NOUS
SOMMES CHARLIE
POR
LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN Y DE BLASFEMIA
CONTRA
LOS FANÁTICOS RELIGIOSOS
CONTRA
LOS GOBIERNOS HIPÓCRITAS QUE SON CHARLIE UN DÍA Y REPRIMEN,
CENSURAN Y MACHACAN EL RESTO DEL AÑO
(A
la izquierda, portada de Charlie Hebdo del 9 de febrero de 2006,
dibujada por Cabu, haciendo referencia a las protestas en países
musulmanes contra las caricaturas publicadas por el periódico danés
“Jyllans-Posten”. El texto dice: “Mahoma desbordado por
los integristas. “es duro ser amado por los gilipollas”. A la
derecha, chiste del belga Jean Bourguignon. El personaje de
atrás, el dibujante Wolinsky, dice: “¿misas? ¿La Marsellesa? ¿Por nosotros? Delante, el dibujante Cabu
dice: “es duro ser amado por los gilipollas...”)
El
7 de enero pasado, dos encapuchados armados irrumpieron en los
locales de la revista satírica francesa “Charlie Hebdo”.
A sangre fría, apuntando a la cabeza, mataron a casi todos los que
encontraron en la reunión de la redacción: los caricaturistas
Charb (director de la revista), Cabu, Wolinski, Tignous, el
economista Bernard Maris y varios trabajadores que incluían al
corrector, de religión musulmana, y al policía encargado de ser el
guardaespaldas de Charb.
Casi
simultáneamente, otro encapuchado mataba a sangre fría a Mrabet,
policía francés de religión musulmana. En total, 12 víctimas
mortales.
Los
asesinos huyen y cogen rehenes. Los dos hermanos Saïd
y Chérif Kouachi, autores de la matanza en “Charlie”,
se encierran en una imprenta. Amedy Coulibaly, que mató al policía,
se encierra en un supermercado judío. Finalmente son abatidos por
la policía.
No
hay ninguna duda sobre el motivo del atentado. Los tres
perpetradores han resultado haber estado en contacto con Al Qaeda de
la Península Arábiga (AQBA), con base en Yemen. Así, finalmente,
la condena de muerte que Al Qaeda había emitido contra Charb y los
demás en 2013 ha sido ejecutada. Los caricaturistas han sido
asesinados por haberse atrevido a representar al profeta Mahoma,
es más, por haberse burlado sin piedad del fundamentalismo
islámico. Se trata por lo tanto de un acto horrendo ejecutado
por enemigos jurados de la libertad, portavoces de la más negra
reacción clerical. Se trata de un zarpazo de la barbarie más
profunda contra el espíritu librepensador que, precisamente, fue
uno de los grandes regalos de Francia al mundo. Por eso no es de
extrañar que en horas hubiera una verdadera avalancha de
solidaridad desde todos los rincones del país con los vilmente
asesinados. Y que las concentraciones y manifestaciones espontáneas
se sucedieran. En la era de Internet no resulta extraño que la
solidaridad y las manifestaciones espontáneas cubrieran el planeta
el mismo día. Una consigna que un diseñador sacó en Twitter se
hizo viral en segundos y se convirtió en el lema de la movilización
global: “Je suis Charlie” (“yo soy Charlie”).
Una
repugnante mascarada: la recuperación institucional del “je suis
Charlie”.
Todo
lo que es honrado y progresista en Francia y en el mundo (que como
veremos más abajo, no incluye a gran parte de lo que se
autodenomina “izquierda”, especialmente los que se autotitulan
“antiimperialistas”), fuertemente sacudido por el horror, pero
no horrorizados sino indignados, expresó su solidaridad con las
víctimas y su odio y desprecio a los verdugos, exponentes del
fundamentalismo islámico, una de las corrientes políticas más
reaccionarias del planeta.
Pero,
de forma absolutamente hipócrita, la consigna “Je suis
Charlie” de pronto apareció enarbolada por gente que no son
Charlie ni por asomo. El presidente Hollande convocó una
manifestación de “Unidad Republicana” para el domingo 11 de
enero. Esa manifestación en París (y las que se celebraron
simultáneamente en toda la geografía francesa) tenía que
escenificar la unidad del pueblo en torno a la defensa de la
libertad de expresión, atacada por los liberticidas. Pero en
realidad de lo que se trataba era de colocar al conjunto del pueblo
detrás del gobierno burgués, el que mediante la ley Matron
pretence aplicar el mayor ataque contra la clase trabajadora y el
pueblo francés desde la Segunda Guerra Mundial.
