HAY
QUE ROMPER LOS NUEVOS GRILLETES QUE LA UNIÓN EUROPEA HA PUESTO AL
PUEBLO GRIEGO CON APOYO DE SYRIZA
La
victoria electoral de Syriza
el pasado 25 de enero ha
estremecido la Union Europea
(UE). Desde que comenzó la “gran
recesión” en 2008, la
segunda crisis más profunda de la historia del capitalismo desde
1929, todos los regímenes
políticos de los países capitalistas se han visto sacudidos en
mayor o menor medida. En la UE hemos visto inestabilidad
gubernamental, gobiernos “de tecnócratas” como en Italia en
2011-3, coaliciones insólitas entre la derecha y la socialdemocracia
como en Alemania (2005-9 y 2013 en adelante) y Grecia (2011-5). Pero
es sólo ahora, siete años tras el estallido de la crisis, cuando
llega al poder una fuerza
política que se presenta como enemiga de los recortes y la
austeridad que expresan la
solución burguesa a la crisis. Por eso la
victoria de Syriza ha sido vista con gran esperanza por amplias masas
en Europa. Lamentablemente,
no hay razones para tal
esperanza. Los que ganaron
las elecciones por goleada con la promesa de sacar a Grecia de la
austeridad acaban de firmar
mantenerla un año más.
Grecia,
eslabón más débil de la Unión Europea
La
expresión particular que ha tomado la “gran recesión” en la
Unión Europea ha sido la crisis del euro, la crisis de la deuda
pública. Y esta crisis tuvo su manifestación más brutal en
Grecia. Desde luego Portugal e Irlanda también tuvieron que
recurrir al rescate y España tuvo un “rescate bancario”. Pero
Grecia ya lleva dos “rescates”: en 2010 y en 2012. Fue Grecia la
que detonó la subida astronómica de las primas de riesgo que
hizo tambalearse las economías más débiles de la UE cuando en
2009 el nuevo gobierno de Georgios Andreas Papandreu (del Movimiento
Socialista Panhelénico, PASOK, socialdemócrata) anunció que las
cuentas presentadas por el anterior gobierno de Nueva Democracia
(ND), derecha, estaban falsificadas en colaboración con el banco
americano de inversión Goldman Sachs (a cuya división europea
pertenecía el actual presidente del Banco Central Europeo (BCE)
Mario Draghi).
A
partir de entonces, varios estados europeos pero sobre todo
Grecia, vieron vetados por completo su acceso a la financiación
privada debido al aumento astronómico de las primas de riesgo
sobre los bonos del tesoro. Los estados amenazaban con la
suspensión de pagos, lo cual hundiría no sólo el euro y
dinamitaría la UE sino que profundizaría la recesión mundial
probablemente hasta convertirla en una depresión como la de 1929.
Por lo tanto la crisis griega y de los otros países europeos
no era un asunto griego, mediterráneo o ni siquiera sólo de los
bancos alemanes y franceses tenedores de bonos griegos. Era un
problema para el capitalismo mundial. Fue la gravedad de la
crisis griega la que dio lugar a la invención de ese engendro, la
“Troika”, un organismo que no aparece en ningún tratado
europeo, formado por la Comisión Europea, el Banco Central Europeo
(BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI). Los préstamos
organizados por la Troika van acompañados por “memorándums” es
decir, por exigencias de “reformas estructurales” que
aseguren la capacidad de pagar del estado que recibe el rescate.
Estas “reformas” no son originales, son las mismas que el FMI
impuso a toda América Latina durante los años 90, consistentes
en aumentar astronómicamente la explotación, liquidar los gastos
públicos y aumentar la capacidad exportadora para conseguir divisas
para pagar la deuda. El memorándum se impone mediante los
temibles “hombres de negro” que caen sobre los países
“rescatados” sometiendo bajo control su economía para recuperar
su “préstamo”. (Ver “tormenta
sobre el Euro”).En América Latina esto condujo a la
“década perdida”. No está siendo distinto el efecto en
Europa.
Los
mal llamados “rescates” han sido en realidad rescates para los
bancos y tenedores de bonos de los países “rescatados”.
Realmente, se ha tratado de salvavidas de plomo. Y Grecia ha sido
la principal sufridora. Los rescates han aumentado el paro a
niveles récords, han sumido en la pobreza y la miseria a millones
de personas, han aniquilado los servicios sociales, han provocado
una persistente reducción del PNB año tras año y sin embargo la
deuda ha seguido creciendo hasta casi el 180 % de ese mismo PNB.
Las
causas de la debacle griega
En
los países del Norte de Europa se han popularizado las
explicaciones de la crisis griega basadas en su carácter
“mediterráneo”, por lo tanto, vago y despilfarrador. Por ahí
circulan bulos sobre que en Grecia todo el mundo se prejubila, que
la edad de jubilación es de 57. En realidad esto son trucos
estadísticos. En Grecia hay un récord europeo de prejubilaciones,
pero esto, como en España, no se debe a que haya grandes
conquistas sociales sino a que ha habido cierres masivos. De
hecho, la jornada laboral anual media de Grecia es la mayor de
Europa.
