lunes, 24 de septiembre de 2012

Convocatoria de huelga general por CGT para el 31 de octubre:

UN SALTO AL VACÍO. PROCUREMOS NO ESTRELLARNOS

La convocatoria de HG, un error sin paliativos
El pasado día 13 de septiembre, una plenaria confederal de la CGT aprobaba hacer un llamamiento a la huelga general el 31 de octubre.
No vamos a esconder nuestra opinión. Esta convocatoria es un error garrafal. No porque no haya razones para convocarla. Razones hay y de sobra. Tampoco porque la clase trabajadora en este momento no esté dispuesta a hacer una huelga general. Por el contrario, aunque se agudice la división en el seno de la propia clase, con amplios sectores de la clase media asalariada (empleados públicos sobre todo) encastillándose en posiciones corporativas, aún así la disposición a la huelga general sigue intacta, sobre todo en la clase obrera industrial. Tenemos la seguridad de que si CCOO y UGT la convocasen, la clase obrera volvería a parar masivamente, como hizo el 29M.
Es un error garrafal porque la clase trabajadora, en su conjunto y rama por rama, no está dispuesta a ir a la huelga tras la bandera de CGT.
Hay que tener sentido de las proporciones. La influencia de CGT es muy pequeña. CGT tiene dificultades para mover incluso al conjunto de sus afiliados y delegados. Y eso que en ambos apartados, la CGT está muy, pero que muy lejos de ser el “tercer sindicato” que les gusta considerarse.
Y seamos claros. Por mucha gente que haya en la calle, cuando no paran las empresas, no hay “huelga general”.

Un error anunciado
La convocatoria de la huelga general en solitario por CGT no es el producto de un arrebato. En realidad, la confederación lleva hablando de hacerla desde su XVI Congreso Confederal (junio 2009) cuando se eligió al actual secretario general, Jacinto Ceacero. El nuevo Secretariado Permanente confederal se ha caracterizado por su intento de “reanarquización” del sindicato. La táctica de ir hacia una huelga general en solitario está en este marco, junto con la alianza privilegiada con CNT y Solidaridad Obrera (SO), dos pequeñas organizaciones sindicales que se reivindican agresivamente “anarcosindicalistas”. Esta política de “reunificación de la familia anarquista” no tiene ninguna posibilidad de tener éxito, pero es que si lo tuviera sería peor aún. Después de tantos comunicados conjuntos entre los tres sindicatos, el día 15 de septiembre, cuando cientos de miles de trabajadores llenaron las calles de Madrid, CNT y SO convocaban una manifestación distinta y opuesta a la que asistieron más policías que manifestantes. Es la confirmación de que la unidad con CNT y SO no puede hacerse más que al precio de aislarse del movimiento de masas.

Una concepción autoproclamatoria
Algunos activistas del sindicato se consuelan tomando esa convocatoria como un acto de presión hacia CCOO y UGT para que convoquen ya la HG. No es esto lo votado. La resolución del Vº Congreso Extraordinario de CGT (Toledo, marzo 2012) lo que dice es que si los mayoritarios convocasen, CGT convocaría por separado para el mismo día pero que “continuaríamos trabajando en nuestra propia convocatoria de Huelga General”. Es que desde el principio esta huelga se concibe como “con el sindicalismo alternativo y los movimientos sociales””, es decir, contra CCOO y UGT. Como todo el mundo se da cuenta que en las circunstancias actuales, siendo CGT tan débil, esto es imposible, aunque se haya aprobado en un congreso hubo que celebrar otro monográfico en Toledo dedicado a la HG. El SP confederal necesitaba esta ratificación para convocar en solitario. En este congreso se llegó a decir que CGT no convocaría conjuntamente una huelga general con CCOO y UGT ¡incluso aunque estos dos sindicatos la invitaran!
Cualquier persona racional se da cuenta de que es imposible que esta huelga pueda parar el país. En su ponencia de Toledo los propios Ceacero, Póliz, etc, lo admiten. Pero la reacción de los dirigentes de la CGT es como la de la fábula de la zorra y las uvas, la de la zorra convencida de que esas uvas tan atractivas, pero que están tan altas que no llega para cogerlas, están amargas. Así, dirigentes de CGT afirman enormidades como que hoy en día una huelga general no para un país. Total, que da igual, que la llamamos huelga general porque es un nombre con solera, pero que en realidad queremos decir una jornada de lucha y con que hagamos una buena manifestación ya va bien.
Este tipo de barbaridades sólo dan alas al desarrollo dentro de la CGT de corrientes antisindicales, no de clase, de corrientes que se hacen eco de todo tipo de ideologías ajenas, desde el “ciudadanismo” del 15M y sus llamadas a una “revolución democrática” al “decrecimiento” y sus llamamientos al ascetismo, algo paradójico en un sindicato gran parte de cuya actividad consiste en luchar precisamente contra el ascetismo forzado a los trabajadores por los recortes salariales.

