domingo, 18 de octubre de 2015

ELECCIONES CATALANAS

TRIUNFO DEL INDEPENDENTISMO
SE PROFUNDIZA LA CRISIS DEL PP
AUSENCIA DE POSICIÓN INDEPENDIENTE DE LA CLASE TRABAJADORA

 A la izquierda, Junqueras (ERC), Mas (CDC) y Romeva (exICV (!)), cabeza de lista de JxSí. A la derecha, David Fernández, Antonio Baños y Gabriela Serra entre otros dirigentes de la CUP-CC. 
 
Las elecciones catalanas celebradas el pasado 27 de septiembre no han dado un resultado sorprendente. Como se esperaba, ha ganado la candidatura Junts pel Sí (JxSí), formada por Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) y Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), pero bajo la forma de una lista “de la sociedad civil” y con un cabeza de lista “no partidario” que reconocidamente no iba a ser el candidato a Presidente de la Generalitat. Se trata de Raül Romeva, ex parlamentario europeo de ICV, “ecologista”, miembro de Greenpeace. Han sacado 62 diputados. Sumando sus diputados con los diez de la Candidatura d´Unitat Popular-Crida Constituent (CUP-CC) nos sale que las fuerzas que se han presentado con programas abiertamente independentistas han obtenido mayoría absoluta. El independentismo ha ganado.


Aunque con un resultado que es un fracaso, con menos votos que los que sacó ICV en las últimas autonómicas, la candidatura Catalunya Sí Que Es Pot (CatSíqueesPot) ha sacado 11 diputados. Esto la deja por debajo del PSC-PSOE que ha logrado evitar el hundimiento, con 16.

Unió Democràtica de Catalunya (UDC), el decano del nacionalismo burgués catalán, fundado en 1931, socio de CDC durante 35 años, de ser el ala clerical de CiU ha pasado a ser su sector vergonzantemente españolista. Se ha presentado en solitario y no ha obtenido ni un diputado.

En cuanto a la derecha españolista, Ciutadans-Partido de la Ciudadanía (C´s) ha aplastado al PP, sacando 25 diputados frente a los 11 de estos últimos.



La absurda discusión sobre el 51%

A pesar de estos resultados, los tertulianos y medios de comunicación españolistas y monárquicos han puesto el grito en el cielo: Mas dijo que estas elecciones eran plebiscitarias... y sin embargo, hay más votos para las opciones no independentistas que para las independentistas, unos 163.238 votos válidos emitidos (sobre un total de más de cuatro millones). Lo más sorprendente es que la CUP-CC ha hecho eco a esta barbaridad.

Lo más importante aquí no es señalar que la suma está hecha con truco; está claro que JxSí y CUP-CC son independentistas, pero no que el resto no lo sea, porque una parte al menos de los votos (y desde luego, una parte de los dirigentes) de CatSíqueesPot también lo es. Ni siquiera que todos los demás sean partidarios de las cosas como están, porque los que no son independentistas en CatSíqueesPot defienden un “proceso constituyente” en el que Catalunya tenga “derecho a decidir” y el PSC-PSOE pide una reforma de la Constitución hacia un “estado federal”.

Lo importante es que no se pueden poner ambos votos en la misma balanza. Votar independencia es votar contra el régimen, es saltar a lo desconocido. Votar contra la independencia es el reflejo condicionado de la servidumbre. Siempre tiene ventaja el voto por el status quo, siempre hay una inercia, una gente que está fuera de todo (y además, siempre hay policías, militares, funcionarios del estado central, empleados de grandes empresas, etc, censados en Catalunya pero que vienen de fuera). La virtual paridad de votos esconde una superioridad aplastante en la calle por parte del independentismo. La tendencia más probable para los votos independentistas es seguir subiendo si no la corta una traición demasiado evidente de sus líderes. Por eso sería un crimen pararse y supeditar todo a la búsqueda de la mayoría formal.

