ABRIR
UN RESQUICIO A LA APARICIÓN DE UNA ALTERNATIVA OBRERA REVOLUCIONARIA
Reunión
en Madrid de “candidaturas ciudadanas”. En primera fila, Xavi
Matilla de Terrassa en Comú, Xulio Ferreiro de Marea Atlántica, Ada
Colau, de Barcelona en Comú, Manuela Carmena, de Ahora Madrid,Ysabel
Torralbo de Málaga Ahora y Pedro Santisteve de Zaragoza en Común.
Por detrás, la tercera desde la izquierda, Susana Serrano, de
Sevilla Participa.
El
24 de mayo serán las segundas elecciones de este año, pero no las
últimas. Serán las elecciones
municipales
y también autonómicas
en
todas las comunidades salvo Andalucía, Galiza, Comunidad Autónoma
Vasca, Catalunya y Canarias, amén de otras instituciones intermedias
entre ayuntamientos y comunidades autónomas. Por eso están tomando
un carácter
de primera vuelta de las elecciones generales. Esto
a pesar de la diversidad de problemáticas y temas muy especificos
locales que atraviesan esta convocatoria. Es que en una situación
tan fluida desde el punto de vista electoral como la que vivimos, la
“foto fija” que representará el resultado de estos comicios, más
allá incluso de la nueva relación de fuerzas en las que desemboque
según el nuevo reparto de cargos institucionales, va a ser el marco
inmediato de cara a las elecciones generales de noviembre.
Lo
primero que habría que destacar es la ausencia de Podemos en las
municipales. Se trata de una estrategia del grupo “tuerkista”,
Iglesias, Errejón, Bescansa (del que se ha descolgado Monedero),
que ya lo hizo aprobar en Vistalegre. Las elecciones municipales son
más un peligro que una oportunidad para un partido que todo se
lo juega a ganar las generales, que se acaba de formar y no
se puede fiar de sus propios candidatos aparecidos de la nada y
para el que nada sería más letal que un escándalo de corrupción
de los que la administración local es tan pródiga.
En
lo que se refiere a las autonómicas, no hay nada especial, en
general se presentan candidaturas de Podemos e IU. Pero la ausencia
de Podemos con su sigla de las municipales ha propiciado el
surgimiento como hongos de candidaturas que optan a competir por ese
espacio electoral. Candidaturas que beben de la misma fuente
ideologica que Podemos y el 15M, la “indignación ciudadana”.
Este proceso tiene su punto de partida en Guanyem Barcelona,
candidatura encabezada por Ada Colau dirigente del movimiento
antidesahucios (por motivos legales, ha acabado cambiándose el
nombre por Barcelona en Comú), que incluye a Podemos, ICV,
etc. Iniciativas semejantes se han extendido a otras ciudades, con
tal fuerza que IU y Podemos se han visto empujados a participar
en ellas. Además en muchas otras localidades, el impulso de los
circulos de base de Podemos ha hecho que se presenten como
agrupación de electores sorteando así la prohibición de concurrir
a las municipales.
Algunos
procesos de creación de candidaturas ciudadanistas unitarias han
sido especialmente enmarañados. En Madrid capital se comenzó
con Ganemos Madrid y ha acabado habiendo una candidatura, Ahora
Madrid, levantada por Podemos, un sector de IU, la corriente
“autónoma” “Observatorio Metropolitano” y apoyada por CR. Y
por otro lado, hay una candidatura del sector “oficialista” de
IU-CM. En Sevilla Ganemos Sevilla estalló y finalmente IU se
presenta sola, por otro lado Equo se presenta apoyada por el sector
“oficial” de Ganemos, otro sector de Ganemos junto con Podemos
monta Sevilla Participa y finalmente los exverdes exIU se
presentan como “Ganemos Sevilla Sí se puede”. Hay más líos
similares por ahí.
La
razón de estos líos es fácil de comprender. Todas las encuestas
dan grandes posibilidades a estas nuevas candidaturas. Su
popularidad se debe a que aparecen como “de base”, producto del
“empoderamiento ciudadano” y no como portadoras de un programa o
alternativa determinada. Por eso para todos los grupos y grupetes
que participan en ellas, IU, Podemos y muchos más,, es fácil
intentar colocarse en puestos en los que se vaya a salir. Por eso
todos los debates tienen que ver con cuestiones formales
-”partidos instrumentales”, agrupaciones de electores,
coaliciones...- en lugar de tener que ver con cuestiones
programáticas. La rebatiña por los cargos se camufla detrás de
las apelaciones a la “pureza democrática”, el “asamblearismo”
y demás.
El
significado político de estas candidaturas
Muchos
sectores de la clase obrera hartos de la política de gestión de
la austeridad seguida por el PSOE e IU votarán por estas nuevas
candidaturas. Es muy posible que en el plano local levanten
algunas reivindicaciones correctas por problemáticas muy
específicas, pero nos interesa tener una visión de conjunto de
este fenómeno electoral local, ver en que medida son parte de
una alternativa para nuestra clase.