La
inmensa mayoría de los 3,7 millones de franceses y francesas que se
manifestaron el día 11, como puede comprobarse fácilmente viendo
sus consignas, banderas, pancartas, leyendo entrevistas, etc, no
lo hicieron por “islamofobia”, por “odio al inmigrante”,
por fervor patriótico, colonialista ni imperialista. Lo hicieron
por sincero amor y apego a los valores de la laicidad y la
libertad de expresión, valores democráticos que son el legado
más preciado de la revolución burguesa en su punto más alto. Pero
se equivocaban al estar allí.
Porque
los que encabezaban la manifestación eran lo opuesto a los
manifestantes. Hollande y Valls defienden la libertad de
expresión... abanderando recortes a las libertades. La calaña de
la panda que les rodeaba convertía al discurso en una broma
macabra. Se supone que era una manifestación por la libertad de
expresión, pero allí estaba Lavrov, ministro de Putin. Se supone
que se defendía el derecho a la sátira contra la religión pero
estaba el ministro de asuntos exteriores egipcio. Se supone que se
defendía que no se confunda a los terroristas con el Islam, que no
se acuse a los inmigrantes en su conjunto, pero ahí estaba Rajoy,
el responsable máximo de la matanza en el Tarajal en Ceuta hace un
año. Se supone que se defendía la amistad entre los pueblos pero
ahí estaba Netanyahu. Y así podríamos seguir. Como dice el número
especial de “Charlie Hebdo”: “Una familia de
payasos diezmada, aparecen otros diez” (bajo una viñeta con
Hollande, Sarkozy y otros 8 políticastros franceses). La propia
redacción de “Charlie” ha manifestado que no
pudieron más que reirse cuando las campanas de la catedral de
Notre-Dame repicaron por ellos.
No,
los gobernantes imperialistas, los del ajuste y los recortes, los
que aprueban medida tras medida contra los inmigrantes, los que
empalman una aventura guerrera con otra, no son “Charlie”.
Nos solidarizamos con el llamamiento de la mayor parte de las
organizaciones francesas a la izquierda del PCF a no acudir a la
manifestación del 11, una manifestación diseñada para
facilitar los ataques a las masas. La “unión republicana” es
una “unión sacreé” (“unión sagrada”) como la original,
que ligó a las organizaciones obreras, partido socialista y
sindicalistas “revolucionarios” a la burguesía en el apoyo a la
“patria” durante la Iª Guerra Mundial. De la misma forma, la
“unión republicana” es la unión de la clase trabajadora al
carro de la burguesía en crisis terminal.
“Nous
sommes Charlie”
El
hecho de que la plana mayor imperialista intente adueñarse del lema
no lo desvirtúa. Afirmar “Je suis Charlie” es un deber para
todo demócrata, no digamos socialista-comunista. Sin embargo no ha
sido unánime.
En
primer lugar, ahí está la ultraderecha. Mientras su hija
pedía que la dejen acudir a la mani de París (en las demás
ciudades el FN (Frente Nacional) ha asistido), Jean Marie Le Pen,
expresidente del FN que está jubilado pero no retirado de la
política, salió inmediatamente a decir que él no es Charlie,
porque esa revista es “anarcotroskista” y no merece respeto. No
hace falta deternerse más en su opinión, salvo para señalar la
palabra elegida por el icono de la extrema derecha francesa y
europea para definir aquello a lo que desprecia. De todos modos, al
final, el FN ha adoptado el lema con un pequeño cambio: “Je
suis Charlie... Martel” (el caballero franco que detuvo la
entrada de los musulmanes en Francia en el siglo VIII).
Ni
hace falta tampoco detenernos aquí en los sectores islámicos,
fundametnalistas y no tanto, que en todo el mundo musulmán están
apoyando explícitamente o implícitamente los atentados. No, claro,
ellos no son Charlie.
No,
aquí nos interesa detenernos en el sector que ha “condenado” el
atentado pero aclarando que no por ello se solidariza con “Charlie
Hebdo”, que “no son Charlie” porque esa revista era
“racista” (y también “imperialista”, etc).
