sábado, 17 de noviembre de 2012

Huelga General14N:
ES EL MOMENTO DE PARARLES LOS PIES
El 14 de Noviembre, la “cumbre social” cuyas fuerzas principales son CCOO y UGT convocan huelga general. CGT ha desplazado para ese día su convocatoria de huelga general. El mismo día va a ser de lucha en gran parte de Europa, tanto la rescatada como la “opulenta”. Va a ser una jornada histórica.

La Huelga General, respuesta necesaria ante la magnitud de los ataques.
Los ataques han sido muchos y muy profundos: La sangría de ERES en empresas con beneficios, la reforma laboral, las subidas de impuestos el IVA, el IRPF (nada de tocar el Impuesto de sociedades, el de patrimonio o las SICAV) las bajadas de salarios y los despidos de trabajadores públicos. La situación es ya insostenible, el desempleo es de 5.778.100 trabajadores, llegando más allá del 25% de la población activa, 400.000 familias desahuciadas de sus casas y sin ingresos.
Pero para la Comisión Europea es poco. Piden más. Sin embargo, la perspectiva de un rescate inminente nos pinta un panorama de más miseria todavía. Solo tenemos que mirar a Grecia, donde, después de haber impuesto un día más de trabajo a la semana y donde ya ha habido una bajada generalizada de salarios por más de un 25%, despidos de funcionarios y bajada de las pensiones aún están votando más medidas de ahorro, que suponen desde nuevas bajadas salariales, recortes de pensiones y despidos de 25.000 funcionarios. Y como único resultado ¿qué?.. el empobrecimiento de la clase trabajadora y la destrucción de más empleo.

Los convocantes de la huelga no quieren llevar la lucha hasta el final
Esta huelga general está por lo tanto, plenamente justificada. Pero esto no significa que CCOO y UGT, principales promotores de la cumbre social que es quien convoca, ni la Confederación Europea de Sindicatos (CES) están dispuestos a llevar una lucha consecuente. Están comprometidos con la preservación del euro y la Unión Europea. Y no solo eso, sino que se encuentran dispuestos a aceptar recortes a cambio de que sean negociados y que se acompañen con una utópica política de “estímulos”.
Es por eso que en vez de convocar abiertamente ellos, como organizaciones obreras, convocan usando la llamada “Cumbre Social”. Se trata de un frente interclasista, que incluye una patronal y organizaciones policiales y militares. Más allá del carácter marginal de estas “fuerzas” (el sindicato derechista de funcionarios CSI-F, que no era marginal, ha roto con la Cumbre y no se suma a la huelga) lo importante es que están ahí para simbolizar una alianza “ciudadana” que llama a hacer una huelga también “ciudadana”, “de la sociedad”. Con ello quieren mellar el carácter de clase, proletario, de la huelga así como la agudeza de la lucha de clases.
En realidad, es lo mismo que hacen los “movimientos ciudadanos” que critican a CCOO y UGT. 15M, Constituyentes, 25S, Plataforma en Pie, Frente Cívico... cada uno a su manera propone salir del atolladero cambiando la constitución e introduciendo más “democracia” Todos ahondan la ilusión en la falsa solución de intentar resolver la crisis más profunda del capitalismo desde 1929 simplemente haciendo algún cambio cosmético al régimen. Pero esta crisis que es del capitalismo, se cerrará o aplastando a los trabajadores o con la victoria de los trabajadores sobre el sistema capitalista. Por eso la política que se impone es la del frente único obrero, la de clase contra clase y no la de unir a los “ciudadanos”.

Una huelga europea
La necesidad de que la lucha de los trabajadores sea internacional es un hecho objetivo. Hace tiempo que debería haberse avanzado en esta línea.A pesar de los límites que tiene la convocatoria, principalmente por quien la dirige y como la plantean, no deja de ser un gran avance.
En España y Portugal hay una huelga general de 24 horas. En Grecia, los sindicatos GSEE y ADEDY han adelantado su paro general, de 48 horas, al 6 y 7 de noviembre ante la inminente votación en el Parlamento griego de un nuevo plan de ajuste. No obstante, para el 14N han convocado un paro general de tres horas. En Italia, la CGIL ha convocado un paro general de cuatro horas. En Bélgica, las tres centrales belgas, junto con la CES, se concentrarán en las embajadas de Grecia, Portugal, España e Italia, donde entregarán varios escritos de protesta y solidaridad. Las organizaciones territoriales valonas han convocado huelga general para ese día. En Francia Alemania y Rumanía hay convocadas manifestaciones. En Austria, Polonia, Dinamarca, Reino Unido, Holanda, Suiza y Suecia se celebrarán diversos actos de solidaridad con los países europeos del Sur y de apoyo a la jornada europea de lucha. En Finlandia habrá acciones mediáticas y políticas para reclamar el respeto a los derechos de los trabajadores. También en República Checa y Eslovenia hay convocadas manifestaciones contra los recortes, pero el 17 de noviembre.
Esto es un gran paso adelante. No perdamos de vista que ni la CES, ni CCOO ni UGT tienen ninguna intención de que la movilización se desborde. Más bien se han visto obligados a convocar ante la presión desde abajo. Con esto se ha roto la “hoja de ruta” de la Cumbre Social. Ésta partía de pedir al gobierno que convocase un referéndum sobre las medidas que no se hubieran mencionado en la campaña electoral del PP. Si no convocaba, se organizaría una “consulta popular” y luego habría una huelga general. Pero ésta ha llegado sin referéndum y sin consulta popular. Se han visto obligados a convocarla porque por todos lados surgen plataformas y encierros de empleados públicos por fuera de los sindicatos, que ven como se desmantelan los servicios públicos, arrastrando con ellos a la población, como les recortan también en sus servicios básicos, sobre todo en sanidad y educación. También las manifestaciones del 15 M y del 25S han contribuido a cear este estado de ánimo. CCOO y UGT pretenden cabalgar sobre el descontento haciendo como que lo dirigen pero con la intención de descarrilarlo.

