21M:
UNA DIGNA MARCHA DE LA DIGNIDAD LLEGA A MADRID
EXPRESANDO
LA PROTESTA OBRERA Y POPULAR
CONTRA
LOS DESPIDOS, LOS RECORTES Y LOS DESAHUCIOS;
22M:
EL PSOE SE SALVA DE LA QUEMA... PERO POR POCO
Una
vista de la plaza de Colón en Madrid el 21M
|
Susana Diaz con los candidatos hundidos: Bonilla (PP) y Maíllo (IU). |
Teresa Rodríguez recibe elbeso
de Pablo Iglesias.
|
El penúltimo fin de semana de marzo ha resultado movido. El sábado convergieron en Madrid las Marchas de la Dignidad, en su segunda edición. Una movilización que tenía el objetivo de enfrentarse frontalmente al conjunto de medidas antiobreras y antipopulares que el gobierno lleva implementando, con acuerdo de la UE y el BCE.
El
domingo se celebraron las elecciones andaluzas, cuya importancia
llega mucho más allá de Despeñaperros. El resultado ha sido un
terremoto: PP e IU se hunden, brotan con fuerza Podemos y
Ciudadanos, pero el PSOE se mantiene.
Segunda edición de las Marchas de la Dignidad
La
llegada de las marchas a Madrid el 21 no ha batido récords. Nada
que ver con las marchas del año pasado. Nada que ver, pero tampoco
han sido un desastre. Sigue siendo la mayor movilización de
masas desde la anterior. Las Marchas, incluso más allá de
las organizaciones convocantes, se han convertido en un referente
de movilización para amplios sectores obreros y populares. Es
que las marchas han aparecido como la única movilización masiva
y centralizada que se haya convocado contra la política del
gobierno, cuando el activismo y las masas en general llevan
tiempo en modo electoral. La manifestación de Podemos el pasado
31 de enero no es excepción. A duras penas se lo puede llamar
movilización de protesta. Fue una manifestación sin consignas,
“no fue contra nadie”, sino que fue una escenificación de
la adhesión inquebrantable al caudillo que convocaba para darse un
baño de masas, sin ningún interés en desatar una lucha unitaria y
prolongada por ninguna de las reivindicaciones sentidas.
Como
reacción al electoralismo, las
Marchas de la Dignidad han sido un gran ejemplo de movilización
obrera y popular, aunque sea puntual.
El manifiesto oficial de la Marcha ha sido mejor que el del año
pasado. Si entonces
criticamos la ambigüedad en relación al gobierno, este año
los manifiestos y discursos se
centraban en que hay que echarlos y ya, sin esperar a las
convocatorias electorales.
No sólo eso, en
evidente protesta al adocenamiento de Podemos,
entre las reivindicaciones tenía un lugar preeminente la del “no
pago de la deuda”.
Se le añadían los adjetivos de rigor, pero todo el mundo entendía
que se trataba de no pagarla en su conjunto y no sólo la parte
“ilegal” u “odiosa”. Tanto
el manifiesto central como los de distintas columnas daban aún
mayor relieve a las reivindicaciones específicas de la clase
trabajadora frente a la frase democrática.
Esto
es un reflejo de que, aunque gran parte del “esqueleto
organizativo” de las marchas está formado por activistas
independientes, las organizaciones que han impulsado las marchas
son sobre todo sindicatos, CNT, SAT, CGT. Esto tiene de malo que
le dan a las marchas un toque sectario, porque en lugar de
concebir la posible participación de CCOO y UGT en las marchas como
un objetivo a conseguir, lo tienen como un problema a evitar (y por
lo tanto, fácilmente evitable). Pero tiene de bueno que le han
dado un toque de clase que las distingue del “ciudadanismo” en
boga, aunque sin excluirlo completamente.
Ya
hemos dicho que la gran dificultad para el éxito de las Marchas
no ha sido la represión estatal, sino que el trabajo de sus
impulsores parecía caer en saco roto. Todo el mundo estaba en otra.
