recortes sino en la corrupción.

No estamos diciendo que la izquierda revolucionaria deba ser indiferente ante la corrupción. Pero sí que no sólo hay que darle el peso que tiene, ni más ni menos, sino que la denuncia a la corrupción hay que enmarcarla en la denuncia general a un sistema que se basa en la explotación y la opresión (ver lo que dijimos acerca de Bárcenas). Políticos sinvergüenzas se quedan ilegalmente con dinero público. Sí, pero en el capitalismo es la clase burguesa en su conjunto (y todos sus servidores) los que viven del beneficio, que no es más que plusvalor transformado, trabajo no pagado realizado por la clase trabajadora. Los políticos corruptos presuponen empresarios corruptores. La diferencia entre los ERE´s fraudulentos y los “legales” es sólo de grado, lo gordo no es que alguien se lleve un dinero que no le correponde legalmente, sino que el estado a sus distintos niveles usa el dinero de todos para facilitar despidos colectivos y suavizar la respuesta popular. La corrupción de la burocracia sindical es producto de su política colaboracionista; o se critica ésta en primer lugar o en realidad se es un aliado de la burguesía que se ha cansado de comprar (corromper) los sindicatos y se encamina hacia su destrucción (ver nuestra hoja sobre la represión sindical). Así vemos que una cara de la moneda, la corrupción de las burocracias de CCOO y UGT en los casos ERE´s y formación en Andalucía y en los consejos de administración de las Cajas de Ahorros, recibe mucho eco mediático, pero el hecho de que haya 300 sindicalistas encausados por hacer actividad sindical, piquetes, etc, la inmensa mayoría de ellos afiliados de CCOO y UGT, pasa desapercibido.

Nosotros hemos mencionado repetidamente el caso italiano, de las “mani puliti” (lo explicamos en nuestra hoja sobre Bárcenas, ya citada). Pero también nos parece ilustrativo ver lo ocurrido en Brasil. Sobre la base de escándalos de corrupción totalmente ciertos, que afectan a la Presidenta y a dirigentes del reformista PT, en Brasil se organizaron desde las redes sociales el pasado 15 de marzo las movilizaciones callejeras más grandes que vive el país desde las de 1992 contra Collor. Pero no han sido “manifestaciones cívicas por la regeneración política”. Han sido manifestaciones profundamente reaccionarias en las que la burguesía y la clase media asalariada han mostrado su resentimiento contra la clase trabajadora, han pedido el fin de las ayudas sociales, de la sanidad pública, han suspirado por un golpe militar, han pedido un golpe civil del parlamento del estilo del de Paraguay en 2012 contra Lugo o el de Honduras en 2009 contra Zelaya.

Si parva licet componere magnis”... “Si es lícito comparar lo pequeño con lo grande”, En España no tenemos grandes manifestaciones pidiendo un giro reaccionario timoneado por militares, pero sí tenemos el intento de recomponer una alternativa electoral burguesa intacta, dispuesta a seguir aplicando los planes que la burguesía necesita para descargar el peso de la crisis sobre las espaldas de las clases populares, cuando su instrumento tradicional, el PP, sacudido por los escándalos y la corrupción, empieza a acusar el desgaste. Por eso, el ascenso de Ciudadanos en Andalucía y tal vez mañana en el conjunto del Estado, es un terrible peligro. Un terrible peligro que no lo hubiera tenido tan fácil si la indignación y la resistencia a los planes burgueses desde 2010 hubieran tenido una referencia abiertamente anticapitalista en lugar de haber acabado encerrados en la “democracia” como IU y Podemos han querido.



Batacazo de IU. Podemos, ¿triunfo o derrota?

Los burócratas del PCA aún no entienden el batacazo. Desde su punto de vista, es incomprensible, ¡con lo bien que lo hicieron en el gobierno de la Junta!. No entienden que el sector del pueblo andaluz que daba por bueno ese gobierno han votado a Susana. Y que la mayoría de la base social de IU estaba en contra de gobernar gestionando la miseria, lo único permitido por el límite estatal al gasto público de las comunidades autónomas fijado por el gobierno de Madrid bajo consejo de la Unión Europea. Así que o se abstuvo, o votó a Podemos.

Podemos ha tenido un resultado que es a la vez sorprendente y decepcionante. Es sorprendente porque triplica la votación del Parlamento Europeo en Andalucía, pasa de cero a 15 diputados. Pero es decepcionante porque las encuestas y su propia fantasía les adjudicaba un resultado mucho mayor.