También
se ha culpado a los políticos corruptos del PASOK y sobre todo, de
ND, de haber provocado la crisis de la deuda pública al haber
despilfarrado el dinero público en corrupción, redes clientelares,
proyectos urbanísticos descocados como el de las Olimpiadas de
2004 y un presupuesto militar que es proporcionalmente el mayor de
Europa.
En
la propia Grecia, y en la izquierda reformista en general, por el
contrario, se culpa de la crisis a los bancos y especuladores
internacionales, que concedieron préstamos masivos durante los
años de boom antes de la crisis. No es casualidad que varios de los
principales autores de esta tesis de la culpabilidad del capital
financiero en relación a la crisis, porque se ha hipertrofiado y
absorbe el beneficio que debería ir a la industria para permitir la
inversión, son griegos. Por ejemplo, Costas Lapavitsas, hoy
diputado por Syriza.
No
compartimos estas explicaciones. La “Gran Recesión” que
empezó en 2007 no ha sido provocada por los “manejos” de los
políticos ni de los banqueros. Su fundamento último se encuentra
en la caída de la tasa de ganancia, némesis del capitalismo.
Esta caída tendencial se expresaba en que los beneficios se iban
hacia el capital financiero, a comprar títulos en lugar de
invertirse productivamente. Pero ésto es el fenómeno derivado,
no la causa de la crisis que, oculta a la vista, se revela al
análisis como producto del aumento de la composición orgánica del
capital a un nivel que la exacerbada explotación de los
trabajadores permitida por las reformas neoliberales de los 80´s,
90´s y primera década del nuevo siglo no ha sido capaz de
contrarrestar.
La
crisis tuvo su epicentro en los Estados Unidos, pero pronto se
transmitió a Europa vía la difusión mundial de los títulos
convertidos en “activos basura”. Esto paralizó a los bancos,
que fueron rescatados con dinero público en todas partes. Este
rescate unido al aumento brusco del paro causado por la ola de
bancarrotas que se dio cuando el crédito bancario se secó provocó
un aumento estratosférico del peso de la deuda pública en todos
los estados pero más aún en las economías débiles. Y no
había una economía más débil en la Unión Europea que la de
Grecia.
En
última instancia, la pérdida de posiciones competitivas de
Grecia en el mercado mundial, producida porque la apreciación
del euro hundía sus las exportaciones, ya que el diferencial de
productividad con el resto del mundo las hacía crecientemente no
competitivas con respecto, por ejemplo, a los países del Este
vecinos, es lo que la convirtió en el eslabón débil de la UE.
Grecia tiene una economía basada en los fletes navieros, la
minería, el textil y el turismo. Todos menos el último sector
estaban sucumbiendo a la competencia extranjera. Esta es la causa
de la “falta de confianza” (subida de la prima de riesgo) que
dio lugar a la debacle de la economía griega. El proyecto de la
Unión Económica y Monetaria no tenía en cuenta que unificaba a
múltiples territorios con economías muy desiguales, que el
capitalismo tiende a exacerbar las diferencias, no a suavizarlas y
que el no poder usar del trámite de la devaluación monetaria para
facilitar las exportaciones no podía ser suplido indefinidamente
por la “devaluación interna” via reducción de los salarios.
Es
por esto, que se trata de una crisis del capitalismo como tal y
no de su piel política o de una parte concreta del capital, por
lo que no aceptamos la interpretación de lo ocurrido en clave
nacionalista o “patriótica”; El memorándum de la Troika que
inaguró el primer rescate, con sus medidas draconianas de
despidos de empleados públicos, reducción de salarios y pensiones,
destrucción de la salud y la educación públicas, no fue
simplemente la imposición de la austeridad a Grecia por un puñado
de extranjeros. No, los capitalistas griegos han apoyado el
rescate y las medidas que lo acompañan conscientemente. Los
partidos que representaban al grueso de la burguesía, ND y PASOK,
han sido partidos del memorándum. Y eso porque las medidas
propuestas por la troika coinciden con las que defiende la
patronal en todas partes, porque independientemente de la deuda que
haya que pagar, son medidas diseñadas para aumentar la tasa de
explotación del proletariado, única salida posible de la crisis
para el capitalismo.
Grecia
vive una situación prerrevolucionaria que puede tornarse
revolucionaria en cualquier momento
Lo
importante es que, a diferencia de Irlanda o Portugal, en
Grecia, a continuación de un período previo de ascenso de la
lucha de masas desde 2010, a lo largo de los dos rescates, ha ido
madurando una situación prerrevolucionaria. Durante esta
década, las fuerzas de la revolución proletaria y las de la
contrarrevolución fascista han comenzado a desplegarse en el país.
La resistencia furiosa y sostenida de las masas populares griegas es
la que ha marcado la diferencia.
Grecia
vive una situación prerrevolucionaria. Pero, ¿Qué diferencia la
situación prerrevolucionaria de la directamente revolucionaria?