No se trata solamente de las elecciones andaluzas. Se trata del
talante general en el activismo, que está en clave electoral.
Ya sea pensando en las múltiples candidaturas municipales estilo
Ganemos, ya sea pensando en las generales de noviembre, las
elecciones están en el centro de la mente de la mayoría de la
vanguardia. Llama la antención, por ejemplo, que la mayoría de
panfletos repartidos en la marcha eran de candidaturas, ya sean para
Ganemos Madrid (Comunidad), Ahora Madrid (ayuntamiento), etc, etc. Y
la primera cita electoral se celebraría precisamente al día
siguiente.
Elecciones
andaluzas:
Susana
Díaz apostó y acertó
Como
explicamos
en su momento, las elecciones andaluzas las adelantó la
presidenta Susana Díaz, al precio de romper su alianza de gobierno
con IU, porque hizo un cálculo: cuanto más tiempo pase, más votos
perdería el PSOE (y el PP). Sin embargo, si las convocaba
inmediatamente, el
PSOE ganaría por incomparecencia de los demás,
ya que pillaría
con el paso cambiado a IU,
desorientada por ser expulsada del gobierno y todavía queriendo
reintegrarse, y
a Podemos,
que se vería forzado a ir a elecciones antes incluso de haber
acabado de constituir sus órganos regionales. Además, de este
modo, al ganar las elecciones, con un triunfo en la mano, le movería
el piso a Pedro Sánchez. Un cálculo arriesgado, que algunas
encuestas desmentían, pero que al final se cumplió.
El
resultado de las elecciones andaluzas ha sido un triunfo personal
apabullante de Susana Díaz. Todos los objetivos han sido
cumplidos. El PSOE ha mantenido el tipo en diputados y también en
votos. La satisfacción inmensa que exuda la presidenta no esconde
que, desde el punto de vista formal, curiosamente, no podía haberle
salido peor la jugada. Ella convocó oficialmente las elecciones
buscando “estabilidad política” supuestamente puesta en
riesgo por el anuncio de IU de celebrar un referéndum entre sus
bases sobre si seguir gobernando o no con el PSOE. Y el resultado
ha sido un Parlamento Andaluz enrevesado, laberíntico, sin
mayoría absoluta y por tanto, a priori, con una inestabilidad mucho
mayor.
La
derecha: Ciudadanos uno, PP cero
El
batacazo del PP no tiene que ver con su candidato, sino con quien lo
puso: los votos que ha perdido son una protesta callada
de la pequeña y media burguesía y de la clase media asalariada
contra Rajoy y su política de ajuste permanente.
Esos
votos han encontrado un refugio “nuevo”: Ciudadanos, la
organización que surgió en Catalunya tomando como bandera el
españolismo y el anticatalanismo y que intentó extenderse a
todo el estado como organización “ni de izquierdas ni de
derechas” pero que se vió bloqueada porque su base potencial,
incluyendo muchos de los intelectuales estuvieron en su origen,
prefirieron sumarse al proyecto de UPyD de Rosa Díez. Un día antes
de que comenzara la campaña de las andaluzas, UPyD parecía un
partido que iba a dar un salto mientras que Ciudadanos sencillamente
no existía. Ahora las tornas se han vuelto del revés. Rosa
Díez está sola en un barco que se hunde mientras Ciudadanos no
para de crecer en las encuestas para las generales, como un “Podemos
de derechas”. ¿Qué ha pasado?
Hay
que admitir que su subida ha sido meteórica. Era una organización
inédita en Andalucía, que ha hecho campaña con un candidato
absolutamente gris y un presupuesto mínimo. Y sin embargo, ha
conseguido 9 diputados de la nada. A falta de un candidato
presentable, ¿ha sido su programa el causante de la victoria?
Difícil de creer. Un partido con un programa ultraliberal
(contrato único, “mochila austríaca”, quitar la sanidad menos
las urgencias para los “sin papeles”, “adelgazar la
administración”...), por lo tanto un partido enemigo jurado del
empleado público, ha sido votado en masa por la clase media
asalariada, especialmente funcionarios, que evidentemente no han
tomado conciencia de qué va el nuevo partido.