Por
eso, nosotros llamamos a votar por aquellas candidaturas
populares que incluyan representación del movimiento obrero y sus
luchas y que en sus programas levanten medidas de defensa de los
servicios públicos, contra las privatizaciones, etc, que se
encaminen a convertir el ayuntamiento en una trinchera de defensa de
las conquistas sociales de la clase trabajadora y el pueblo. Pero no
hacemos un llamamiento genérico en favor de este movimiento, no
creemos que de por sí un triunfo arrollador de estas nuevas
candidaturas signifique nada parecido a la “revolución
democrática” de la que habla Ada Colau comparándola con las
municipales de 1931.
Desde
estas hojas venimos analizando el movimiento que llamamos
“ciudadanista” que recoge la herencia del 15-M y que ha
desenvocado en Podemos, pero también en estas candidaturas
municipales. Su interclasismo, no poniendo como protagonista a
la clase obrera y sus luchas; su “democratismo” centrado en
cambiar tal o cual aspecto del régimen sin plantear la necesidad
del socialismo, la necesidad de transformar la sociedad acabando con
este sistema que padecemos; su búsqueda cada vez más descarada del
centro político con una deriva más y más moderada; los
convierten en un nuevo aparato reformista, en una nueva
socialdemocracia pero sin la trayectoria de ésta lo que supone
un nuevo obstáculo con el que el pueblo trabajador tiene que
hacer su experiencia y superar hasta conformar una alternativa
propia, de clase y verdaderamente revolucionaria.
Por
todo esto, es especialmente lamentable que organizaciones y grupos
que se dicen de clase y revolucionarios, incluso “trotskystas”,
participen en estas candidaturas, porque en la práctica
contribuyen a darle un aval de izquierda y a desorientar a los
sectores que buscan una verdadera salida a la situación. Son los
casos de En Lucha, Lucha Internacionalista y Corriente Roja.
¿Qué
alternativa entonces?
Una
alternativa obrera y revolucionaria es necesaria, cada vez más
necesaria. Las próximas elecciones generales serán una oportunidad
aún para empezar a levantarla, con un programa contra los recortes,
por reivindicaciones democráticas (República, autodeterminación o
derecho a decidir su futuro las nacionalidades, etc) y por una
salida socialista a la crisis. Para esto los grupos y organizaciones
que se reivindiquen revolucionarios, de clase deben romper con su
adaptación a las corrientes ciudadanistas y formar una candidatura
con esos ejes. Una candidatura que tendría un apoyo muy
minoritario, pero que empezaria a ser una referencia para
sectores de trabajadores y jóvenes desengañados con el
ciudadanismo y para los activistas que no encuentran ahora una
alternativa.
La
leve recuperación económica de la que tanto alardea el PP es un
espejismo alimentado por la salvaje sobreexplotación, precariedad y
desempleo, que se desvanecerá pronto para caer en una nueva fase de
la crisis aún peor. El primer gran envite de la crisis, a partir
de 2009 ya ha hecho sentir sus efectos superestructurales. El
15M nació en 2011, el hundimiento de la socialdemocracia permitió
ese año ganar al PP con mayoría absoluta pero sin un número
cualitativamente mayor de votos. Las elecciones europeas de 2014 y
las autonómicas andaluzas de hace un mes han certificado la crisis
por derrumbe de IU. Han dado lugar a la aparición fulgurante de
Podemos que,de ser un acuerdo entre Izquierda Anticapitalista y
un grupo de profesores de la Complutense de Madrid inspirados en un
refrito de Gramsci, Chavez y Laclau, se convirtió de la noche a
la mañana en un movimiento de masas y un serio contendiente
electoral. Y finalmente, una campaña orquestada desde distintos
medios ha catapultado a Ciudadanos de ser una pequeña
organización dedicada a defender el españolismo en Catalunya a
disputarle el puesto a Podemos de ser el receptor de la
“indignación” contra el “bipartidismo”.
En
este momento estamos en una encrucijada. Las encuestas parecen
indicar que las elecciones de noviembre se situarán en el cruce de
caminos: se espera un empate técnico entre los cuatro, más o menos
un 25% para PP, PSOE, Podemos y Ciudadanos. Este empate técnico se
refleja en el impasse en la investidura de Susana Díaz en
Andalucía. Es decir, que la tendencia es al hundimiento del
viejo “bipartidismo”, que sería sustituido por el nuevo:
Podemos y Ciudadanos. Como tantas veces hemos alertado, esto
significaría una refundación del sistema de partidos sin tocar
ni el régimen monárquico centralista del 78 ni el capitalismo.
Todo lo contrario, sería un poderoso obstáculo para avanzar en
derribar ambos. Por eso, la tarea de los proletarios conscientes
es intentar que en Noviembre, frente a los cuatro partidos
defensores del capitalismo surja, aunque sea embrionariamente, una
alternativa revolucionaria y anticapitalista. Eso sería el
cambio, porque no sólo Ciudadanos sino también Podemos son el
recambio.
Cada
lucha, cada comicio tiene que ser la ocasión para avanzar en
construir la alternativa revolucionaria comunista que
necesitamos.
Grupo
Comunista Internacionalista, 11-V-2015
- VOTAR LAS CANDIDATURAS QUE POR COMPOSICIÓN Y REIVINDICACIONESREFLEJEN LA LUCHA OBRERA Y POPULAR
- TRABAJAR POR UNA ALTERNATIVA REVOLUCIONARIAFRENTE AL BIPARTIDISMO QUE CAE Y EL QUE SURGE
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