Pelea por siglas pero no por programa
Lo más sorprendente de todo esto, es que la CGT (como por lo demás, todos los demás sindicatos sectarios y autoproclamativos) no tiene verdaderas diferencias programáticas con CCOO y UGT. En el “Comunicado público de CGT ante la Cumbre Social” (27 de agosto) se incluye un “programa de mínimos” en el que las únicas empresas que se nacionalizan son las que han sido privatizadas. Un programa en el que no hay ninguna medida que desentone en una hoja de CCOO y UGT. La lógica del “programa mínimo”, en el caso anarcosindicalista como en el reformista, sólo sirve para encubrir que no tienen ninguna intención de pasar al programa máximo.
Pero en realidad la propia situación está exigiendo continuamente poner en primer plano consignas de transición, anticapitalistas, como la expropiación general de la banca y la gran empresa, el control obrero concebido como derecho de veto de las plantillas sobre despidos, etc, la escala móvil de salarios y horas de trabajo (con indexación de los salarios con la inflación y la reducción de jornada sin reducción salarial), etc, Son consignas de transición por dos razones. Porque no es realista que las aplique un gobierno que no sea el de los trabajadores y porque su efecto, aunque palie los sufrimentos que la crisis capitalista descarga sobre las masas, no produce una lógica viable, sino que aumenta más las contradicciones, convirtiéndose en el paso previo al programa máximo, el de la abolición del capitalismo, la propiedad privada y el trabajo asalariado. Aunque aún no hemos entrado en una situación abiertamente revolucionaria, en la que se pueda luchar directamente por la aplicación de estas reivindicaciones, la obligación de los que se consideren “anticapitalistas” es ir difundiendo y popularizando ya estas consignas.