Para nosotros, una
situación prerrevolucionaria se
da cuando se reúnen tres precondiciones fundamentales: crisis
y confusión de la clase dominante, radicalización de la pequeña
burguesía y disposición revolucionaria del proletariado,
pero en la que el
estado, aunque sacudido
por la crisis social y política, mantiene
el control de los
problemas generales de la sociedad.
Sin
embargo, una situación revolucionaria sería aquella en la
que, a partir de esas precondiciones anteriores, la crisis política
de la burguesía llega a un punto en el que ya no puede gobernar
como antes y en la que el estado burgués está lleno de fisuras
y comienza a dislocarse; en el que la miseria de las masas
empuja a todas las capas de la pequeña burguesía hacia el
proletariado; en la que éste, en fin, no pudiendo ya vivir como
antes, es llamado por el conjunto de la situación a una acción
histórica independiente, tendiendo a la formación de sus
propios órganos de poder y al creciente cuestionamiento de las
instituciones burguesas.
La
fuerza relativa de los aparatos contrarrevolucionarios del
movimiento obrero y de masas
explica que situaciones
al borde de ser revolucionarias no estallen,
a pesar del hecho de que las
condiciones estén más que maduras.
En
Grecia las masas han realizado 30 huelgas generales y han dinamitado
el sistema de partidos de la “democracia” post 1974, pero
aún no han puesto en crisis al estado burgués como tal. Ni
hay divisiones en la policía ni en el ejército, ni han surgido
organismos democráticos y revolucionarios de las masas. Las
movilizaciones siguen controladas por los aparatos sindicales
(socialdemócrata y stalinista) y políticos, de las dos variantes
del stalinismo. El salto a la situación directamente
revolucionaria está próximo, pero Syriza hará todo lo que
esté en su mano para que no se de.
Y
no hay que olvidar que una situación revolucionaria es sólo una
oportunidad, no garantiza nada. Para que el desenlace de la
situación revolucionaria no sea la reversión a otra no
revolucionaria o a una contrarrevolucionaria, hace falta una
condición sine qua non: un partido revolucionario. Que es
precisamente lo que más se echa en falta en Grecia.
Amanecer
Dorado: el fascismo asoma como una salida posible
Amanecer
Dorado se fundó en 1980, como un grupo admirador de las dictaduras
de Metaxas (1936-40) y de los coroneles (1967-74) en Grecia, pero
con un fuerte matiz nazi. No se presentó a las elecciones hasta
1996 y no entró en el parlamento hasta 2012. Amanecer Dorado es
un auténtico movimiento fascista y no simple extrema derecha
electoral.
En
2009 Amanecer Dorado denunció a toda la izquierda por
“incitación al odio” tras una batalla campal de
antifascistas defendiendo a inmigrantes de los nazis; todos los
cargos fueron retirados a la mayoría de los acusados, sólo dos
fueron a juicio en 2013: el exrector de una universidad y sobre
todo, Savas Michael-Matsas, el veterano (66 años) dirigente del
Partido Revolucionario de los Trabajadores (EEK), que une en su
persona las características más odiosas a ojos nazis: es
trotskysta y judío. Su juicio fue la ocasión para desarrollar
una amplia campaña sobre el peligro de la “conspiración judía
sionista mundial” basada en “Wall Street” que quiere imponer
“una dictadura judeobolchevique en Grecia”. Un vocabulario al
que no estábamos acostumbrados desde los años 30 pero que tiene un
eco en los elementos más desmoralizados y confundidos de la
población. Ambos salieron absueltos.
Amanecer
Dorado se presentó a las elecciones de 2015 descabezado, porque su
fundador y dirigente está en la cárcel acusado de complicidad
en el asesinato de un conocido rapero izquierdista. Esto puede dar
la falsa impresión de que el estado está persiguiéndolos. Nada
más lejos de la realidad. Amanecer Dorado mata gente sin que le
pase nada, lo mismo que la policía, que en 2008 asesinó a
Alexandros Grigoropoulos. Han estado envueltos en infinidad de
incidentes. Uno de sus diputados abofeteó a una diputada del KKE en
directo en TV.
Aunque
Amanecer Dorado se esfuerza por hacer trabajo en los barrios,
repartiendo comida sólo a griegos y “defendiendo” a la gente a
la que le ha robado un inmigrante, todo indica que su base de apoyo
en el pueblo sigue siendo muy débil. La columna vertebral del
partido está formada alrededor de los cuerpos armados del estado,
policía y ejército, además de la judicatura. Amanecer Dorado
está todavía lejos de poder hacer una “Marcha sobre Roma” como
Mussolini o de sacar mayoría en el parlamento y que el presidente
les llame para formar gobierno, como Hitler. Pero está ahí,
atacando a los activistas e inmigrantes, como un síntoma de la
profundidad de la crisis politica y una solución a mano para la
burguesía.