No,
en realidad quien le ha hecho campaña a Ciudadanos, quien ha
creado el clima en el que tal engendro ha podido prosperar, ha
sido Podemos (y más lejanamente, el 15M). Al poner en el
centro del debate público la corrupción alrededor del cual se
monta un discurso sobre la “casta”, sobre la “regeneración
política”, sobre la “ética”, lo que se hace es abrir las
puertas a una organización burguesa nueva que plantee resolver el
malestar y la indignación social sin tocar al sistema.
Una
ilustración particularmente repugnante de esto es la discusión que
se está desarrollando en “plaza Podemos” (el ágora virtual de
discusión de Podemos), que puede verse aquí.
Es importante cargar los posts más antiguos y abrir los “cargar
más comentarios”. Algunos de los comentarios más
escandalosos han sido borrados. Es toda la visión caricaturesca
vulgar que se difunde en Madrid o Catalunya sobre Andalucía
(“caciques”, “clientelismo”, “señoritos”, etc)
volcada con asco clasista contra los “viejos” y los “catetos”
(en realidad contra la clase trabajadora) por persistir en votar al
“corrupto” PSOE. Ni se imaginan que la clase trabajadora se
suele aferrar al voto de sus partidos reformistas, precisamente por
eso, porque su conciencia es reformista. No van a votar a
partidos burgueses cuya razón de ser es defender a la patronal,
votan a los partidos que a sus ojos se identifican con las
conquistas sociales arrancadas por vía reformista al capitalismo.
Los viejos las han visto. Los jóvenes no, y por eso la abstención
juvenil ha sido mayor al 50%. El discurso “anticorrupción”
nunca caló en la clase trabajadora, porque es totalmente secundario
frente al discurso “conquistas sociales vs recortes”. Y,
aunque sea totalmente falso, Susana ha cultivado la imagen de
oponerse desde Andalucía a los recortes de Madrid, con la ayuda
inestimable de sus socios de gobierno, IU. Sin embargo, Podemos
no centró la campaña en los recortes sino en la corrupción.
No
estamos diciendo que la
izquierda revolucionaria deba ser indiferente ante la corrupción.
Pero sí que no sólo hay que darle el peso que tiene, ni más ni
menos, sino que la
denuncia a la corrupción hay que enmarcarla en la denuncia general
a un sistema que se basa en la explotación y la opresión
(ver lo
que dijimos acerca de Bárcenas). Políticos sinvergüenzas se
quedan ilegalmente con dinero público. Sí, pero en
el capitalismo es la clase burguesa en su conjunto (y
todos sus servidores) los
que viven del beneficio, que no es más que plusvalor transformado,
trabajo no pagado realizado por la clase trabajadora.
Los políticos corruptos presuponen empresarios corruptores. La
diferencia entre los ERE´s fraudulentos y los “legales” es sólo
de grado, lo gordo no es que alguien se lleve un dinero que no le
correponde legalmente, sino
que el estado a sus distintos niveles usa el dinero de todos para
facilitar despidos colectivos y suavizar la respuesta popular.
La corrupción de la burocracia sindical es producto de su política
colaboracionista; o se critica ésta en primer lugar o en realidad
se es
un aliado de la burguesía que se ha cansado de comprar (corromper)
los sindicatos y se encamina hacia su destrucción
(ver nuestra
hoja sobre la represión sindical). Así vemos que una cara de
la moneda,
la corrupción de las burocracias de CCOO y UGT
en los casos ERE´s y formación en Andalucía y en los consejos de
administración de las Cajas de Ahorros, recibe
mucho eco mediático,
pero el hecho de que haya
300 sindicalistas encausados por hacer actividad sindical, piquetes,
etc, la inmensa mayoría de ellos afiliados de CCOO y UGT, pasa
desapercibido.
