lunes, 10 de noviembre de 2014

"Asamblea ciudadana" de Podemos:


Juan Carlos Monedero, Pablo Iglesias Turrión, Luis Alegre Zahonero, Iñaki Errejón, Carolina Bescansa

SE PERFILA UN RECAMBIO BURGUÉS AL RÉGIMEN
El fin de semana 20-1 de octubre, con una asistencia de ocho o nueve mil personas, se celebró en Vistalegre, Madrid la “Asamblea ciudadana ¡sí, se puede!”, que ha hecho las veces de congreso constituyente de Podemos. Fuera de un puñado de resoluciones políticas, formalmente allí no se decidió nada. Los documentos político, organizativo y “ético” así como la elección de los miembros de los organismos de dirección se han ido realizando posteriormente por medio de votaciones por Internet. Sin embargo la Asamblea fue la escenificación pública de la consolidación de Podemos, una fuerza ascendente desde las europeas pero totalmente indefinida, que siempre se remitía a este evento cuando se le pedían pronunciamientos concretos.

Y como era previsible, lo que ha salido de Vistalegre ha sido una organización caudillista y burocrática cuyo objetivo central es proponerse como alternativa burguesa de última instancia, pujando ante la burguesía como un aspirante confiable a llevar sus asuntos.


la apoteosis de Pablo Iglesias
Desde que se montó apresuradamente en forma de candidatura para las pasadas elecciones europeas, Podemos ha intentado presentarse como la negación de la estructura verticalista, autoritaria y burocrática de los partidos “de la casta”. De este modo, pretendía ganarse al sentimiento asambleario, horizontal, democratista, que ha surgido del 15M.
Nosotros hemos ido señalando en estas hojas (hoja nº 14, del 29 mayo 2011) que este sentimiento tiene un aspecto progresista, el de la ruptura con los aparatos burocráticos del movimiento obrero, vendidos a la burguesía, de la tendencia a la autoorganización obrera y popular, de aspiración de las masas a resolver por ellas mismas todos los asuntos. Pero también tiene un aspecto reaccionario; la concentración casi exclusiva en la defensa de la “democracia”, el “asamblearismo”, la “horizontalidad”, igual que el énfasis al principio de Democracia Real Ya (DRY) y el 15M en el cambio de la Ley Electoral, responden a la creencia ingenua de que los recortes, los ataques que se justifican con la crisis -que adjetivan como “estafa”- son arbitrarios, producto de la maldad o del carácter corrupto de los políticos de la “casta”. Es decir, que no son conscientes de que no se trata de un problema político, de régimen, que pueda ser resuelto con más “democracia”, directa, indirecta o pluscuamperfecta, sino de que se trata de un problema económico-social. Estamos viviendo la segunda crisis más importante de la historia del sistema capitalista, este sistema nos está mostrando su límite histórico, no hay forma de salir adelante sin destruirlo y sustituirlo por otro capaz de satisfacer las demandas sociales y abrir el camino a un futuro mejor. Este sistema no puede ser otro que el socialismo. En esto incluso nos puede dar Pablo Iglesias y Podemos la razón, si los pillamos desprevenidos. Pero luchar por el socialismo no es lo mismo que luchar por la “democracia”. Por la “democracia” está todo el pueblo menos la “casta”, una minoría privilegiada; por el socialismo sólo pueden estar los explotados, no los explotadores, por “ciudadanos” que sean, ni por pequeños que sean.
El proyecto de Podemos surgió, como hoy está plenamente documentado, de la discusión entre la dirección de Izquierda Anticapitalista (IA) con el equipo del programa por Internet “La Tuerka”, formado por un grupo de profesores de la Complutense de Madrid ligados hasta hacía poco a IU. De ellos Juan Carlos Monedero asumió el papel principal al principio, pero su activo fundamental era Pablo Iglesias Turrión, que se estaba construyendo como figura mediática a través de su frecuente participación en tertulias políticas televisivas sobre todo en la Sexta (una cadena propiedad de J. M. Lara, el magnate editorial y de los media). De este acuerdo inicial salió en enero el manifiesto “Mover ficha”, que hoy se ve como sorprendentemente “radical” si se compara con en lo que se están quedando las reivindicaciones de Podemos.
Aunque el curro militante de montar listas, conseguir inscritos, constituir círculos, pegar carteles, etc, recayó en gran parte en IA, desde el momento en que el proyecto tenía un objetivo electoral y Pablo Iglesias era la cara mediática, éste tuvo un control del proyecto desproporcionado con sus fuerzas directas. El entorno cercano de Pablo, Monedero, Iñigo Errejón, Carolina Bescansa y Luis Alegre Zahonero, que formaron el agrupamiento “Claro que Podemos” en Vistalegre, se convirtió en la dirección de facto del partido “sin jerarquías”. Y no titubearon.
La sucesión de maniobras antidemocráticas que han emprendido los “tuerkistas” deja sin aliento: primero, la obligación de votar una comisión de dirección (o todo o nada, no proporcional) desde el verano hasta la asamblea de otoño. Luego, al estilo Felipe González, Pablo amenaza con dimitir, “echarse a un lado” si no se vota lo que él quiere. Después, poco antes de la asamblea, propone que no pueda estar en un órgano de dirección quien milite en un partido, una medida obviamente destinada a librarse de IA. Durante la asamblea, dice que no es un “macho alfa” pero le dice a Echenique que si no gana, será él el que tendrá que “echarse a un lado”. Y la misma noche tras el fin de la asamblea cambia el reglamento de votación para hacer que los documentos se voten en bloque, no vaya a ser que le cuelen un documento que no sea el suyo. Por último, en la votación para los órganos de dirección presenta una lista completa y permite votar “en plancha” con la intención de acapararlos sin dejar ni un puesto a la oposición. Y se está saliendo con la suya, sus documentos han conseguido el 80% de los votos emitidos (emitidos por inscritos por Internet, no por afiliados reales que al menos pertenezcan a un círculo). En resumidas cuentas, al estilo del populismo latinoamericano, por ejemplo del de Hugo Chávez al que los tuerkistas tanto admiran, Podemos no es una organización alrededor de un programa o de una idea sino de un líder indiscutido.

