Convocatoria de huelga general por CGT para el 31 de octubre:
UN SALTO AL VACÍO. PROCUREMOS NO ESTRELLARNOS
La
convocatoria de HG, un error sin paliativos
El
pasado día 13 de septiembre, una plenaria confederal de la CGT
aprobaba hacer un llamamiento a la huelga general el 31 de octubre.
No
vamos a esconder nuestra opinión. Esta convocatoria es un error
garrafal. No porque no haya razones para convocarla. Razones hay y
de sobra. Tampoco porque la clase trabajadora en este momento no
esté dispuesta a hacer una huelga general. Por el contrario, aunque
se agudice la división en el seno de la propia clase, con amplios
sectores de la clase media asalariada (empleados públicos sobre
todo) encastillándose en posiciones corporativas, aún así la
disposición a la huelga general sigue intacta, sobre todo en la
clase obrera industrial. Tenemos la seguridad de que si CCOO y UGT
la convocasen, la clase obrera volvería a parar masivamente, como
hizo el 29M.
Es
un error garrafal porque la clase trabajadora, en su conjunto y rama
por rama, no
está dispuesta a ir a la huelga tras la bandera de CGT.
Hay que tener sentido de las proporciones. La influencia de CGT es
muy pequeña. CGT tiene dificultades para mover incluso al conjunto
de sus afiliados y delegados. Y eso que en ambos apartados, la CGT
está muy, pero que muy lejos de ser el “tercer sindicato” que
les gusta considerarse.
Y
seamos claros. Por
mucha gente que haya en la calle, cuando no paran las empresas, no
hay “huelga general”.
Un
error anunciado
La
convocatoria de la huelga general en solitario por CGT no
es el producto de un arrebato.
En realidad, la confederación lleva hablando de hacerla desde su
XVI Congreso Confederal (junio 2009) cuando se eligió al actual
secretario general, Jacinto Ceacero. El nuevo Secretariado
Permanente confederal se ha caracterizado por su intento de
“reanarquización” del sindicato. La táctica de ir hacia una
huelga general en solitario está en este marco, junto con la
alianza privilegiada con CNT y Solidaridad Obrera (SO), dos pequeñas
organizaciones sindicales que se reivindican agresivamente
“anarcosindicalistas”. Esta política de “reunificación de la
familia anarquista” no tiene ninguna posibilidad de tener éxito,
pero es que si lo tuviera sería peor aún. Después de tantos
comunicados conjuntos entre los tres sindicatos, el día 15 de
septiembre, cuando cientos de miles de trabajadores llenaron las
calles de Madrid, CNT y SO convocaban una manifestación distinta
y opuesta
a la que asistieron más policías que manifestantes. Es la
confirmación de que la unidad con CNT y SO no puede hacerse más
que al precio de aislarse del movimiento de masas.
Una
concepción autoproclamatoria
Algunos
activistas del sindicato se consuelan tomando esa convocatoria como
un acto de presión hacia CCOO y UGT para que convoquen ya la HG. No
es esto lo votado. La resolución del Vº Congreso Extraordinario de
CGT (Toledo, marzo 2012) lo que dice es que si los mayoritarios
convocasen, CGT convocaría por separado para el mismo día pero que
“continuaríamos
trabajando en nuestra propia convocatoria de Huelga General”.
Es que desde el principio esta huelga se concibe como “con
el sindicalismo alternativo y los movimientos sociales””,
es decir, contra
CCOO y UGT.
Como todo el mundo se da cuenta que en las circunstancias actuales,
siendo CGT tan débil, esto es imposible, aunque se haya aprobado en
un congreso hubo que celebrar otro monográfico en Toledo dedicado a
la HG. El SP confederal necesitaba esta ratificación para convocar
en solitario. En este congreso se llegó a decir que CGT no
convocaría conjuntamente una huelga general con CCOO y UGT ¡incluso
aunque estos dos sindicatos la invitaran!