Nosotros
hemos mencionado repetidamente el caso italiano, de las “mani
puliti” (lo explicamos en nuestra hoja sobre Bárcenas, ya
citada). Pero también nos parece ilustrativo ver lo ocurrido en
Brasil. Sobre la base de escándalos de corrupción totalmente
ciertos, que afectan a la Presidenta y a dirigentes del reformista
PT, en Brasil se organizaron desde las redes sociales el pasado 15
de marzo las movilizaciones callejeras más grandes que vive el
país desde las de 1992 contra Collor. Pero no han sido
“manifestaciones cívicas por la regeneración política”. Han
sido manifestaciones profundamente reaccionarias en las que la
burguesía y la clase media asalariada han mostrado su resentimiento
contra la clase trabajadora, han pedido el fin de las ayudas
sociales, de la sanidad pública, han suspirado por un golpe
militar, han pedido un golpe civil del parlamento del estilo del de
Paraguay en 2012 contra Lugo o el de Honduras en 2009 contra Zelaya.
“Si
parva licet componere magnis”... “Si es lícito comparar lo
pequeño con lo grande”, En España no tenemos grandes
manifestaciones pidiendo un giro reaccionario timoneado por
militares, pero sí tenemos el intento de recomponer una
alternativa electoral burguesa intacta, dispuesta a seguir aplicando
los planes que la burguesía necesita para descargar el peso de la
crisis sobre las espaldas de las clases populares, cuando su
instrumento tradicional, el PP, sacudido por los escándalos y la
corrupción, empieza a acusar el desgaste. Por eso, el ascenso de
Ciudadanos en Andalucía y tal vez mañana en el conjunto del
Estado, es un terrible peligro. Un terrible peligro que no lo
hubiera tenido tan fácil si la indignación y la resistencia a los
planes burgueses desde 2010 hubieran tenido una referencia
abiertamente anticapitalista en lugar de haber acabado
encerrados en la “democracia” como IU y Podemos han querido.
Batacazo
de IU. Podemos, ¿triunfo o derrota?
Los
burócratas del PCA aún no entienden el batacazo. Desde su punto de
vista, es incomprensible, ¡con lo bien que lo hicieron en el
gobierno de la Junta!. No entienden que el sector del pueblo
andaluz que daba por bueno ese gobierno han votado a Susana. Y
que la mayoría de la base social de IU estaba en contra de gobernar
gestionando la miseria, lo único permitido por el límite
estatal al gasto público de las comunidades autónomas fijado por
el gobierno de Madrid bajo consejo de la Unión Europea. Así que
o se abstuvo, o votó a Podemos.
Podemos
ha tenido un resultado que es a la vez sorprendente y decepcionante.
Es sorprendente porque triplica la votación del Parlamento
Europeo en Andalucía, pasa de cero a 15 diputados. Pero es
decepcionante porque las encuestas y su propia fantasía les
adjudicaba un resultado mucho mayor.
Más
allá de estos cálculos, la campaña de Podemos ha sido
lamentable. ¿Cómo puede una organización que se pretende
partidaria de tirar este régimen hacer una campaña en Andalucía
sin mencionar la reforma agraria? Teresa Rodríguez explicaba
que dentro del actual marco estatutario era posible otra política,
¡mientras Pablo Iglesias venía a los mítines en su vena habitual,
a defender el “patriotismo”, al ejército y a la Guardia
Civil!
Alguien
podría haber tenido la ilusión de que, al ser la candidata miembro
de “Anticapitalistas” en lugar de pertenecer a la camarilla de
Iglesias debería haber habido un matiz diferente en la campaña.
No, no lo ha habido. Anticapitalistas en Andalucía pactó con
Pablo Iglesias y los suyos que les dejaran tener la candidata, a
cambio de no diferenciarse en nada, ni en matices. Incluso
expulsaron a una parte de su propia organización por oponerse a
este pacto (este sector, junto con En Lucha y otros ha
montado una corriente “de izquierda” en Podemos, “Andalucía
Desde Abajo”, ADA. Desgraciadamente, aunque hace alguna
crítica correcta, está en el mismo marco interclasista de
Podemos. Incluso levanta posiciones aberrantes, como que haya
participación de los trabajadores en los Consejos de Administración
de las empresas).
