miércoles, 17 de noviembre de 2010

MÁS DE UN MES DESDE LA HUELGA GENERAL, ¿CÓMO SEGUIR?

Ha pasado más de un mes desde la huelga general. La jauría mediática se ha ido acallando. El gobierno ha reaccionado: Zapatero ha cambiado no sólo los ministros, sino de número dos, que amenaza con convertirse en número uno. La reforma laboral, que fue el desencadenante de la huelga, sigue ahí. Lo que todo el mundo se pregunta es: ¿y los sindicatos? ¿Qué hacen? Y sobre todo, lo más importante: ¿qué deberíamos hacer los trabajadores para continuar la lucha?

El CAMBIO DE GOBIERNO: SOSTENELLA Y NO ENMENDALLA
Celestino Corbacho, el Ministro de Trabajo responsable de la reforma laboral, ya había anunciado su retirada tras la huelga general. Se sabía que el gobierno iba a cambiar.
Y vaya si cambió. El 20 de octubre Zapatero anunció sorpresivamente la remodelación del gobierno. No sólo hay un nuevo ministro de Trabajo, los cambios han sido tales que este gobierno no parece continuidad del antiguo.
pero si lo es. Se trata simplemente de una reafirmación. Una vez que el pacto con PNV y CC les garantiza poder acabar la legislatura, y que el comportamiento de CCOO y UGT tras la Huelga General les ha convencido de que en el fondo siguen buscando volver al "diálogo", Zapatero ha formado un gobierno "de mayor peso político" supuestamente con el objetivo de recuperar la popularidad perdida y afrontar las elecciones del 2012 con posibilidades de ganar.
¿Qué quiere decir "peso político"? El nuevo gobierno es un giro a la derecha. Desaparecen precisamente los Ministerios que el PP pedía: Vivienda e Igualdad. El nuevo hombre fuerte del gobierno y que se perfila como sucesor de Zapatero, es el ministro del interior, Alfredo Pérez Rubalcaba. El responsable de la política antiterrorista que tendrá que rentabilizar electoralmente la debacle de ETA.
¿Cual es el objetivo de este gobierno? Tranquilos por la posibilidad de llegar al final, de la legislatura, su objetivo es acabar el plan: continuar el ajuste y reformar las pensiones. Es decir, su objetivo es continuar y profundizar el plan antiobrero y antipopular que viene aplicando, y que está en la base de la pérdida de popularidad del gobierno. Por eso podemos decir que sigue siendo un gobierno suicida, cuyo programa consiste en atacar centralmente a sus propios votantes. Por eso el PP sigue frotándose las manos y repartiéndose los ministerios por anticipado. No hay mejor forma para preparar su vuelta al poder.

EL "GUIÑO" A LOS SINDICATOS Y LA IZQUIERDA
El nuevo gobierno incluye también algún gesto hacia la izquierda. Rosa Aguilar, que ya había abandonado IU para convertirse en consejera del gobierno andaluz de Griñán, asume el Ministerio de Agricultura. Y el Ministerio de Trabajo es ocupado por Valeriano Gómez, "miembro" de UGT (como economista del Gabinete Técnico de la Ejecutiva Confederal, no como afiliado ni dirigente de un sindicato) que tuvo la cara de aparecer el 29-S en la cabecera de la manifestación contra la Reforma Laboral, la misma que ahora está encargado de aplicar.
Pero como estos gestos están al servicio de mantener la misma política económica y social, la que corresponde a las necesidades del gran capital, su eficacia va a ser nula. No significan que vaya a vacilar en continuar su plan.
Sin embargo, estos "gestos" son continuidad del gesto mayor: el gobierno no ha criticado, no se ha peleado con CCOO y UGT a pesar de que le montaran una huelga general, sino que no para de decir que quiere que vuelvan a la negociación ¿A qué le tiene miedo el gobierno?
Al "mal francés". Al contagio de Francia. El panorama de rebelión social ante la reforma de las pensiones de Sarkozy planea sobre la Moncloa. Y ello porque su agenda de reformas a aprobar coincide con las medidas que está planteando el Gobierno francés.
El Gobierno prepara una nueva ronda de negociaciones en el marco del diálogo social, con CCOO, UGT y la CEOE, entre las que se encuentran la negociación colectiva, el desarrollo de la reforma laboral, y las reformas de las pensiones que acuerden en la comisión del Pacto de Toledo (aumento de la edad de jubilación de 65 a 67 años, aumento del cómputo de las bases de los años cotizados para calcular la cuantía de las pensiones). Probablemente la estrategia del Gobierno para recomponer el diálogo social tras el 29-S pasa por “suavizar” los aspectos más estridentes de la reforma laboral (la regulación de la previsión de pérdidas de las empresas para poder acordar los despidos colectivos y otros), de forma que les permita lavar su imagen ante el electorado, y al mismo tiempo que pueda dar pie a los dirigentes sindicales para pretender que han conseguido hacer retroceder al Gobierno.