Cualquier
persona racional se da cuenta de que es imposible que esta huelga
pueda parar el país. En su ponencia de Toledo los propios Ceacero,
Póliz, etc, lo admiten. Pero la reacción de los dirigentes de la
CGT es como la de la fábula de la zorra y las uvas, la de la zorra
convencida de que esas uvas tan atractivas, pero que están tan
altas que no llega para cogerlas, están amargas. Así, dirigentes
de CGT afirman enormidades como que hoy en día una huelga general
no para un país. Total, que da igual, que la llamamos huelga
general porque es un nombre con solera, pero que en realidad
queremos decir una jornada de lucha y con que hagamos una buena
manifestación ya va bien.
Este
tipo de barbaridades sólo dan alas al desarrollo dentro de la CGT
de corrientes antisindicales, no de clase, de corrientes que se
hacen eco de todo tipo de ideologías ajenas, desde el
“ciudadanismo” del 15M y sus llamadas a una “revolución
democrática” al “decrecimiento” y sus llamamientos al
ascetismo, algo paradójico en un sindicato gran parte de cuya
actividad consiste en luchar precisamente contra el ascetismo
forzado a los trabajadores por los recortes salariales.
Pelea
por siglas pero no por programa
Lo
más sorprendente de todo esto, es que la CGT (como por lo demás,
todos los demás sindicatos sectarios y autoproclamativos) no tiene
verdaderas diferencias programáticas con CCOO y UGT. En el
“Comunicado
público de CGT ante la Cumbre Social”
(27 de agosto) se incluye un “programa de mínimos” en el que
las únicas empresas que se nacionalizan son las que han sido
privatizadas. Un programa en el que no hay ninguna medida que
desentone en una hoja de CCOO y UGT. La lógica del “programa
mínimo”, en el caso anarcosindicalista como en el reformista,
sólo sirve para encubrir que no tienen ninguna intención de pasar
al programa máximo.
Pero
en realidad la
propia situación está exigiendo continuamente poner en primer
plano consignas de transición, anticapitalistas,
como la expropiación general de la banca y la gran empresa, el
control obrero concebido como derecho de veto de las plantillas
sobre despidos, etc, la escala móvil de salarios y horas de trabajo
(con indexación de los salarios con la inflación y la reducción
de jornada sin reducción salarial), etc, Son consignas de
transición por dos razones. Porque no es realista que las aplique
un gobierno que no sea el de los trabajadores y porque su efecto,
aunque palie los sufrimentos que la crisis capitalista descarga
sobre las masas, no produce una lógica viable, sino que aumenta más
las contradicciones, convirtiéndose en el paso previo al programa
máximo, el de la abolición del capitalismo, la propiedad privada y
el trabajo asalariado. Aunque aún no hemos entrado en una situación
abiertamente revolucionaria, en la que se pueda luchar directamente
por la aplicación de estas reivindicaciones, la obligación de los
que se consideren “anticapitalistas” es ir difundiendo y
popularizando ya estas consignas.
Al
menos, que el 31O sea una demostración de fuerzas del sector
antipactista de la clase trabajadora
La
huelga general del 31 de octubre va a ser un fracaso como huelga
general. Esto no tiene discusión, lo admiten los propios
convocantes. Ahora bien, ¿de quien será el fracaso? ¿Cómo de
grande será el fracaso?
Afortunadamente,
podemos decir que el fracaso del 31 de octubre no va a ser una
fuerte derrota de la clase trabajadora. No lo va a ser por el
carácter insignificante de los sectores a los que va a abarcar.
Pero sí va
a representar un fuerte deterioro para la CGT. Lo
cual es un desastre porque de todo el sindicalismo “alternativo”,
no está de más recordarlo, CGT sobresale por ser el único con
implantación estatal y multisectorial, por ser un sindicato de
clase también en estos dos apartados, mientras que el resto son o
nacionalistas o sectoriales o incluso ambas cosas a la vez.
Somos
conscientes de que la convocatoria del 31 es una locura.
Pero también sabemos que organizar el boicot
y la desobediencia interna en la CGT lo sería aún más.