¿Quienes
son estos que “no son Charlie”? En Europa son el stalinismo más
roñoso pero también la crecida ola de conspiranoicos. En los
Estados Unidos, a estos dos sectores se une, curiosamente, todo un
conjunto de blogs, revistas, profesores, etc, “liberales” (en
EEUU esta palabra designa una ideología que en Europa se
consideraría socialdemócrata). El más llamativo ha sido David
Brooks, famoso columnista de “The New York Times”,
periódico que se ha negado a reproducir las portadas del escándalo.
¿Qué tienen en común todos estos sectores? Una visión “campista”
del mundo.
El
“campismo” consiste en ver el mundo como un enfrentamiento entre
países, entre potencias. Los países, los movimientos, los partidos
se clasifican en “imperialistas” y los antiimperialistas. No
existen clases sociales ni intereses de clase, existen “pueblos”
definidos homogéneamente, tanto desde el punto de vista étnico
como cultural-religioso.
Así,
esta gente razona de la siguiente manera. En Francia la población
musulmana es mayoritariamente pobre y está muy discriminada y
reprimida. Por lo tanto si alguien se burla de la religión
musulmana está burlándose de los pobres, haciendo un servicio a la
burguesía imperialista y a los racistas.
Más
abajo veremos qué es lo que realmente dice “Charlie Hebdo”.
Este razonamiento es inadmisible. La “población musulmana” es
en realidad la población de origen árabe (minoritariamente también
de otros orígenes). “Pobre” significa que mayoritariamente
pertenece a la clase trabajadora (¡no toda!). La salida a su
situación de discriminación y desigualdad no es otra que la
incorporación con el resto de la clase trabajadora en la lucha
conjunta no sólo contra tal discriminación y desigualdad sino
contra toda explotación y opresión. Esta lucha tiene como premisa
y condición un salto en la conciencia, que por cierto han
dado sectores de la población de origen árabe en Francia mucho
mayores de lo que parece según los media: el salto de considerarse
parte de la clase trabajadora y no de la Umma (comunidad islámica).
De la misma manera que la constitución del proletariado francés
autóctono en clase, constituyendo sus sindicatos y sus partidos fue
paralela a una ruptura en masa con la religión católica. Al mismo
tiempo, los sectores religiosos, no sólo los fundamentalistas,
pretenden canalizar mediante la religión el resentimiento
que sufre esta población ante su situación. Pretende que la vean
como producto de un enfrentamiento entre el “occidente cristiano”
y el “Islam”. De ese modo trabajan por la “reislamización”
del colectivo, es decir, por solidificar los prejuicios
oscurantistas, machistas, anticomunistas. Entonces, los hipócritas
que posan como “defensores de los musulmanes” en realidad son
los verdaderos racistas. Unos librepensadores ellos, sin embargo no
consideran a los árabes y otros pueblos asiáticos y africanos como
capaces de superar sus prejuicios religiosos. Se convierten así en
cómplices de los sectores clericales que pretenden atar a esta
comunidad a la religión. Esto es verdad por parte de los
“antiimperialistas” que siguen la regla “el enemigo de mi
enemigo es mi amigo”. Y también es verdad por parte de los
socialdemócratas y liberales “multiculturales” que hablan de la
convivencia entre “culturas distintas” y homogéneas, cayendo en
el comunalismo al definir a los árabes como “comunidad
musulmana”. En esta batalla que está en marcha en todos los
países de mayoría musulmana y en las comunidades de inmigrantes de
ese origen, estos “antiimperialistas”, liberales y
conspiranoicos se colocan del lado del oscurantismo.
Ante
el atentado, rebuznar sobre Palestina, Afganistán o cualquier otra
cosa parecida no es más que justificar y dar cobertura “de
izquierda” a los asesinatos y sus perpetradores. El atentado a
“Charlie Hebdo” no es un acto de guerra
antiimperialista sino una monstruosidad fascista como la bomba que
la Triple A puso en España a la revista “El Papus”
en 1977. ¡Es una vergüenza para la izquierda que prácticamente
nadie haga este paralelismo!
¿”Charlie
Hebdo”, una revista racista, xenófoba?