EL GIRO DE LA PATRONAL
El diálogo social se rompió por la intransigencia de la patronal, lo que fue la causa inmediata para que el gobierno lanzase en solitario la reforma laboral. Decimos que una de las prioridades del nuevo gobierno Zapatero-Rubalcaba es volver al diálogo social, con la CEOE. Y parece que ésta está dispuesta.
Para esto, la CEOE ha forzado la dimisión de su presidente Gerardo Díaz Ferrán y promovido elecciones para el 17 de diciembre. Necesitan alguien que no esté tan desprestigiado ante la opinión pública ni tan ligado al PP, de forma que pueda tener una relación más fluida con el Gobierno de Zapatero. Ahora no descalifican globalmente la reforma laboral por incompleta, sino que empiezan a sostener peticiones parciales al margen de la propia reforma: desaparición de las cláusulas de revisión salarial, lucha contra el absentismo laboral mediante la penalización de los complementos salariales, etc. Han pasado de declararle la guerra a los trabajadores y sus organizaciones antes de la huelga, a replegarse tras el Gobierno y volver a la senda de las reformas negociadas.

LOS DIRIGENTES DE CCOO Y UGT QUIEREN RECUPERAR EL “DIÁLOGO”, A PESAR DE LA CERRAZÓN DEL GOBIERNO
Tras las declaraciones iniciales de Toxo y Méndez rechazando negociar nada sobre la reforma laboral que no implique su retirada, hechas inmediatamente tras la Huelga General, han pasado, una vez que se reunieron los Consejos Confederales respectivos, a una posición más tibia. Ya han manifestado claramente que si bien siguen cuestionando la reforma laboral, no van a convocar otra huelga general.
Pero es difícil volver a la concertación social con el Gobierno en las mismas condiciones que antes sin desgastarse ante toda esa amplia capa de trabajadores que se han movilizado creyendo en la firmeza de los dirigentes sindicales. Sin contar el cierto resurgimiento de los sectores sindicales de izquierda y alternativos que se han manifestado en curso de la huelga; máxime cuando estamos a pocos meses vistas de las elecciones sindicales, en las que la burocracia sindical refrenda su poder de representación de los trabajadores y su capacidad de interlocución con el Gobierno y la patronal. Para desatascar la situación, las direcciones sindicales han decidido plantear un calendario de movilizaciones que den la imagen de una suerte de continuidad a la huelga general (convocan paros de ¡diez minutos! y manifestación para el ¡18 de diciembre! ¡Vaya continuidad).
LA "ALTERNATIVA" DE CCOO y UGT
No es posible limitarse a ir a la contra. Hay que dar propuestas en positivo. Las burocracias de CCOO y UGT han presentado el pasado día 27 un documento conjunto, "Recuperar derechos y defender el estado social". que contiene su propuesta alternativa.
El problema es que este documento es cualquier cosa menos "alternativo". El documento asume casi todo del discurso dominante. Por ejemplo, cuando critica que la política de Zapatero sólo va encaminada a resolver el déficit sin preocuparse del paro, no se hace ninguna mención a la causa del déficit. Y es lógico, porque en su momento CCOO y UGT apoyaron el salvamento de la banca a cargo del dinero público, que está en la base de la debacle actual de las cuentas públicas.
Es que "La reducción del déficit público debe ser un fin compatible con las prioridades económicas, sociales y de empleo." es decir, en cualquier caso, CCOO y UGT están de acuerdo con que algo hay que recortar para reducir el déficit. El plan de la Unión Europea que se está aplicando en toda Europa "no es la única alternativa para cumplir con los compromisos de déficit." que por lo tanto hay que cumplir...
El documento usa una y otra vez la palabreja "gobernanza". El diccionario de la Real Academia la define como "Arte o manera de gobernar que se propone como objetivo el logro de un desarrollo económico, social e institucional duradero, promoviendo un sano equilibrio entre el Estado, la sociedad civil y el mercado de la economía". Las instituciones capitalistas internacionales, tales como el Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional, que han puesto en circulación la palabreja, CCOO y UGT asumen el vocabulario de estas instituciones porque asumen también sus objetivos: "Para la Confederación Europea de Sindicatos, y con ella UGT y CCOO, la gobernanza económica europea ha sido una exigencia desde hace largo tiempo."
Todo lo demás, es la misma palabrería: no hay una oposición frontal a cualquier recorte de las pensiones, sino sólo la exigencia de que todo se haga a través del Pacto de Toledo, ¡que es el instrumento que PSOE y PP han usado desde 1995 para ir recortándolas!
El documento menciona también que van a lanzar una Iniciativa Legislativa Popular (ILP) que iría “en dirección de modificar, con otra ley, el corazón de la reforma, esto es, la contratación y el despido". Esto significaría embarcar durante meses a todo el movimiento sindical y popular en una difícil recogida de firmas (en las ILP se ponen tantos requisitos que siempre se anulan casi un tercio de las firmas) para que llegue una propuesta al parlamento, un parlamento cuya opinión sobre las condiciones laborales ya conocemos, porque acaba de aprobar la reforma laboral.
En una hoja próxima discutiremos la concepción de base de este documento, que cree que los capitalistas no saben lo que hacen y que los planes van a agudizar la crisis por falta de demanda. Se trata de la explicación subconsumista de la crisis y la receta que se da para salir de ella es el keynesianismo. No es alternativa, es una otra receta para salvar la economía capitalista, sólo que una receta vieja, que ya mostró su agotamiento.

