Tremendo
desbarajuste en el sistema de partidos,
fuerzas
“alternativas” al frente de municipios clave;
pero ¿un
paso adelante para la clase trabajadora?
El
resultado de las elecciones
municipales y autonómicas del 24M, celebradas cerca del primer
aniversario de la abdicación de Juan Carlos,
ha sido a la vez previsible
y sorprendente. Previsible
porque se inscribe en la tendencia, a la desestabilización del
conjunto del sistema de partidos del régimen, una tendencia marcada
por las europeas pero que se apuntaba desde antes. Y sorprendente,
porque era imposible preveer las combinaciones concretas a las que
iban a dar lugar los resultados.
Los
dos partidos que han sido el puntal del régimen caen
estrepitosamente, fundamentalmente el que tiene la
responsabilidad del gobierno y por lo tanto la de los recortes; pero
los resultados no son tan simples como para decir que suben los dos
que se plantean como recambio. Por todas partes han obtenido
magníficos resultados las candidaturas llamadas “de unidad
popular”: las alcaldías de Madrid y Barcelona, así como
Valencia y Zaragoza son sus símbolos.. Pero, ¿qué significa esto
para la clase trabajadora? Porque estas candidaturas ni se
reivindican obreras ni socialistas. Por el contrario, se postulan
como “ciudadanas”. Es decir, no son de “unidad popular”,
expresión que parece sugerir la unidad de los explotados y oprimidos
contra los explotadores, sino de Frente Popular, que representa la
unión de los explotados con los explotadores autodenominados
“democráticos”.
¿Cómo
continuar la lucha por el socialismo en este marco?