Al menos, que el 31O sea una demostración de fuerzas del sector antipactista de la clase trabajadora
La huelga general del 31 de octubre va a ser un fracaso como huelga general. Esto no tiene discusión, lo admiten los propios convocantes. Ahora bien, ¿de quien será el fracaso? ¿Cómo de grande será el fracaso?
Afortunadamente, podemos decir que el fracaso del 31 de octubre no va a ser una fuerte derrota de la clase trabajadora. No lo va a ser por el carácter insignificante de los sectores a los que va a abarcar. Pero sí va a representar un fuerte deterioro para la CGT. Lo cual es un desastre porque de todo el sindicalismo “alternativo”, no está de más recordarlo, CGT sobresale por ser el único con implantación estatal y multisectorial, por ser un sindicato de clase también en estos dos apartados, mientras que el resto son o nacionalistas o sectoriales o incluso ambas cosas a la vez.
Somos conscientes de que la convocatoria del 31 es una locura. Pero también sabemos que organizar el boicot y la desobediencia interna en la CGT lo sería aún más. Nos convertiría en la quinta columna de la burocracia sindical y, por esa vía, de la patronal. La decisión está tomada. Podemos dudar de las asambleas de las que han salido los acuerdos de muchos de los sindicatos que han asistido a la plenaria del 13. Pero ya es imposible revocarla. Ahora no hay más que dos posibilidades: un fracaso o un fracaso pero. Un fracaso a secas sería un desastre. Un fracaso pero significaría que no habría una verdadera huelga general, pero al menos habría una huelga con un seguimiento significativo en sectores determinados donde haya cierta relación de fuerzas -ferrocarril, telemárketing, correos...-y con fuertes movilizaciones en la calle. Es decir, que si no ha sido una huelga general, al menos que sea una jornada de lucha que haga visible la existencia de una corriente de opinión en la clase trabajadora, aunque sea pequeña, contraria a exigir referéndums o negociaciones y que lucha por la retirada de los ataques ya.
Al menos que sea un acicate para la movilización unitaria posterior, que en los centros de trabajo caliente el ambiente para la huelga general unitaria. Que lo que caliente no sea los ánimos creando enfrentamiento entre los que sigan la convocatoria de CGT y los que están esperando la de CCOO y UGT. Que por lo menos, permita al sector más combativo de cada empresa volver al día siguiente con la cabeza alta y no gacha. Que vuelva con ganas de más y no con rencor, mascullando que “cuando convoqueis vosotros yo no voy”.
Por eso llamamos a todos los activistas del movimiento obrero a luchar porque el día 31 haya una gran demostración de fuerza del ala antiburocrática y antipactista del movimiento obrero. Y porque esa jornada sea vista como un paso más hacia la huelga general unitaria. Sin mentirle a la gente diciendo que el 31 va a haber una “huelga general” pero sin desmovilizarla ni desmoralizarla.
En eso estamos.
Grupo de Comunistas Internacionalistas
23 de septiembre de 2012
-que la marcha del 15S no sea fin sino principio:
mantener la movilización sostenida, oponerse a todos los ataques
-contra las “reformas”, contra el “rescate”
-de plataformas sindicales unitarias en sectores a comités de base en cada sector
-Ante la huelga general de CGT para el 31 de octubre:
que sea una gran demostración de fuerzas del sector de la clase
que se opone al pactismo, a disolver las reivindicaciones en un “referéndum”
-por paros significativos, por grandes y combativas manifestaciones el 31
Y el día siguiente: a luchar todos unidos, en los centros de trabajo y más allá, por una
HUELGA GENERAL DE TODO EL MOVIMIENTO OBRERO

2 comentarios:

  1. Saludos, compañeros.
    Os dejo aquí un par de sugerencias:
    - Os sigo desde hace unos meses y echo de menos la actualización regular de la página. Supongo que no soy el único, teniendo en cuenta los decisivos acontecimientos y la pobreza de los análisis de (casi) todos los demás grupos que se reivindican del socialismo revolucionario.
    - Por otra parte, sugiero también que incluyáis un correo electrónico donde podamos dirigirnos los lectores para comunicaciones privadas.

    Salud.

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    1. Saludos.
      Agradecidos con las sugerencias. Somos un grupo de militantes veteranos que hemos roto recientemente (2009) con la sección española de la LIT-CI. Tenemos limitaciones de tiempo enormes y además gran parte de nuestra actividad ha estado dedicada a la discusión interna de documentos que empezarán a hacerse públicos el año que viene. Además, a diferencia de otros grupos, nosotros trabajamos fundamentalmente en persona o enviando nuestro boletín directamente a las direcciones electrónicas de los activistas que conocemos. El blog tiene una importancia secundaria en nuestro trabajo. De cualquier forma, esperamos mejorar la periodicidad de nuestras aportaciones.
      Tener lectores interesados es un acicate para nosotros.
      Puedes escribirnos a gciporlaivinternacional@gmail.com
      Saludos revolucionarios.

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