¿QUÉ ALTERNATIVA ENTONCES?
la lucha contra los planes del Gobierno Zapatero no es algo "español", se trata de planes comunes al resto de los países europeos y sólo en esta perspectiva pueden ser derrotados. Hay que ir a una coordinación europea, que nos una en la lucha con los trabajadores franceses, portugueses (que van a la huelga general el 24 de este mes), griegos, etc.
Hay que pedir que CCOO y UGT no vuelvan a sentarse con el Gobierno salvo para exigir la derogación de la reforma laboral. Pero no hay que quedarse en esto, hay que incluir la retirada del plan de ajuste (recorte a los empleados públicos y congelación de las pensiones) y retirar el plan de reforma de las pensiones. Hay que retirarse de todas negociaciones en curso hasta que no se cumplan estas reivindicaciones (en todos los ámbitos, incluido en las comunidades autónomas). Si el Gobierno no cede, habrá que ir a otra huelga general. Pero no basta con esperar a que el Gobierno cambie su política, hay que obligarle trazando un plan de movilizaciones sostenido en el tiempo que unifique la lucha y no la sectorialice, que empiece por movilizar a los 500.000 trabajadores que no tienen convenio al día de hoy y los una al resto de los trabajadores por sus reivindicaciones específicas y contra este plan de ajuste. Hay que ensanchar la brecha de la movilización abierta por el 29-S, porque los trabajadores intuyen que sólo mediante acciones contundentes y centralizadas es posible cambiar la política de un gobierno como el de Zapatero.

-CCOO y UGT: ¡No os echéis atrás! ¡No hicimos la huelga general para eso! ¡Exigid la retirada incondicional de la reforma laboral! ¡No aceptad ningún recorte a las pensiones! ¡Fuera de la negociación de los reglamentos de la reforma laboral, que es participar en aplicarla!
-Mantengamos la movilización: participemos en los paros y manifestaciones convocados por CCOO y UGT en diciembre, pero eso es demasiado tarde. ¡Todos a las movilizaciones, exijamos a los comités de empresa, secciones sindicales, sindicatos de CCOO y UGT que participen en las movilizaciones convocadas por la izquierda sindical antes de diciembre! ¡Todos a las manifestaciones convocadas por CGT entre el 20 y el 30 de noviembre!
-No empantanemos la movilización obrera en la calle en una absurda recogida de firmas. No a la ILP, ya sabemos la opinión de este parlamento, exijamos en la calle al gobierno que retire las medidas

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