Más allá de estos cálculos, la campaña de Podemos ha sido lamentable. ¿Cómo puede una organización que se pretende partidaria de tirar este régimen hacer una campaña en Andalucía sin mencionar la reforma agraria? Teresa Rodríguez explicaba que dentro del actual marco estatutario era posible otra política, ¡mientras Pablo Iglesias venía a los mítines en su vena habitual, a defender el “patriotismo”, al ejército y a la Guardia Civil!

Alguien podría haber tenido la ilusión de que, al ser la candidata miembro de “Anticapitalistas” en lugar de pertenecer a la camarilla de Iglesias debería haber habido un matiz diferente en la campaña. No, no lo ha habido. Anticapitalistas en Andalucía pactó con Pablo Iglesias y los suyos que les dejaran tener la candidata, a cambio de no diferenciarse en nada, ni en matices. Incluso expulsaron a una parte de su propia organización por oponerse a este pacto (este sector, junto con En Lucha y otros ha montado una corriente “de izquierda” en Podemos, “Andalucía Desde Abajo”, ADA. Desgraciadamente, aunque hace alguna crítica correcta, está en el mismo marco interclasista de Podemos. Incluso levanta posiciones aberrantes, como que haya participación de los trabajadores en los Consejos de Administración de las empresas).

Esta sumisión de Teresa a los tuerkistas no significa que la vayan a dejar tranquila. Desde Madrid, Iglesias y compañía ya torpedearon la incorporación de la CUT a Podemos tras su ruptura con IU, impidiendo directamente la participación en las candidaturas de Diego Cañamero, secretario general del SAT. Por lo visto, para Iglesias, Bescansa, Errejón, etc, Cañamero es “demasiado radical” y quitaría votos. Ahí se quedó Sánchez Gordillo intentando negociar entrar en la candidatura de IU, diciendo que pase lo que pase será “hermano de IU” y criticando a Podemos. Un nacionalista andaluz como es Gordillo no puede dejar de ver que uno de los peores rasgos de Podemos es que es un Ciudadanos “de izquierda”, una organización españolista hasta el tuétano, enemiga jurada de la autodeterminación de las naciones.

Y las ingerencias no han acabado ahí, Teresa pone tres condiciones “sine qua non” para votar por la investidura de Susana. Y les faltó tiempo a Errejón, Bescansa y los suyos a saltar diciendo que esas condiciones no son “líneas rojas” sino “propuestas” de “sentido común”. Ahora resulta que la negociación con Susana para ver si Podemos la votará o no (¡es increíble que esto haya que discutirlo! ¡Creiamos que era de cajón que había que votar que no!) la van a llevar dos dirigentes por encima de Teresa: Sergio Pascual en nombre de Iglesias y Manolo Garí, llamado por Teresa, representando a Anticapitalistas. Parece que vienen en plan poli bueno y poli malo. La llegada de Podemos al Parlamento Andaluz despertará muchas ilusiones, pero no sólo no implica la presencia de una fuerza obrera y anticapitalista en la cámara, sino que está abocada tanto a desilusionar a parte de su base como a entrar en crisis ella misma en cuanto la realidad le vaya obligando a ir tomando posturas.



La necesidad de una alternativa obrera, revolucionaria, comunista, internacionalista,

más perentoria que nunca y al mismo tiempo,

de cumplimiento más difícil de lo esperado

Y tan difícil. Nos sentimos casi solos pidiendo una alternativa revolucionaria. Es una situación muy paradójica, que esto ocurra precisamente en medio de una de las mayores crisis históricas del capitalismo. Un problema es que las fuerzas y organizaciones que supuestamente se sitúan en el campo de la revolución proletaria han ido cayendo una tras otra en la órbita de influencia de Podemos. Corriente Roja ha llamado a votar a Podemos en Andalucía. En Madrid está participando en Ahora Madrid y está cerca de participar directamente en los círculos de Podemos, si es que no lo está haciendo ya. Lucha Internacionalista no tiene presencia en Andalucía. Pero en Madrid participa en Podemos y en Catalunya está en todas las candidaturas nuevas imaginables. Clase contra Clase hace todo tipo de críticas todalmente ortodoxas y correctas al proyecto que representa Podemos. Pero a la hora de la verdad, también está trabajando en sus círculos.