Syriza
ha ganado el apoyo de las masas antimemorándums
Desde
el comienzo de la crisis, la formación política que mejor la ha
aprovechado ha sido Syriza. La “Coalición de la Izquierda
Radical”, Syriza, se formó en 2004 por fuerzas muy diversas, pero
su columna vertebral es Synaspismós, una ruptura eurocomunista del
Partido Comunista de Grecia (originariamente, una coalición de dos
grupos eurocomunistas en 1988, convertido en partido en 1992). En
Syriza también están grupos variopintos, nacionalistas,
feministas, maoístas y una constelación de fuerzas
pseudo-“trotskystas” oportunistas.
Al
comienzo de la crisis Syriza no era una organización de masas. Ha
sabido construirse como tal rentabilizando la indignación producida
por los memorándums. Grecia vivió durante 2010-12 una
inmensa movilización que llevó al país a una situación
prerrevolucionaria. Las luchas, cada vez más sostenidas y
radicales, las oleadas de huelgas, las huelgas generales de un día
o dos, las manifestaciones con enfrentamientos duros con la
policía.... todo se hacía bajo la convocatoria de la confederación
sindical del sector privado GSEE, del sindicato de trabajadores
públicos ADEDY (ambos bajo dirección del PASOK) o bien bajo la
tendencia sindical llamada PAME dirigida por el Partido Comunista de
Grecia o KKE. Ningún partido descollaba en las movilizaciones
y menos que menos Syriza, que tenía un apoyo bastante pobre en la
clase trabajadora y el movimiento sindical, con fuerza relativa sólo
en la universidad, 13 diputados y nada que lo hiciera especialmente
atractivo con su reformismo pro UE. Pero las elecciones de mayo de
2012 lo cambiaron todo. A ellas Syriza fue con la consigna “por
un gobierno de izquierda que retire el memorándum”. Aunque
Syriza aclaraba que su intención era acabar con las medidas de
austeridad sin salir del euro, esta consigna les permitió
sacar 52 diputados. No pudo formar gobierno y en junio del mismo año
se repitieron las elecciones, con Syriza sacando 71 diputados
(en 2015 son 149, 25 veces más diputados en 11 años). Si a esto
unimos que Amanecer Dorado, la organización fascista, pasó de
ningún diputado a 21 en esas mismas elecciones (18 en junio del 14,
17 en enero del 15), podemos ver que, como siempre, los cambios
políticos son reflejos tardíos de la lucha de clases, en este
caso, la tormenta 2010-12 ha tenido como resultado desmantelar los
partidos del ajuste y los memorándums, ND y PASOK, mientras se
fortalecían Amanecer Dorado como polo reaccionario, y Syriza como
polo obrero y popular, marginando al KKE y otras opciones de
izquierda.
El
carácter del gobierno Syriza-ANEL
Alexis
Tsipras ha ganado las elecciones abrumadoramente.
Pero
aunque la victoria de Syriza evidentemente refleja el
enfrentamiento obrero y popular con los planes de la troika, el
gobierno que ha constituido refleja exactamente lo contrario: la
necesidad de la burguesía de desviar este enfrentamiento.
Los
dirigentes de Syriza son veteranos del stalinismo. Tsipras se
reivindica día sí y día también de Togliatti y Berlinguer. Y
está siguiendo con exactitud el guión de 1935-6. Han
establecido un gobierno de Frente Popular. No un gobierno de los
trabajadores, con el objetivo del socialismo, sino un gobierno
“democrático”, ”patriótico”, “de salvación nacional”,
es decir, de alianza con la burguesía, con un objetivo
“democrático”, en este caso renegociar la deuda con la UE. Esta
es la razón de la alianza con ANEL, un partido burgués de
derecha, racista, militarista, antisemita, antiturco, homófobo
y dirigido por el arquitecto de la privatización del puerto del
Pireo.
No
es la primera vez que el stalinismo griego forma parte de un
gobierno burgués. En 1944, igual que en Francia, Italia o
Bélgica, el KKE formó parte del gobierno encargado de
reconstruir el estado burgués tras la invasión nazi (antes del
estallido de la guerra civil forzada por los británicos ese mismo
año). En 1989 el KKE participó en dos gobiernos de coalición,
el primero sólo con la derecha de ND (la “catarsis”) el segundo
incluyendo también al PASOK, ambos bajo la excusa de “acabar con
la corrupción”. Esto fue anterior a 1991 cuando se produjo la
escisión con Synaspismós que dio lugar a que el KKE adoptase su
actual pose “revolucionaria”.
Pero
el gobierno actual tiene más semejanzas con el frente popular
francés o español de 1936 que con los griegos de 1989. Se
constituye en medio de una situación prerrevolucionaria con el
objetivo de desmantelarla. El acuerdo con un partido burgués
tan débil como ANEL, al igual que el acuerdo del PSOE-PCE-UGT en
España con los minúsculos partidos de Azaña y Martínez Barrio,
tiene como objetivo ponerlo de excusa: dirán “no podemos
aplicar ninguna medida anticapitalista porque ellos no la aceptarían
y el gobierno caería”. Kammenos, el líder de ANEL, es
perfectamente consciente de su rol. En su campaña electoral
presentó un video en el que aparecía enseñando a su hijo, que
casualmente también se llama Alexis, a no descarrilar un tren de
juguete que lleva la bandera griega. Sí, aunque quien tiene a la
gente detrás es Tsipras, es Kammenos el que tiene la sartén por el
mango, quien guía a su “ahijado” para que no descarrile el
tren. La excusa de Syriza para este pacto es que es el único
partido parlamentario que a la vez está contra la Troika y a favor
del euro y a Syriza le faltan dos diputados para ser mayoría en el
parlamento. Pobre excusa, la abstención o ausencia de dos
diputados le hubiera dado la presidencia del gobierno a Tsipras.