Naturalmente
no nos hacemos responsables del conjunto de la línea de una revista
que ni siquiera podemos leer regularmente. El origen de “Charlie”
está en el mayo del 68. Su predecesora, “Hara Kiri”
(1960-70) fue cerrada dos veces, por escándalo público y por
burlarse de la muerte de De Gaulle. “Charlie Hebdo”
se publicó de 1970 a 1981. La revista resurgió en 1992 con el
mismo espíritu irreverente.
Es
cierto que durante el período 2004-9 la revista fue dirigida por el
humorista Philippe Val, un personaje bastante lamentable.
Exizquierdoso del mayo del 68, desde el 11S se obsesionó con el
peligro islamista y se convirtió en un sionista defensor de
Sarkozy. Llegó a despedir a Siné, uno de los fundadores de la
revista por un supuesto chiste antisemita. Los tribunales dieron la
razón a Siné, que acabó montando otra revista de humor. Al final
Val abandonó “Charlie” para dirigir una radio
pública. Desde entonces, hasta su asesinato, Charb asumió la
dirección. La revista se izquierdizó, pero no cambió su
orientación atea, antirreligiosa en general y crítica feroz con el
fundamentalismo islámico. Por ejemplo, Charb reivindicó la
decisión de Val en 2006 de republicar las caricaturas de Mahoma que
publicó el diario danés de derechas “Jyllands-Posten”,
lo que causó no sólo protestas islamistas callejeras sino que el
presidente derechista de Francia Chirac criticase a la revista.
El
retrato que “Charlie” ha ido tejiendo del
fundamentalismo islámico como corriente bárbara, asesina y brutal
ha sido rechazado por esa izquieda autodenominada
“antiimperialista”. Es esa izquierda que ve “algo bueno” en
el fundamentalismo porque truena contra EEUU, Israel, etc. Son los
que justifican vergonzantemente el atentado diciendo que ha sido
causado por el “monstruo de Frankenstein” del imperialismo y que
Francia ha financiado a los yijadistas en Siria o Libia, etc, pero
olvidan que cuando los mismos yijadistas tiraron las torres gemelas
o mataban a multitud de soldados americanos en Irak ellos los
consideraban “antiimperialistas”.
Insistimos,
los que acusan a “Charlie Hebdo” de “racista”
lo hacen porque identifican “árabe” con “musulmán”. Porque
los chistes de “Charlie” son invariablemente
contra la religión y contra el fundamentalismo, no contra los
árabes como tales. Cuando sacaron en portada (dibujo del asesinado
Cabu) a Mahoma desesperado diciendo “Es terrible ser amado por
gilipollas”, ¿dónde está ahí el racismo? Y cuando sacaron una
parodia de la película “Intocable” con un
musulmán en silla de ruedas empujada por un judío ortodoxo, ambos
diciendo “no se nos puede tocar”, ¿No es una magnífica burla
contra estos apóstoles de lo “políticamente correcto”? Porque
cada vez que se critica a estas dos religiones bárbaras, el Islam y
el judaísmo, se alza el grito “racismo”. Pero lo que se está
criticando es a la religión, no a la supuesta raza árabe, judía o
lo que sea. ¿Pero qué hay de la famosa portada del 19 de julio de
2013, “El Corán es una mierda, no para las balas”... Hay
gente que dice que es “racista” porque se ve a un árabe
musulmán muriendo a tiros disparados por una dictadura apoyada por
EEUU y Francia y encima se rien de él. Este comentario dice más
sobre el que lo hace que sobre la portada. No se ve un “árabe
musulmán” (el que le dispara también es árabe y musulmán) sino
un partidario de los “Hermanos Musulmanes” que pretendían
instaurar una dictadura teocrática en Egipto, pero fueron
derrocados por unos militares “laicos” (pero también creyentes,
esa portada está prohibida en Egipto). Entonces la portada se burla
de los fascistas ametrallados por militares golpistas. No es un
chiste contra pobres creyentes musulmanes, es un chiste análogo a
uno que se burlase de los SA ametrallados por las SS en la noche de
los cuchillos largos en 1934. O de carlistas a los que les disparan
franquistas en Begoña en 1942 y descubren que los escapularios no
les protegen de las balas. “Pero los militares están apoyados por
EEUU y Francia, es un chiste proimperialista”... Ah, ahora resulta
que el gobierno de Morsi y los Hermanos Musulmanes era
antiimperialista, vaya, vaya. La crítica como racista a esta
portada desnuda a los que la hacen: son vergonzantes defensores
del fundamentalismo islámico por la vía de atribuirle inexistentes
virtudes “antiimperialistas”.