Para nosotros, las críticas, por principistas que sean, no valen de nada si a pesar de ellas se está trabajando en ese marco. Muchos jóvenes, muchos trabajadores que no tienen experiencia política previa, ante la catastrófica situación actual, se han convertido en activistas, buscan una orientación, una salida política. Este sector escuchará lo que los revolucionarios tienen que decir. Comprobará que suena razonable, pero que no tiene mucha audiencia a corto plazo. Verá que Podemos es un fenómeno en ascenso. Y si ve que los “revolucionarios”, a pesar de sus críticas, trabajan como “minoría”, como “oposición leal”, dentro de Podemos, no podrá sacar otra conclusión que no es para tanto. Que las críticas revolucionarias son interesantes, pero que se pueden levantar dentro de Podemos. Total, dentro de Podemos se puede decir cualquier cosa; una vez que Pablo Iglesias y sus adláteres se ha asegurado la dirección desde Vista Alegre, le da igual que se diga lo que se quiera. Incluso en Andalucía, donde ha tenido que tragar una candidata de Anticapitalistas, vemos cómo le colocan por encima un comisario político de la dirección.

Por eso, para nosotros, cualquier intento de avanzar en crear un polo revolucionario, clasista, tendrá que emprenderse por fuera de Podemos. No hay posibilidades de trabajar ahí dentro, salvo que la intención sea captar a un puñadito y luego irse, aún a costa de difundir la confusión y la ambigüedad entre la vanguardia sobre lo que representa el Podemismo. A esto invitamos a los grupos y activistas revolucionarios que nos leen o que nos puedan llegar a conocer. Vamos a intentar en lo posible que estas ideas se difundan, aunque sea mínimamente, en la vanguardia, de cara a los procesos electorales de mayo y noviembre. Porque hay que prepararse para el diluvio. Con ser grandes los cambios vividos en el tablero político desde 2014, no dejan de ser electorales. El próximo pico de la crisis nos dará cambios más profundos, una verdadera radicalización de masas. Y para ello es para lo que hay que prepararse.

Grupo de Comunistas Internacionalistas, 4 abril 2015

2 comentarios:


  1. “Actualmente hay en España muchos obreros que se imaginan que pueden resolverse las cuestiones fundamentales de la vida social con ayuda de la papeleta electoral. Estas ilusiones no pueden ser destruidas más que por la experiencia. Pero hay que saber facilitar ésta. ¿Cómo? ¿Volviendo la espalda a las Cortes o, al contrario, participando en las elecciones? Hay que dar una respuesta.” ….”En dicho artículo tampoco se dice una sola palabra a propósito de si se deben boicotear las elecciones o participar en las mismas. En general, la Pravda guarda silencio sobre las consignas y los fines de la democracia política, a pesar de que califique de democrática la revolución. ¿Que significa este mutismo? Se puede participar en las elecciones, se puede boicotearlas. Pero, ¿se puede ignorarlas?” L:T: 1931

    El tema electoral no es menor, hoy es un tema central: si por un lado los sindicatos anarquistas las ignoran (lo que no impide que algunos de sus dirigentes participen activamente de algunas campañas pronunciándose abiertamente por Podemos) otros partidos y formaciones que estuvieron en la Marcha para levantar sus propias candidatos con una propuesta de reforma al sistema capitalista y negociación con a Troika, mientras la izquierda “revolucionaria” se ha plegado al populismo. Lo cierto es que las primeras elecciones en Andalucía a provocado una cadena de crisis no sólo en el PP sino también en toda la izquierda.
    En medio de un proceso electoral que nos va a llevar todo el año no se puede participar en las luchas y movilizaciones sin tener una táctica electoral que debe ser la expresión política de esas luchas y de los intereses históricos de la clase obrera.
    La clase obrera no ha superado las ilusiones democráticas y mucho menos a los partidos reformistas. El partido revolucionario no caerá del cielo ni lo haremos solamente “difundiendo ideas” hay que llevar una propuesta concreta una herramienta que sirva a los trabajadores y a los revolucionarios sirviendo como reagrupamiento, sobre la base de un programa y la independencia de clase e ir haciendo la experiencia, construyendo esa dirección revolucionaria.
    Lo de que somos pocos es una excusa para no tomar posición. Luego criticar a las corrientes que se suponen en el campo revolucionario cae en saco roto si no les hacemos una propuesta concreta si su posición es equivocada ¿que proponemos que deberían haber hecho?¿con que programa?¿ con que métodos? Sino es repetir lo mismo que se critca: una crítica “ortodoxa” formal pero al activismo a los trabajadores no les sirve, no interesa.
    Saludos revolucionarios Raúl