Esto se comprende mejor si hacemos una analogía entre la cuestión nacional y la social. La idea de que la legitimidad para avanzar hacia el socialismo sólo se obtiene a partir del 51% de los votos recuerda a la socialdemocracia alemana de preguerra o a Allende en Chile. Es un absurdo fetichismo parlamentario. Para un revolucionario, la revolución es posible, es necesaria y legítima sólo con que la mayoría aplastante de la clase trabajadora esté por hacerla y apoyarla y con que esta mayoría haya conseguido, si no que se pasen a su lado, que una parte sustancial de las clases medias miren el proceso con neutralidad, sin oponerse activamente. La mayoría formal, la mitad más uno aquí no tiene nada que ver; las fuerzas burguesas, capitalistas, no lo tomarían en cuenta, como no lo hicieron Pinochet ni Franco. Volviendo a nuestro caso, de lucha nacional y no social, en realidad a las fuerzas españolistas les da igual cuantos votos haya, pretenderán atajar el proceso de todos modos.



Ascenso naranja, hundimiento del PP

El ascenso meteórico de Ciutadans ha superado incluso sus propias expectativas. No es que lo diga Aznar, es que cualquiera puede ver que los votos a C´s han venido fundamentalmente del tipo de gente que vota al PP no sólo en Catalunya. El PP está aterrado. El régimen no. No hay más que ver que la consecuencia de este resultado han sido varias portadas y editoriales seguidos enalteciendo a C´s por parte no sólo de “El Mundo” sino también de “El País” y “ABC”. Ciutadans es el recambio prefabricado por el régimen, usando hábilmente muchos de los chascarrillos ideológicos que el 15M y Podemos han puesto en circulación, aunque sin una gota de perroflautismo. El partido, que se presenta como de “centro-izquierda” puede parecer un poco ambiguo. Tiene un jefe, Rivera, que fue campeón de “debate universitario” (una competición que consiste en que cada equipo debe defender una posición sobre un tema... que no conoce hasta que le toca por sorteo al inicio de cada debate), es decir, un tipo capaz de defender una cosa y la contraria. Pero si se escuchan los gritos de sus seguidores la noche electoral se puede ver que ellos no se confunden: “Soy español, español, españooool”. A fin de cuentas, su candidata, Inés Arrimadas, medio castellana medio andaluza, hija de un policía, sólo lleva 7 años viviendo en Catalunya.

Frente a esta competencia, el PP presentó un candidato que no era sólo genéricamente españolista. Xavier García Albiol se había hecho notar como alcalde de Badalona no por su españolismo sino por su racismo desatado. No era un candidato votable por el tipo de gente despistada, ex-votantes del PP y alguno del PSOE que estaban hinchando las velas de C´s. Es como si de antemano el PP hubiera reconocido la derrota y se resignara a agrupar a sus más incondicionales.



La CUP-CC: la “oveja negra” de la familia

La CUP-CC también ha salido como gran triunfadora de las elecciones. La CUP está legalizada como partido desde 1987 y ha ido creciendo paulatinamente como marca electoral de diversos grupos independentistas catalanes, algunos de los cuales usan un vocabulario “marxista” o incluso “anarquista”. Para estas elecciones han montado la candidatura CUP-CC (Grito Constituyente) que se ha comido al resto de la izquierda revolucionaria catalana no independentista, tras el fracaso de varias otras operaciones rivales.

El problema con la CUP-CC es que, aunque se presente como la fuerza anticapitalista más exitosa en el terreno electoral, siempre fue más un apéndice izquierdista del “Procès” que su oposición revolucionaria, precisamente por ser una organización nacionalista, no internacionalista. Nadie lo ha expresado mejor que su candidato, Antonio Baños, cuando ha dicho que Mas es como el “amigo borracho” del que uno se avergüenza pero que cuando se mete en peleas hay que ir a defenderlo. A eso van.



Catalunya Sí que es Pot (“Cataluña, sí se puede”): Cataluña quizá, pero ellos no

La candidatura “ciudadana” (que es así como se presentaba, no de los trabajadores y las capas populares) formada en lo fundamental por Iniciativa per Catalunya Verds (ICV), Esquerra Unida i Alternativa (EUA, rama catalana de Izquierda Unida) y Podemos, ha cosechado un rotundo fracaso.