El papel de la CGT
La convocatoria de CCOO y UGT ha salvado la cara a los dirigentes de la CGT, empeñados en una huelga general suicida convocada en solitario para el 31 de noviembre, una huelga sin el suficiente respaldo que no iba a mostrar otra cosa, más que su debilidad ni a conseguir nada que no sea desmoralización.
CCOO y UGT por primera vez se han dirigido por carta a la CGT, pidiéndole que atrase su convocatoria de huelga del 31 al 14 en nombre del carácter internacional de la movilización convocada. De este modo, la CGT ha salvado la cara. Pero el error sigue siendo error.
Simplemente denunciar y denunciar la traición de CCOO y UGT no sirve para nada. Ahí está la impotencia de CGT cuando pretende actuar sola. Toda la clase trabajadora es consciente de que se enfrenta a un enemigo inmenso, al conjunto de la patronal y el estado, no sólo de aquí sino europeo. Por eso siempre surge desde la base la exigencia de la unidad. En lugar de convertirse en un obstáculo para esta unidad, CGT debería estar exigiéndola: debería haber sido coconvocante del 14N en lugar de que “simplemente” ese día coincida su convocatoria con la de las burocracias. Es que de lo que se trata es de que quede claro ante toda la clase que son CCOO y UGT los que rompen la unidad en cuanto la cosa se desmadra, que la responsabilidad de la división no la tiene la CGT.

Pararles los pies pero preparar una alternativa anticapitalista
Es legítima la sospecha de algunos trabajadores de que una huelga general es insuficiente, que hace falta un plan de lucha, y que después las cúpulas de CCOO y UGT nos van a traicionar gestionando la huelga para intentar pactar los recortes. No en vano ambas burocracias sindicales aceptan que los sacrificios se repartan, es decir, que parte de los recortes les parecen aceptables.
También es comprensible que los trabajadores desconfíen cuando se dan cuenta que el problema es político, pero que las fuerzas que se reclaman de los trabajadores son parte del problema y no de la solución. El PSOE de Rubalcaba está silencioso como una tumba. Lo que se puede esperar de IU lo vemos en Andalucía donde, en nombre de conservar los puestos han tragado con todos los recortes.
Para frenar los ataques a los que nos vemos sometidos hará falta hacer triunfar esta huelga y muchas más. Pero de la crisis no se sale simplemente frenando los ataques, sufrimos una ofensiva histórica del conjunto de los capitalistas contra el conjunto de los trabajadores para restablecer la tasa de ganancia. Por eso no hay margen para la reforma y no se pueden tener esperanzas en la restitución de derechos a un momento pasado. Por eso, si se diera una “refundación de la democracia” con una asamblea constituyente como proponen muchos, sería simplemente darles un respiro para continuar sus planes (Italia es un ejemplo de los resultados de una refundación del régimen y vemos que están en el mismo lugar). La solución pasa por que el conjunto de los trabajadores aplaste este sistema injusto y tome las riendas.
Es que la “Cumbre Social” en algunas cosas tiene razón; es verdad que nos quieren robar el futuro; y que hay culpables, los defensores de un sistema capitalista obsoleto y los que engañan diciendo que es posible reformarlo, esto hoy es más mentira que nunca. También tienen razón al decir que hay soluciones, pero no las que ellos invocan. La solución es acabar con el capitalismo que nos asfixia. La única salida que ofrece este sistema para salir a flote es destruir puestos de trabajo y derechos de los trabajadores hasta dejarlos en la miseria.
Las aspiraciones de CCOO y UGT no pueden estar más lejos de querer acabar con el sistema, ni siquiera con la actual Europa, su única pretensión es retomar el dialogo social, es decir, seguir siendo los interlocutores del gobierno. Es por esto que sus consignas son tan ambigüas, no dicen tirar la reforma laboral ni tirar tal recorte y si se les escucha bien, están clamando por retomar el dialogo social. La total inconcreción de las cúpulas sindicales no tiene más objetivo que salir bien parados de la afrenta y sin responsabilidades concretas.
Lo que hace falta es luchar por la unidad del conjunto de la clase trabajadora, empleada y parada, privada y pública, nativa o extranjera, una unidad para luchar e imponer medidas que desmantelen al capitalismo: No sólo prohibición de despidos y ERE´s, no sólo salario mínimo de 1200 €, sino también nacionalización con expropiación de la banca y las grandes empresas (no una “banca pública” al lado de la privada), y la puesta del conjunto de la economía bajo control obrero.
Esto no se puede hacer sin la constitución de un Gobierno de los Trabajadores, no un gobierno “obrero” con la monarquía centralista, un gobierno surgido de la lucha de las masas contra este régimen, un gobierno que aboliría la monarquía y proclamaría el derecho de autodeterminación de Catalunya, Euskadi, etc. Este gobierno repudiaría la deuda, saldría del euro y la Unión Europea y pondría todos los recursos de la economía al servicio de la mayoría de la población.
¿Que es difícil, que esto está lejos? Para llegar a cualquier sitio hay que dar el primer paso, hay que empezar por la lucha por aglutinar a todas las organizaciones de la clase trabajadora, sindicales y políticas, en un frente único por las reivindicaciones de clase y las democráticas. No hay otro camino.
Grupo de Comunistas Internacionalistas
13 de noviembre 2012

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