Esta
sumisión de Teresa a los tuerkistas no significa que la vayan a
dejar tranquila. Desde Madrid, Iglesias y compañía ya
torpedearon la incorporación de la CUT a Podemos tras su ruptura
con IU, impidiendo directamente la participación en las
candidaturas de Diego Cañamero, secretario general del SAT. Por lo
visto, para Iglesias, Bescansa, Errejón, etc, Cañamero es
“demasiado radical” y quitaría votos. Ahí se quedó Sánchez
Gordillo intentando negociar entrar en la candidatura de IU,
diciendo que pase lo que pase será “hermano de IU” y criticando
a Podemos. Un nacionalista andaluz como es Gordillo no puede dejar
de ver que uno de los peores rasgos de Podemos es que es un
Ciudadanos “de izquierda”, una organización españolista hasta
el tuétano, enemiga jurada de la autodeterminación de las
naciones.
Y
las ingerencias no han acabado ahí, Teresa pone tres condiciones
“sine qua non” para votar por la investidura de Susana. Y
les faltó tiempo a Errejón, Bescansa y los suyos a saltar diciendo
que esas condiciones no son “líneas rojas” sino “propuestas”
de “sentido común”. Ahora resulta que la negociación con
Susana para ver si Podemos la votará o no (¡es increíble que esto
haya que discutirlo! ¡Creiamos que era de cajón que había que
votar que no!) la van a llevar dos dirigentes por encima de
Teresa: Sergio Pascual en nombre de Iglesias y Manolo Garí, llamado
por Teresa, representando a Anticapitalistas. Parece que vienen en
plan poli bueno y poli malo. La llegada de Podemos al Parlamento
Andaluz despertará muchas ilusiones, pero no sólo no
implica la presencia de una fuerza obrera y anticapitalista en la
cámara, sino que está abocada tanto a desilusionar a
parte de su base como a entrar en crisis ella misma en cuanto
la realidad le vaya obligando a ir tomando posturas.
La
necesidad de una alternativa obrera, revolucionaria, comunista,
internacionalista,
más
perentoria que nunca y al mismo tiempo,
de
cumplimiento más difícil de lo esperado
Y
tan difícil. Nos sentimos casi solos pidiendo una alternativa
revolucionaria. Es una situación muy paradójica, que esto
ocurra precisamente en medio de una de las mayores crisis históricas
del capitalismo. Un problema es que las fuerzas y
organizaciones que supuestamente se sitúan en el campo de la
revolución proletaria han ido cayendo una tras otra en la órbita
de influencia de Podemos. Corriente Roja ha llamado a
votar a Podemos en Andalucía. En Madrid está participando en Ahora
Madrid y está cerca de participar directamente en los círculos de
Podemos, si es que no lo está haciendo ya. Lucha
Internacionalista no tiene presencia en Andalucía. Pero en
Madrid participa en Podemos y en Catalunya está en todas las
candidaturas nuevas imaginables. Clase contra Clase hace todo
tipo de críticas todalmente ortodoxas y correctas al proyecto que
representa Podemos. Pero a la hora de la verdad, también está
trabajando en sus círculos.
Para
nosotros, las críticas, por principistas que sean, no valen de
nada si a pesar de ellas se está trabajando en ese marco.
Muchos jóvenes, muchos trabajadores que no tienen experiencia
política previa, ante la catastrófica situación actual, se han
convertido en activistas, buscan una orientación, una salida
política. Este sector escuchará lo que los revolucionarios tienen
que decir. Comprobará que suena razonable, pero que no tiene mucha
audiencia a corto plazo. Verá que Podemos es un fenómeno en
ascenso. Y si ve que los “revolucionarios”, a pesar de sus
críticas, trabajan como “minoría”, como “oposición leal”,
dentro de Podemos, no podrá sacar otra conclusión que no es
para tanto. Que las críticas revolucionarias son interesantes,
pero que se pueden levantar dentro de Podemos. Total, dentro de
Podemos se puede decir cualquier cosa; una vez que Pablo Iglesias
y sus adláteres se ha asegurado la dirección desde Vista Alegre,
le da igual que se diga lo que se quiera. Incluso en Andalucía,
donde ha tenido que tragar una candidata de Anticapitalistas, vemos
cómo le colocan por encima un comisario político de la dirección.