La
realidad es que los militaristas al frente del ministerio de defensa
son una salvaguardia de la propiedad capitalista. Tsipras se
enfrentará a los banqueros alemanes, pero no a los armadores
griegos, a los que Kammenos tanto favoreció cuando fue viceministro
del ramo en un gobierno de ND. Tsipras paralizará algunas
privatizaciones, pero no la del puerto del Pireo que Kammenos
maquinó en favor de COSCO, una multinacional privada china. Tsipras
no juró su cargo ante la Biblia como han hecho sus antecesores,
pero con la furiosamente clerical ANEL de socia no va a tocar los
privilegios de la Iglesia Ortodoxa Griega. Tsipras irá de feminista
pero en el gobierno no hay ninguna mujer. Tsipras será partidario
de la fusión de culturas, pero con un socio xenófobo, antiturco,
antimusulmán y antisemita las palizas a los inmigrantes propinadas
por policías de uniforme o de permiso (muchos militantes de
Amanecer Dorado) seguirán.
El
estado burgués tiene como columna vertebral las fuerzas represivas:
ejército y policía. El ejército está a cargo de Kammenos. En
cuanto a la policía, el ministro del Interior, Orden Público y
Reconstrucción Administrativa, Vikos Voutsis, de Syriza, que fue
agredido por la policía en una manifestación, no ha tardado en
congraciarse con el cuerpo, explicando la represión violenta de las
movilizaciones populares como políticamente motivada pero sin que
los agentes compartan la responsabilidad.
Este
concepto de “obediencia debida” olvida que, no sólo en general
sino en concreto en la Grecia actual, la policía no es simplemente
un organismo administrativo para velar por el cumplimiento de las
leyes y el mantenimiento del orden público. Es un cuerpo armado
dedicado a defender a la clase dominante de las reivindicaciones de
la clase oprimida. Y por la forma de reclutamiento y
entrenamiento de su personal, la policía está formada por gente
que son conscientemente el brazo armado del capital. Una encuesta de
2012 revelaba que el 50 % de los policías de Atenas había
votado a Amanecer Dorado. La policía, al menos de la capital,
es el único sector social donde los nazis tienen un apoyo tan
abrumador. Aunque varios altos cargos de la policía fueron
destituidos por el anterior gobierno por su relación con agresiones
realizadas por Amanecer Dorado, eso claramente sólo fue la punta
del iceberg. Amnistía Internacional elaboró un informe sobre las
innumerables vejaciones realizadas por la policía contra
manifestantes e inmigrantes.
A
la cabeza del estado griego, aunque sea un puesto simbólico elegido
por el parlamento, está el Presidente de la República Helénica.
El mandato del actual presidente acaba en marzo. ¡Syriza y ANEL han
presentado como su candidato y lo han votado a Pavlopoulos,
militante y exministro de ND!
En
resumen: el gobierno Syriza-ANEL es un gobierno burgués con el
objetivo de fortalecer el capitalismo en su páis, si es posible,
mediante un acuerdo con los “socios” de la Unión Europea.
Es
muy importante recalcar esto porque todo el abanico de la
izquierda reformista, desde IU hasta Podemos, incluyendo a
los falsos “trotskystas” procedentes de Militant o del
Secretariado Unificado (Anticapitalistas en España), se están
dedicando a embellecer a este gobierno, llegando algunos a
acusar a los críticos de trabajar para la banca, la UE o la
derecha. Exactamente igual que en 1936, cuando el stalinismo
acusaba de profascista a todos los que criticaban a los gobiernos de
frente popular francés y español mientras estos gobiernos se
afanaban en detener los procesos revolucionarios.
Dos
planes de salvamento para el capitalismo heleno: el de Siryza y el
del KKE
Para
quien esté al tanto de los hechos, no había duda ni hay sorpresa
con la política del gobierno Syriza. Durante años, desde antes de
la campaña electoral, desde antes del programa de Tesalónica,
Syriza había dicho que su intención no era tomar medidas
“unilaterales” sino acordar su política con la UE.
La
manifestación más clara de esta intención ha sido la posición
cambiante de Syriza, un espejo de la de Podemos en España.
Comenzó afirmando que no iba a pagar la deuda. Después
pidió una auditoría ciudadana para determinar qué parte de
la deuda es “odiosa” para no pagarla. Y finalmente, acabó
afirmando que en ningún caso emprendería medidas unilaterales:
sólo pedía una “reestructuración” de los pagos (la
petición de una quita también se quedó por el camino).