Nos convertiría en la quinta columna de la burocracia sindical y,
por esa vía, de la patronal. La decisión está tomada. Podemos
dudar de las asambleas de las que han salido los acuerdos de muchos
de los sindicatos que han asistido a la plenaria del 13. Pero ya es
imposible revocarla. Ahora
no hay más que dos posibilidades: un fracaso o un fracaso pero.
Un fracaso a secas sería un desastre. Un fracaso pero significaría
que no
habría una verdadera huelga general, pero al menos habría una
huelga con un seguimiento significativo en sectores determinados
donde haya cierta relación de fuerzas -ferrocarril,
telemárketing, correos...-y con fuertes movilizaciones en la calle.
Es decir, que si
no ha sido una huelga general, al menos que sea una jornada de lucha
que haga visible la existencia de una corriente de opinión en la
clase trabajadora, aunque sea pequeña, contraria a exigir
referéndums o negociaciones y que lucha por la retirada de los
ataques ya.
Al
menos que sea un acicate para la movilización unitaria posterior,
que en los centros de trabajo caliente el ambiente para la huelga
general unitaria. Que lo que caliente no sea los ánimos creando
enfrentamiento entre los que sigan la convocatoria de CGT y los que
están esperando la de CCOO y UGT. Que por lo menos, permita al
sector más combativo de cada empresa volver al día siguiente con
la cabeza alta y no gacha. Que vuelva con ganas de más y no con
rencor, mascullando que “cuando convoqueis vosotros yo no voy”.
Por
eso llamamos a todos los activistas del movimiento obrero a luchar
porque el día 31 haya una gran demostración de fuerza del ala
antiburocrática y antipactista del movimiento obrero. Y porque esa
jornada sea vista como un paso más hacia la huelga general
unitaria. Sin
mentirle a la gente diciendo que el 31 va a haber una “huelga
general” pero sin desmovilizarla ni desmoralizarla.
En
eso estamos.
Grupo
de Comunistas Internacionalistas
23 de septiembre de 2012
-que
la marcha del 15S no sea fin sino principio:
mantener
la movilización sostenida, oponerse a todos los ataques
-contra
las “reformas”, contra el “rescate”
-de
plataformas sindicales unitarias en sectores a comités de base en
cada sector
-Ante
la huelga general de CGT para el 31 de octubre:
que
sea una gran demostración de fuerzas del sector de la clase
que
se opone al pactismo, a disolver las reivindicaciones en un
“referéndum”
-por
paros significativos, por grandes y combativas manifestaciones el 31
Y
el día siguiente: a luchar todos unidos, en los centros de trabajo y
más allá, por una
HUELGA
GENERAL DE TODO EL MOVIMIENTO OBRERO
Saludos, compañeros.
ResponderEliminarOs dejo aquí un par de sugerencias:
- Os sigo desde hace unos meses y echo de menos la actualización regular de la página. Supongo que no soy el único, teniendo en cuenta los decisivos acontecimientos y la pobreza de los análisis de (casi) todos los demás grupos que se reivindican del socialismo revolucionario.
- Por otra parte, sugiero también que incluyáis un correo electrónico donde podamos dirigirnos los lectores para comunicaciones privadas.
Salud.
Saludos.
EliminarAgradecidos con las sugerencias. Somos un grupo de militantes veteranos que hemos roto recientemente (2009) con la sección española de la LIT-CI. Tenemos limitaciones de tiempo enormes y además gran parte de nuestra actividad ha estado dedicada a la discusión interna de documentos que empezarán a hacerse públicos el año que viene. Además, a diferencia de otros grupos, nosotros trabajamos fundamentalmente en persona o enviando nuestro boletín directamente a las direcciones electrónicas de los activistas que conocemos. El blog tiene una importancia secundaria en nuestro trabajo. De cualquier forma, esperamos mejorar la periodicidad de nuestras aportaciones.
Tener lectores interesados es un acicate para nosotros.
Puedes escribirnos a gciporlaivinternacional@gmail.com
Saludos revolucionarios.