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  2. No estamos de acuerdo con la crítica. Desde este blog no sólo estamos llamando a participar en las luchas y dando línea para ellas, también estamos dando una línea hacia las elecciones. Sacamos una declaración ante las elecciones andaluzas y luego hemos hecho un balance. Anteriormente, habíamos planteado nuestra posición ante la multiplicación de alternativas ciudadanas, explicando cuál era nuestra propuesta y justificándola. Y luego la concretamos de cara a las europeas, apoyando la carta de Clase contra Clase y dando una opción de voto: Corriente Roja. En todos los casos hemos dado una línea clara: candidaturas revolucionarias centradas en la propaganda alrededor de dos temas: 1º, que lo que vivimos es una crisis histórica del capitalismo como tal y no de las finanzas o de los regímenes políticos. Y 2º, que lo que corresponde es levantar una lucha centramente anticapitalista, no democrática, alrededor de un programa de transición coronado por un gobierno de los trabajadores. Y la llamamos de propaganda y no de agitación porque la situación actual de la vanguarda y del movimiento de masas es tal que no es esperable que una candidatura como esta tuviera eco más allá de un sector avanzado muy pequeño.
    Por lo tanto no estamos por montar una candidatura “de indepencia de clase”, “obrera” que se basase en tal o cual conflicto al que llegasemos, porque no representaría al movimiento de masas real y al mismo tiempo, pogramáticamente sería reformista. Tampoco estamos por ninguna variante de “Frente de la Izquierda” que incluya una alianza genérica con la “extrema izquierda” incluyendo stalinistas como el PCPE. Tal frente no tendría ninguna posibilidad de incidir en sectores significativos pero sería terriblemente dañino al extender la confusión en la vanguardia sobre cómo avanzar hacia una alternativa revolucionaria.
    Para nosotros estas serían tres tácticas posibles, distintas. La crítica que se nos hace es confusa porque no se entiende si lo que se critica es que no somos consecuentes con nuestra propia táctica o que la táctica es errónea. Además, se nos echa en cara que criticamos a las otras organizaciones trotskystas sin decir qué tendrían que hacer. No estamos de acuerdo. Es una cuestión de forma. La crítica a las organizaciones del “campo revolucionario” por adaptarse a Podemos ya lleva implícita la propuesta sobre qué hacer. Pero el tamaño en política sí importa. Nosotros no tenemos aún una realidad no sólo para ser interlocutores de IU o Podemos sino para serlo de Corriente Roja o Clase contra Clase. Nuestras ideas se difunden por el blog y nos consta que son conocidas por algunos cuadros de dirección de esas organizaciones. Sin embargo, sabemos que en este momento, no sólo por nuestro tamaño sino también por quien somos personalmente - no somos unos desconocidos sino producto de escisiones previas,- sabemos que no tenemos ahora posibilidad de discutir nada.
    No hay actitud más irresponsable que frivolizar con la necesidad de “difundir ideas”. Hoy no hay en España ni partido revolucionario ni siquiera un embrión. Y eso no es sólo un problema de militancia o implantación, es ante todo un problema teórico y programático. Creer que lo que hace falta es intervenir, tener “tácticas” y ganar gente porque el programa ya está hecho, es fatal. No hace falta más que echar un vistazo a las posiciones sobre la crisis, los partidos reformistas, los sindicatos, el euro, las intervenciones militares imperialistas, el islamismo, Ucrania, Siria, etc, para comprobar que dentro de lo que se llama “trotskysmo”, incluso “ortodoxo” y ”antipablista”, etc, hay un abanico de posiciones tan grande que casi vacía de contenido el título de “trotskysta”. Si nosotros fallamos en algo no es en no levantar tácticas concretas, electorales o de otro tipo, sino en no avanzar lo suficiente en poner los cimientos teóricos, programáticos y políticos para su discusión en la vanguardia revolucionaria. Estamos en ello. Porque todo reagrupamiento electoral y de otro tipo tiene que ser funcional y no un obstáculo para construir un partido revolucionario.

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