Toda
esta repugnante palabrería sobre que “Charlie Hebdo”
era “racista” o “islamófobo” revela su falsedad viendo los
dibujos del asesinado Cabu que expresan la línea de la revista:
(el rabino judío, el obispo católico y el imam musulmán están gritando: “¡Hay que ponerle un velo a “Charlie”!” En la otra imagen, la musulmana, la monja católica y la judía dicen “no toqueis mi velo” mientras el imam, el rabino y el obispo llevan una pancarta que dice “la mujer es el futuro de los fanáticos”).
Es
importante entender lo que implican estas portadas en Francia. Si
fueran portadas de “El Jueves” en España, serían
un chiste inocuo. Aquí hay muchos católicos integristas, algún
fundamentalista islámico y apenas un puñado de judíos. Sin
embargo, en Francia el católico gritón existe, es el país de
Lourdes, del cisma de Lefebvre, el país donde los católicos
integristas han hecho manifestaciones de masas contra el
matrimonio gay. Los fundamentalistas islámicos vaya si
existen, con encuestas que hablan de un apoyo al Estado Islámico
(ISIS) mayoritario en la comunidad musulmana. Pero también, lo que
es poco conocido, Francia es uno de los centros mundiales del
fundamentalismo religioso judío, llamado hasidismo
(lubabich). La izquierda española suele confundir la religión judía
con el movimiento político reaccionario proimperialista llamado
sionismo. No, aquí hablamos de fundamentalistas religiosos judíos,
que rechazan el estado “laico” de Israel y lo quieren sustituir
por una “Judea” teocrática. En Francia se dedican a montar
escuelas donde fanatizan a los niños haciéndoles creer en la
literalidad del Antiguo Testamento.
Así
que estas portadas y chistes no son brindis al sol, son
verdaderamente un combate valiente contra los tres fanatismos que
están en auge en Francia y en el mundo. No se puede llamar
“marxista”, “revolucionario”, “socialista”, “comunista”
quien no simplemente “condena” el atentado si no se solidariza
con los caídos.
Cui
Prodest? ¿A quien beneficia el atentado?
A
estas alturas ya resulta claro que el atentado le ha venido como
agua de mayo a la extrema derecha europea. La lucha contra el
inmigrante musulmán se ha convertido en su bandera más popular. Y
este atentado no puede más que reforzar este prejuicio; los
distintos grupos de la extrema derecha y el fascismo en toda Europa
se agrupan tras el “os lo dijimos”. Incluso están ensayando una
coordinación a nivel europeo, Pegida (Patriotas Europeos contra la
Islamización de Occidente).
Pero
los gobiernos imperialistas también salen reforzados. Más
allá de la cuestión táctica de si se van a unir o no a la
“coalición” para bombardear al ISIS, pues los intereses de cada
imperialismo no tienen porqué coincidir, lo que está claro es que
estos atentados preparan a la población a apoyar nuevas aventuras
bélicas (o a sostener las viejas: la invasión de Afganistán,
por ejemplo). También a apoyar nuevos ataques a las libertades
públicas como limitaciones a la libertad de movimiento, censura
y espionaje en Internet, más poderes para la policía, etc. La
“unión sagrada” que produce el atentado es agua de mayo para el
imperialismo. ¿De qué otro modo podríamos ver a los sindicatos, a
los trabajadores, a toda la población detrás de los gobiernos del
ajuste y el machaque, como en la manifestación del día 11 en París?
¿Precisamente cuando hace poco que la policía francesa mató a un
estudiante provocando una conmoción en el país?
Pero
los conspiranoicos que usan estos hechos para pergreñar teorías
sobre “falsas banderas” olvidan que en cualquier caso el
atentado también es útil para el fundamentalismo islámico.
Porque la intención de éste no es derrocar a los gobiernos
imperialistas en tierra infiel. Ni, claro está, parar a la extrema
derecha cristiana en Europa. Lo que ellos intentan es ganar para su
causa al conjunto de los inmigrantes en Europa procedentes de países
musulmanes. De lo que se trata es de que dirijan la fustración que
les produce estar en el fondo de la escala social, de sufrir el paro
y los recortes más agudamente que la población autóctona mientras
son objeto de múltiples discriminaciones, no contra la burguesía ni
el capitalismo, sino contra los “cristianos”. Que no construyan
una identidad como parte de la clase trabajadora del país donde
viven sino como parte de la “Umma” que está siendo “atacada”.