Por
eso, para nosotros, cualquier intento de avanzar en crear un polo
revolucionario, clasista, tendrá que emprenderse por fuera de
Podemos. No hay posibilidades de trabajar ahí dentro, salvo que
la intención sea captar a un puñadito y luego irse, aún a costa
de difundir la confusión y la ambigüedad entre la vanguardia sobre
lo que representa el Podemismo. A esto invitamos a los grupos y
activistas revolucionarios que nos leen o que nos puedan llegar a
conocer. Vamos a intentar en lo posible que estas ideas se
difundan, aunque sea mínimamente, en la vanguardia, de cara a los
procesos electorales de mayo y noviembre. Porque hay que
prepararse para el diluvio. Con ser grandes los cambios vividos
en el tablero político desde 2014, no dejan de ser electorales. El
próximo pico de la crisis nos dará cambios más profundos, una
verdadera radicalización de masas. Y para ello es para lo que
hay que prepararse.
Grupo
de Comunistas Internacionalistas, 4 abril 2015
ResponderEliminar“Actualmente hay en España muchos obreros que se imaginan que pueden resolverse las cuestiones fundamentales de la vida social con ayuda de la papeleta electoral. Estas ilusiones no pueden ser destruidas más que por la experiencia. Pero hay que saber facilitar ésta. ¿Cómo? ¿Volviendo la espalda a las Cortes o, al contrario, participando en las elecciones? Hay que dar una respuesta.” ….”En dicho artículo tampoco se dice una sola palabra a propósito de si se deben boicotear las elecciones o participar en las mismas. En general, la Pravda guarda silencio sobre las consignas y los fines de la democracia política, a pesar de que califique de democrática la revolución. ¿Que significa este mutismo? Se puede participar en las elecciones, se puede boicotearlas. Pero, ¿se puede ignorarlas?” L:T: 1931
El tema electoral no es menor, hoy es un tema central: si por un lado los sindicatos anarquistas las ignoran (lo que no impide que algunos de sus dirigentes participen activamente de algunas campañas pronunciándose abiertamente por Podemos) otros partidos y formaciones que estuvieron en la Marcha para levantar sus propias candidatos con una propuesta de reforma al sistema capitalista y negociación con a Troika, mientras la izquierda “revolucionaria” se ha plegado al populismo. Lo cierto es que las primeras elecciones en Andalucía a provocado una cadena de crisis no sólo en el PP sino también en toda la izquierda.
En medio de un proceso electoral que nos va a llevar todo el año no se puede participar en las luchas y movilizaciones sin tener una táctica electoral que debe ser la expresión política de esas luchas y de los intereses históricos de la clase obrera.
La clase obrera no ha superado las ilusiones democráticas y mucho menos a los partidos reformistas. El partido revolucionario no caerá del cielo ni lo haremos solamente “difundiendo ideas” hay que llevar una propuesta concreta una herramienta que sirva a los trabajadores y a los revolucionarios sirviendo como reagrupamiento, sobre la base de un programa y la independencia de clase e ir haciendo la experiencia, construyendo esa dirección revolucionaria.
Lo de que somos pocos es una excusa para no tomar posición. Luego criticar a las corrientes que se suponen en el campo revolucionario cae en saco roto si no les hacemos una propuesta concreta si su posición es equivocada ¿que proponemos que deberían haber hecho?¿con que programa?¿ con que métodos? Sino es repetir lo mismo que se critca: una crítica “ortodoxa” formal pero al activismo a los trabajadores no les sirve, no interesa.