En
realidad, Syriza llega al gobierno cuando, tras dos rescates, una
parte del trabajo ya se ha hecho. El segundo rescate significó que
muchos acreedores admitieran una gran bajada en el valor de sus
bonos pero a cambio de que éstos fueran recomprados por las
instituciones de la troika. Por eso desde 2012 el “rescate”
es aún más claramente un rescate de los acreedores del estado
griego (incluyendo los bancos privados griegos) por parte de
instituciones estatales que funcionan con dinero público. Sin
embargo, los bancos privados alemanes siguen estando bastante
expuestos a la deuda griega.
El
segundo rescate terminaba en 2015. Tsipras envió a su flamante
ministro de finanzas Yannis Varoufakis a pedir un acuerdo con los
acreedores (“socios”). Fue a pedir una prórroga.
Insistió en que no negociaría con la Troika. Pero se encontró
con un muro. En el Eurogrupo (los ministros de economía de la
UEM), Schläube, el alemán, era inflexible, con el español de
Guindos jaleándole: no hay lugar para hablar de quitas, no hay
lugar para hablar de reestructuración de pagos. Lo que tiene que
hacer Grecia es pagar, y pagar en los plazos acordados. Lo que
tiene que hacer Grecia es aplicar hasta el fondo las “reformas”
del memorándum.
Varoufakis
se salió al menos en algo con la suya. UE, BCE y FMI ya no son la
“troika”. Ahora son “instituciones” como las ha rebautizado
el gobierno de Syriza. Pero, chantajeado por Draghi y el BCE que
dejó sin financiación externa a Grecia durante la negociación
para chantajearla, Varoufakis y Tsipras han acabado capitulando,
firmando una prórroga de cuatro meses del segundo rescate y
comprometiéndose a cumplir un plan de austeridad que está
negociándose ahora.
¿Había
otra salida? Todo esto tiene mucho de teatro. No hay nadie serio
en el mundo que crea que la deuda griega se puede pagar. Todo el
mundo sabe que habrá una segunda reestructuración y quita de la
deuda (la primera fue en 2012 con el segundo rescate). El problema
es que se acercan elecciones en España, y las habrá en
Portugal, Italia, incluso Francia. Lo que los gobiernos europeos
-y especialmente Rajoy- pretenden es transmitir el mensaje de
Margaret Thatcher, el famoso TINA: There Is No Alternative, no hay
alternativa. Pero cuando pasen las elecciones españolas, cuando de
este modo se haya logrado desanimar en lo posible al voto a
Podemos, ¿qué harán?
Alemania
ha especulado muchas veces con la “Grexit”, la salida de
Grecia de la zona euro. Estas especulaciones tenían como
objetivo fundamental asustar a la burguesía griega porque tal
salida tiene difícil encaje jurídico (el tratado de Maastricht ni
siquiera previó el caso de que algún país abandonase la Unión
Económica y Monetaria). Pero en realidad ellos ni se lo plantean.
La salida de un país de la UEM podría detonar una fuga masiva y
un hundimiento total de todo el proyecto tan cuidadosamente
parido por las multinacionales europeas.
¿Y
desde el punto de vista griego, que tal sería la “Grexit”?
Sectores de Syriza y de ANEL han especulado con la idea de
conseguir financiación de Rusia y/o de China. Pero eso no
parece muy serio. Ningún sector importante del capitalismo griego
se plantea volver al dracma.
Sin
embargo, en el movimiento obrero hay un fuerte defensor de esta
opción: el KKE. Entiéndase bien, más allá de su nebulosa
charla sobre el “poder popular”, el KKE propone salir de la
UE, abandonar el euro, retomar el dracma, sufrir una pavorosa
devaluación y encontrarse con una situación mejorada en el
mercado mundial, donde el abaratamiento de las exportaciones
griegas traería las divisas necesarias para recomponer las finanzas
del estado.
Naturalmente,
los revolucionarios proletarios también abogamos por salir del
euro. Pero no para lo mismo. Cuando el primer ministro Papandreu
acusó en el parlamento al KKE de querer la suspensión de pagos
griega con el objetivo de “impulsar la revolución mundial”, la
parlamentaria Paparigas respondió negando que el KKE pretendiera
tal cosa “como los señores Trotsky, Pablo y Castoriadis”. Pablo
y Castoriadis son dos renegados griegos del trotskysmo, pero el
sentido de la frase es claro: el KKE no tiene intención de
impulsar la revolución proletaria.
El
KKE quiere construirse una imagen “izquierdista”. Ha dividido
lucha tras lucha en nombre de su “izquierdismo”. Habrá a
quien engañe. Ahora critican que Syriza forme gobierno con ANEL,
pero el KKE unificado (en Synaspismós), incluyendo sus líderes
actuales, formaron gobierno primero con la derecha ND, y luego el
gobierno “universal” con ND y PASOK, la famosa “catarsis”
para luchar contra la “corrupción”. Aquel gobierno de
colaboración de clases no acabó con la corrupción, que sigue
siendo endémica en Grecia, pero sí le abrió el camino a ND para
ganar las siguientes elecciones en noviembre de 1989.