No es necesario que todos se vengan a luchar al desierto, con que
tengan simpatía a la lucha, hagan aportaciones, faciliten que sus
hijos, novios, familiares, etc puedan unirse a la Yijad, ya les va
bien.
Por
eso, más allá de los pin, los lemas y las cabeceras de
manifestaciones, los gobiernos imperialistas, la extrema derecha
europea en la cresta de la ola y el fundamentalismo islámico, todos
salen beneficiados del atentado. Por eso insistimos, no se trata
de una condena general de la “violencia”, los comunistas
debemos denunciar este atentado como profundamente reaccionario.
¡“Nous
sommes Charlie”! ¡A luchar contra los enemigos de la libertad: Al
Qaeda y el Estado Islámico, ciertamente, pero también contra los
gobiernos imperialistas, la Unión Europea y la OTAN!
En
conclusión:
*como
somos “Charlie”, a defender la libertad de
expresión, pero especialmente la libertad de blasfemar, de criticar
a la religión (a TODAS las religiones, fuentes inagotables de
alienación, atraso y opresión). Tenemos que defenderla contra la
horda siniestra del fundamentalismo islámico, pero también contra
las otras hordas religiosas, cristianas católicas o no, y demás.
Tenemos que defender las libertades contra estos fanáticos pero
también contra los gobiernos que nos amenazan con más controles
“por nuestro bien”. Tenemos que defender las libertades con
nuestros propios métodos, los métodos de la movilización
obrera, sin confiar en el estado burgués, su gobierno su policía y
sus jueces, que pueden de vez en cuando propinar fuertes golpes a los
islamistas -porque son de una religión distinta a la suya, -“la
única verdadera”- pero con los que comparten en el fondo más de
lo que creen.
*Combatiremos
cualquier intento de extender la sospecha de “terroristas” al
conjunto de la población de origen árabe o de otros países de
mayoría islámica. No aceptamos la identificación entre islam y
fundamentalismo ni la noción de “culpabilidad compartida”. Pero
tampoco aceptamos la noción bienpensante y “multicultural” de
que el Islam no tiene nada que ver con el fundamentalismo islámico.
Es su base y premisa necesaria. Defendemos la consigna democrática
de la libertad religiosa sin por ello cejar en nuestra lucha
comunista encaminada a liberarnos de la religión.
*Llamamos
a la lucha contra el Estado Islámico (ISIS). Pero la lucha
contra el ISIS no la pueden emprender las potencias imperialistas. No
han sido capaces de ponerse de acuerdo para una acción militar
conjunta. Han realizado bombardeos inefectivos militarmente pero que
han matado a muchos civiles. Es que la contradicción entre los
imperialistas y el ISIS es puramente coyuntural. El ISIS amenaza
al gobierno semicolonial que la invasión norteamericana ha colocado
en Irak. Pero de todos modos los EEUU no están muy contentos con un
gobierno colocado y financiado por ellos, tras una costosísma guerra
e invasión, sólo para ver que ha acabado siendo más fiel a Irán
que al amo que le dio de comer. Además, las tropas del ISIS que en
Irak atacan al gobierno pronorteamericano son las mismas que en Siria
atacan al gobierno antinorteamericano. El centro de todas las
contradicciones es Kobanê,
la ciudad sirio-kurda asediada por el ISIS. La ciudad liberada de la
dictadura de Assad en Siria por la izquierda kurda, defendida por
milicias populares, por mujeres armadas, por kurdos y por árabes
revolucionarios solidarios, pero que resiste sola, que está siendo
machacada por el ISIS ante la total indiferencia de los mismos
imperialistas que hacen sonar por todos lados los tambores de guerra.
Como
dijo Charb el 22/X/2014, “Los kurdos nos defienden a todos. Yo
soy kurdo, pienso kurdo, hablo kurdo, canto kurdo, lloro kurdo. Los
kurdos asediados en Siria no son kurdos, son la humanidad que resiste
a las tinieblas”. ¡Solidaridad con la resistencia
revolucionaria en Kobanê!
Grupo
de Comunistas Internacionalistas GCI, 20 enero 2015
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