Saludos revolucionarios Raúl
No estamos de acuerdo con la crítica. Desde este blog no sólo estamos llamando a participar en las luchas y dando línea para ellas, también estamos dando una línea hacia las elecciones. Sacamos una declaración ante las elecciones andaluzas y luego hemos hecho un balance. Anteriormente, habíamos planteado nuestra posición ante la multiplicación de alternativas ciudadanas, explicando cuál era nuestra propuesta y justificándola. Y luego la concretamos de cara a las europeas, apoyando la carta de Clase contra Clase y dando una opción de voto: Corriente Roja. En todos los casos hemos dado una línea clara: candidaturas revolucionarias centradas en la propaganda alrededor de dos temas: 1º, que lo que vivimos es una crisis histórica del capitalismo como tal y no de las finanzas o de los regímenes políticos. Y 2º, que lo que corresponde es levantar una lucha centramente anticapitalista, no democrática, alrededor de un programa de transición coronado por un gobierno de los trabajadores. Y la llamamos de propaganda y no de agitación porque la situación actual de la vanguarda y del movimiento de masas es tal que no es esperable que una candidatura como esta tuviera eco más allá de un sector avanzado muy pequeño.
ResponderEliminarPor lo tanto no estamos por montar una candidatura “de indepencia de clase”, “obrera” que se basase en tal o cual conflicto al que llegasemos, porque no representaría al movimiento de masas real y al mismo tiempo, pogramáticamente sería reformista. Tampoco estamos por ninguna variante de “Frente de la Izquierda” que incluya una alianza genérica con la “extrema izquierda” incluyendo stalinistas como el PCPE. Tal frente no tendría ninguna posibilidad de incidir en sectores significativos pero sería terriblemente dañino al extender la confusión en la vanguardia sobre cómo avanzar hacia una alternativa revolucionaria.
Para nosotros estas serían tres tácticas posibles, distintas. La crítica que se nos hace es confusa porque no se entiende si lo que se critica es que no somos consecuentes con nuestra propia táctica o que la táctica es errónea. Además, se nos echa en cara que criticamos a las otras organizaciones trotskystas sin decir qué tendrían que hacer. No estamos de acuerdo. Es una cuestión de forma. La crítica a las organizaciones del “campo revolucionario” por adaptarse a Podemos ya lleva implícita la propuesta sobre qué hacer. Pero el tamaño en política sí importa. Nosotros no tenemos aún una realidad no sólo para ser interlocutores de IU o Podemos sino para serlo de Corriente Roja o Clase contra Clase. Nuestras ideas se difunden por el blog y nos consta que son conocidas por algunos cuadros de dirección de esas organizaciones. Sin embargo, sabemos que en este momento, no sólo por nuestro tamaño sino también por quien somos personalmente - no somos unos desconocidos sino producto de escisiones previas,- sabemos que no tenemos ahora posibilidad de discutir nada.
No hay actitud más irresponsable que frivolizar con la necesidad de “difundir ideas”. Hoy no hay en España ni partido revolucionario ni siquiera un embrión. Y eso no es sólo un problema de militancia o implantación, es ante todo un problema teórico y programático. Creer que lo que hace falta es intervenir, tener “tácticas” y ganar gente porque el programa ya está hecho, es fatal. No hace falta más que echar un vistazo a las posiciones sobre la crisis, los partidos reformistas, los sindicatos, el euro, las intervenciones militares imperialistas, el islamismo, Ucrania, Siria, etc, para comprobar que dentro de lo que se llama “trotskysmo”, incluso “ortodoxo” y ”antipablista”, etc, hay un abanico de posiciones tan grande que casi vacía de contenido el título de “trotskysta”. Si nosotros fallamos en algo no es en no levantar tácticas concretas, electorales o de otro tipo, sino en no avanzar lo suficiente en poner los cimientos teóricos, programáticos y políticos para su discusión en la vanguardia revolucionaria. Estamos en ello. Porque todo reagrupamiento electoral y de otro tipo tiene que ser funcional y no un obstáculo para construir un partido revolucionario.