¿Porqué
ha capitulado tan rápido Syriza?
Cómo
las gastan las instituciones europeas ha quedado meridianamente
claro ante millones. El Eurogrupo le puso un ultimátum a Grecia,
o se llegaba a un acuerdo que estuviera dentro del memorándum antes
del 20 de febrero, o se rompía la baraja. Simultáneamente, el
Banco Central Europeo decidía no aceptar como colateral los bonos
del estado griego, mientras no estuvieran amparados por el rescate;
de este modo, los bancos griegos se quedaban virtualmente sin
financiación hasta que se firmara el nuevo acuerdo (esto no es
totalmente así, existe otra vía de financiación paralela, pero
tiene condiciones muy duras y no se ha recurrido a ella).
El
20 de febrero, el gobierno Tsipras finalmente capituló ante las
exigencias del la UE. Al final tragará todo, incluso la vuelta de
los mismos funcionarios de la troika a Atenas a supervisar las
reformas. Nada que ver con 1953, cuando los acreedores le
perdonaron gran parte de su deuda a Alemania. Mucho menos que
Alemania reconozca su deduda con Grecia debida a la ocupación y
saqueo nazi. Grecia tendrá que cumplir sus “compromisos” con
sus socios, como cuando gobernaban los partidos del memorándum.
¿Cómo
es posible que el Eurogrupo se haya salido con la suya, frente a un
ministro tan estrambótico como Varoufakis, con su Yamaha, su
chaqueta de cuero, su bufanda y sus resonantes declaraciones? En
realidad era previsible. Varoufakis siempre dejó claras sus líneas
rojas.
Yanis
Varoufakis no es un figurón decorativo. Se le puede
considerar como el verdadero ideólogo del gobierno, a pesar
de no ser de Syriza y haber trabajado antes para un gobierno del
PASOK. Ya en 2013, en una conferencia “izquierdista” en Zagreb,
había expuesto su programa, que Tsipras está aplicando
milimétricamente (su aportación aquí;
recomendamos las crítica de un
marxista mejicano y la de otro
inglés). En esta “confesión” como él la denomina, se
autocalifica de “marxista errático”, dice que Marx es su
inspiración pero “admite” que estaba totalmente equivocado en
su teoría económica frente a Keynes. Explica correctamente que no
hay una crisis griega, sino una crisis mundial del capitalismo,
no una cualquiera sino una muy profunda, que pone en peligro al
conjunto de la humanidad. La única salida racional sería el
socialismo. Pero como “la izquierda no está preparada”
para tal alternativa, y como tenemos ahí atentos a los nazis, lo
que la izquierda a la que le repugna la Europa de los mercaderes y
el euro, arma de guerra contra los pueblos... ¡es salvar a esas
mismas UE y euro en peligro por sus inútiles administradores! Con
un gesto de asco, la izquierda “alternativa” tiene que salvar
el proyecto europeo para “ganar tiempo” para preparar una
alternativa socialista. Para conseguir esta tarea, es necesario
hacer alianzas hasta con la derecha, que él impulsaba al dar
conferencias alternativamente a audiencias sindicales e
izquierdistas, y a cargos gubernamentales y administradores de
fondos de inversión. Como marxista, Varoufakis será errático,
pero como político hay que admitir que ha sido coherente.
Esta
retorcida argumentación no sólo es la de Syriza, es evidente
que, lo sepan o no, también es la de Podemos. A esto,
nosotros contestamos: si el capitalismo como tal está en crisis, si
la UE y el euro son instrumentos contra los pueblos, luchemos
contra ellos para destruirlos; las herramientas políticas para
lograrlo se forjarán en la misma lucha.
¿Qué
perspectiva para la clase trabajadora y los sectores populares
griegos?
En
Grecia tenemos una situación prerrevolucionaria “clásica”.
En cualquier momento podría transformarse en directamente
revolucionaria; una agudización aún mayor de los sufrimientos del
pueblo podría desencadenar movilizaciones inmensas que
desestabilicen por completo al estado burgués. Pero no hay más que
un modo de que esa situación revolucionaria se transforme en una
revolución proletaria triunfante y es que se construya a
tiempo un partido revolucionario que lleve al proletariado y los
sectores explotados y oprimidos al poder. Tal partido no sólo
tendrá que disputar la hegemonía sobre las masas trabajadoras a la
socialdemocracia política (PASOK) y sindical (GSEE) sino a las dos
variantes del stalinismo, Syriza y KKE, y también a nivel de
vanguardia, al maoísmo y anarquismo que tienen cierta fuerza en
sectores radicalizados.
Para
realizar esta tarea es para lo que se fundó la IVª
Internacional. Los revolucionarios griegos no se ausentaron
precisamente ante esta cita. Grecia es uno de los pocos países
donde el introductor del marxismo en su país, el primer
secretario general de su partido comunista durante la fundación de
la Komintern, fue también el fundador del trotskysmo: Pantelis
Poliopoulos, fusilado por los nazis. Pero desgraciadamente, la
crisis de disgregación del movimiento trotskysta ha dado lugar a un
increíble abanico de posiciones entre los que se reivindican de
Trotsky que hace que muchos de ellos sean parte del problema y no
de su solución.