¿A qué se ha debido? Los ideólogos reaccionarios de los “significantes vacíos” como los Errejón y las Bescansa han sacado como conclusión que esto demuestra que Podemos no debe ir a las elecciones en coalición, con “siglas complicadas”, en fin, que no tiene que ir con IU a ninguna parte. Lo que quieren decir es que todo lo que sea cambiar la marca Podemos hace perder votos y que su fuerza consiste en no identificarse con la izquierda, es decir, seguir siendo nada.

Pero la verdad es que quien ha mantenido el tipo y evitado la debacle ha sido ICV, no Podemos. La causa del fracaso ha sido que Podemos y su líder, Pablo Iglesias, han dirigido su campaña a los trabajadores inmigrantes que se sientan españoles. En la más repugnante vena lerrouxista, han intentado movilizarlos contra el independentismo catalán. Pero en la medida en que este sector de la población sigue existiendo (que es cada vez menos), le ha dado la espalda y ha votado PSC. Se lo merece Pablo Iglesias. Porque con el tipo de campaña que ha hecho ha desenmascarado el españolismo de Podemos. Ellos están porque Catalunya tenga derecho a decidir... pero conjuntamente con el resto del Estado. Es una negación vergonzante del derecho a la autodeterminación. Porque la cuestión de fondo sobre el “derecho a decidir” no es si se hace con referéndum o con elecciones. sino si se reconoce que Catalunya es una nación diferenciada y por lo tanto es ella sola, mediante el mecanismo que vea necesario, la que tiene que decidir qué hace. La secretaria de Podem en Catalunya, Gema Urbasart, propuesta por el propio Iglesias en persona, ha dimitido en el fondo por esta deriva españolista. Todo indica que se va a profundizar.



La izquierda revolucionaria, rehén del independentismo

En la propia Catalunya, la mayor parte de la izquierda obrera y revolucionaria, es decir, trotskysta, no ha levantado una alternativa independiente. Corriente Roja, Lucha Internacionalista y En Lucha han decidido incorporarse a la CUP-CC. Es decir, han decidido incorporarse a una organización que pone como seña de identidad el independentismo por encima de su “socialismo”; una organización que no pretende construir un partido a escala estatal (menos todavía mundial) sino que se construye a escala del marco territorial de lo que pretende construir: el socialismo en un sólo país... o países Catalanes. Es decir, una organización nacionalista pequeñoburguesa, como el abertzalismo vasco o el bloquismo galego. Esta querencia por los independentistas “radicales” era una vieja enfermedad de la LCR mandelista (hoy, Anticapitalistas, mayordomos de Pablo Iglesias) pero CR está contagiada desde su participación en Iniciativa Internacionalista en las europeas de 2009. Lucha Internacionalista ha participado en todo tipo de enjuagues “constituyentes” independentistas en Catalunya. En Lucha sale de Podemos para meterse en otro charco. Sólo Clase contra Clase ha permanecido independiente y haciendo propaganda coherentemente internacionalista.

De ninguna manera esto ayuda a la construcción de una alternativa revolucionaria obrera a nivel estatal contra el régimen monárquico y el capitalismo. Todo el mundo interpreta el éxito de la CUP-CC como lo que es: el éxito de una organización ante todo independentista, el ala extrema-izquierda del frente nacional encabezado por Mas. La condición para ir construyendo una dirección obrera revolucionaria internacionalista es la ruptura con CUP-CC.



Una posición independiente de la clase trabajadora

La Constitución Española da al ejército y no al gobierno o las Cortes la tarea de velar por la “unidad de España”. Sin embargo, no es previsible una intervención unilateral de los militares a corto plazo. La dinámica que impulsa el PP (y C´s), dinámica que está por ver si el PSOE tiene intención de interrumpir, pasaría antes por una suspensión de la autonomía y una puesta de Catalunya bajo el control del gobierno central. Ésta es una posibilidad contemplada en la Constitución.