Por
ejemplo, ni perdemos el tiempo en hablar de supuestos “trotskystas”
que trabajan dentro de Syriza, una coalición abiertamente
proeuro. Hablamos de los que intentan construir una alternativa
obrera independiente.
A
la izquierda de Syriza y del KKE encontramos a la coalición
Antarsya (“Cooperación
de la Izquierda Anticapitalista por el Derrocamiento”, el acrónimo
se pronuncia igual que “antarsia”, “motín”). Se trata de un
acuerdo entre grupos trotskystas (mandelistas y cliffistas,
equivalen a Anticapitalistas y En Lucha en España), maoístas
y ecologistas. Antarsya obtuvo 40 mil votos en las últimas
elecciones. No tiene representación en el parlamento pero sí en
muchos ayuntamientos, notablemente el de Atenas.
En
estas elecciones Antarsya ha hecho una alianza electoral con
fuerzas como “Plan B” y PAMES (agrupados en el MERS), que no
tienen nada de revolucionarias sino que simplemente son
“patrióticas”, nostálgicas del dracma. Esto ha obligado a
esconder consignas revolucionarias, especialmente el llamado a un
gobierno de los trabajadores. Y ha sido para nada, el voto de
Antarsya no ha crecido sino que se ha reducido con respecto a junio
de 2012.
El
EEK, dirigido por Savas
Michael-Matsas es una organización trotskysta con gran
tradición. Ha criticado con fuerza los puntos débiles de
Antarsya, a la que perteneció en 2009 pero ha llamado a votar por
ella. Aunque no compartimos sus posiciones sobre temas como Ucrania,
en general sus posiciones son correctas. Ha hecho lo posible
para construirse en medio de las movilizaciones con un programa que
desde aquí nos parece revolucionario,
Fuera
de Antarsya desde 2009 permanece el otro partido trotskysta
tradicional, la OKDE que publica
la revista “Ergatiki pali” (“Lucha
Obrera”; la escisión
de este partido conocida
como OKDE
“Spartakos”
milita en Antarsya. Se considera la “oposición de izquierdas”
en el Secretariado Unificado) Salvo que
se presenta en solitario a las elecciones, no sabemos mucho sobre su
política.
La
urgencia de la reconstrucción de la IVª Internacional
Grecia
pone al rojo vivo la necesidad urgente de la reconstrucción de
la IVª Internacional sobre la base no de un acuerdo diplomático
sino de una discusión seria sobre el programa y la política
revolucionarias hoy. En Grecia hay todo tipo de organizaciones
que se reivindican trotskystas, que forman parte de las corrientes
políticas internacionales más variopintas o sin contacto con el
exterior, y que siguen las políticas más variadas. Nuestra humilde
opinión es que un programa revolucionario para Grecia
debería tener como ejes principales:
-Fuera
la burguesía, fuera ANEL del gobierno!
-ruptura
del acuerdo de prórroga del segundo rescate, no a un nuevo
acuerdo con la Unión Europea;
-no
pago de la deuda. Nacionalización de los bancos y las instituciones
financieras, control de la inminente fuga de capitales. Pedir
solidaridad al movimiento obrero europeo para presionar a sus
gobiernos para que no exijan el pago (lo que obliga a denunciar a
los que, como Errejón de Podemos, dicen que piensan cobrar);
-salida
del euro y de la Unión Europea. Llamamiento a las masas
europeas a hacer lo mismo;
-plan
de emergencia inmediato para satisfacer las necesidades
populares más perentorias;
-salida
de la OTAN, el enemigo en casa fuente de peligros golpistas;
-organizar
la autodefensa obrera e inmigrante contra bandas nazis y
policías;
-separación
de la Iglesia y el Estado. Defensa de la autodeterminación de las
minorías nacionales (macedonios, etc), como defendieron Trotsky
y Poliopoulos pero niega la mayor parte de la izquierda griega;
-Extender
y coordinar las luchas, formar una alternativa a la burocracia
sindical, unir y coordinar organismos democráticos y
revolucionarios de la lucha de los trabajadores, estudiantes y otros
sectores populares, que formen una base de contra poder;
-Por
un gobierno de los trabajadores, independiente de la burguesía,
que aplique todas estas medidas desde el poder estatal. Un camino
hacia este gobierno sería un pacto entre el sector de Syriza que
se opone al acuerdo del día 20 (en la reunión de su Comité
Central del 28 febrero-1 de marzo,
votaron en contra el 40%), el KKE, Antarsya y los sectores
sindicales que se opongan al rescate
para ir hacia su formación.
-Por
un partido obrero revolucionario comunista internacionalista,
sección de la IVª Internacional reconstruida, único
instrumento para impulsar esta política. Un partido centralista
democrático construido no por una amalgama de grupos y tendencias
sino a través de una discusión amplia y honrada.
Grupo
de Comunistas Internacionalistas, 17-III- 2015
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