Suspender un gobierno autonómico también era posible con la constitución republicana de 1931. No carece de interés recordar que fue aplicada en dos ocasiones y las dos contra Catalunya. La primera fue en 1934, cuando el gobierno del “bienio negro” suspendió la autonomía catalana a resultas del amago de insurrección y la proclamación de la “república catalana” por Companys; la segunda fue en 1937, cuando el gobierno de Valencia, en plena ofensiva contrarrevolucionaria, tras ilegalizar al POUM, retiró casi todas las competencias de la Generalitat sin suspenderla formalmente para controlar directamente el territorio en el que había alcanzado más fuerza la revolución social.

Por eso, la primera tarea de cualquier fuerza obrera y popular demócrata, española o catalana, es advertir a las masas populares de esta posibilidad, llamarlas a movilizarse, en Catalunya pero también en el resto de la península y las islas, para impedir esta medida reaccionaria. Si la medida tuviera éxito, no se podría descartar que acabara siendo no un sustituto sino una preparación para la intervención militar directa.

La segunda tarea de toda fuerza democrática e internacionalista, no nacionalista ni española ni catalana, como debe ser toda fuerza obrera, socialista y revolucionaria, es defender el “derecho a decidir” de Catalunya, que en estos momentos se concretaría en su derecho a proclamar su independencia. Nosotros no somos independentistas. Pero no es lo mismo el nacionalismo opresor que el de la nación oprimida. Como hemos explicado en otros lugares (ver aquí) nosotros abogamos por la Federación Ibérica de Repúblicas Socialistas, con unión económica, como primer paso hacia los Estados Unidos de Europa (ver aquí y aquí). Abogamos por una estrategia revolucionaria para lograr esto (ver aquí). Pero la única forma de avanzar hacia este objetivo es defendiendo el derecho de Catalunya a proclamar su independencia. Independencia que no duraría un segundo frente al ataque frontal del estado central sin una amplia movilización del conjunto de los pueblos de la península y más allá.

En cuanto al gobierno que debe pilotar el “proceso”, los revolucionarios no pueden proponer más que un gobierno de la clase trabajadora. De qué partidos podría estar compuesto tal gobierno no es algo que ahora mismo se pueda determinar; los resultados electorales y lo que ocurra el próximo 20 de diciembre en las generales pueden producir muchos cambios, escisiones y reorganizaciones en las organizaciones que ahora mismo se reivindican del movimiento obrero. Por tanto, la consigna “gobierno de concentración” que propone la CUP-CC es inaceptable porque significa apoyar la constitución de un gobierno concentrado... de CDC y ERC, un gobierno burgués. No basta con no participar en él, no basta con no votarlo, se trata de aclarar que la constitución de tal gobierno no representa un paso adelante en el progreso sino su aborto. Porque tal gobierno nunca se plantearía romper con el capitalismo, ni siquiera romper con la Unión Europea y el euro, que son condiciones previas necesarias para cualquier política, para cualquier “plan de emergencia” contra la pobreza y a favor de la clase trabajadora que se pueda pergeñar.

Este es el programa que hay que agitar, dentro y fuera de Catalunya, si los títulos de “revolucionario” e “internacionalista” no van a ser sólo decorativos.

Grupo de Comunistas Internacionalistas, 18-X- 2015

  • RESPETO AL DERECHO A DECIDIR DE CATALUNYA
  • NINGUNA AGRESIÓN A CATALUNYA DESDE ESPAÑA, NI DESDE LOS JUECES, NI DESDE EL GOBIERNO NI DESDE EL EJÉRCITO
  • NO AL SEGUIDISMO A LA BURGUESÍA: EL PROYECTO DE MAS-JUNQUERAS ES SER UNA ESTRELLA MÁS DE LA BANDERA DE LA UE. EL DE LOS TRABAJADORES Y EL PUEBLO CATALÁN DEBE SER ANTICAPITALISTA Y FUERA DE LA UE

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