Centrando Podemos en Vistalegre
Todas estas medidas organizativas están encaminadas a tener una organización “confiable”. No es sólo que Podemos sea el instrumento personal de Pablo Iglesias y sus tuerkistas, aunque lo es: se presentó a las elecciones con su rostro como logotipo en las papeletas, ha impuesto su agenda, sus documentos, su dirección, usando el chantaje y el caudillismo descarados... Pero desde el punto de vista político-social, lo importante es calibrar lo que esto significa.
Aunque los tuerkistas de “Claro que Podemos” escriben poco y además de forma ambigua, es fácil ver por dónde van. Las posiciones reales de Podemos, las que llegan a la gente, son las que ellos imponen cuando hablan ante los medios de comunicación, sin ninguna discusión previa con nadie. Y lo que dicen en público es bastante esclarecedor.
En la presentación del círculo de Podemos en Londres el pasado día 13 de septiembre, Ken Loach, el famoso director de cine pero ahora dirigente de una nueva organización política, Left Unity, dijo que buscaban colaboración con sectores de la izquierda europea y por ello querían colaborar con Podemos. Errejón contestó diciendo que Podemos no es un partido de izquierdas, que no es de izquierdas ni de derechas...
El pasado 22 de octubre, Pepa Bueno entrevistó a Carolina Bescansa en la cadena SER y le preguntó si pensaba que sobre el futuro de Catalunya debían votar sólo los catalanes o debían pronunciarse también “el resto de españoles”. Bescansa le dio vueltas y vueltas al asunto, pero no se puede decir que su respuesta fuera ambigua: en la medida que decía que sentaría a dialogar a Rajoy y a Mas, estaba negando el derecho de Catalunya a la autodeterminación.
Es que en Vistalegre se dijo claramente: Podemos no aspira a estar en el “margen izquierdo” del tablero, aspira a estar en el “centro”. Carolina Bescansa, que tiene el papel entre los tuerkistas de Pedro Arriola en el PP, impone una línea similar a la que éste le sugiere a Rajoy: cuidar las palabras, no hablar nunca de ciertas cosas que puedan quitar votos, instalarse en la ambigüedad y esperar que los votos caigan por su propio peso. Esa es la razón por la que en Podemos ya no se habla de Monarquía, de Catalunya, de Euskadi, del aborto, de la Iglesia Católica...
Pero esto no significa más que una cosa: que Podemos está convirtiéndose a velocidad supersónica en un partido burgués “normal”, con un programa estrictamente dentro del sistema.

Echenique y los anticapis: “construyendo pueblo”
La principal alternativa al documento de los tuerkistas en Vistalegre fue la firmada por el eurodiputado Pablo Echenique, pero apoyada por IA. Éstos prefirieron no enfrentarse cuerpo a cuerpo con Pablo Iglesias levantando sus propias alternativas. Con excentricidades varias, como lo de sortear cierto número de puestos entre los inscritos, este documento lo que intentaba era poner ciertos diques al caudillismo de Pablo, poniendo tres personas en vez de una en la secretaría general, dando un cierto poder a los círculos y territorios, etc. En cualquier caso, la asamblea se polarizó en la discusión organizativa en lugar de hacerlo en la política, de la que la organizativa debería ser no más que un instrumento.
Es que IA no puede realizar una oposición real a Pablo ya que comparte sus mismos presupuestos políticos. El documento “Construyendo Pueblo” que presentaron varios de sus dirigentes, es indistinguible de algo escrito por Monedero o Alegre Zahonero. Sólo hay pueblo, gente, democracia, casta y demás. Ni capitalismo (salvo “capitalismo alemán”), ni burguesía, ni clase obrera. Hay revolución, pero eso sí, “democrática”, no socialista.
Y sin embargo, IA es un estorbo para Pablo. Susana Díaz ya le ha dicho que el apartamiento de IA es condición necesaria para que el PSOE se digne mirar a Podemos. Es que, aunque los Podemistas gusten de repetir su ocurrencia, “el poder no teme a la izquierda, teme al pueblo”, la realidad es que para todos los sectores del establishment IA sigue apareciendo como “radical”, “antisistema”, y por lo tanto para Pablo, como un obstáculo para ganar las elecciones mediante la conquista del voto de los bienpensantes.
Y sin embargo, IA no va a enfrentarse a Pablo. Por hacer un chiste de trotskystas, cómo van a enfrentarse los “pablistas” con Pablo. Es que IA es la heredera del pablismo (y del mandelismo) pero no referido a Pablo Iglesias sino a Michel Pablo, el dirigente que se puso a la cabeza de la IVª Internacional tras la IIª Guerra Mundial, pero para destruirla por el camino de la adaptación a las distintas direcciones de masas (primero el stalinismo pero una larga lista después) que siempre irían a “izquierdizarse” y girar hacia la revolución presionadas por la “situación objetiva” ahorrándoles a los revolucionarios la tarea de construir el partido revolucionario. IA es el nuevo avatar del pablomandelismo en España, antes conocidos como la LCR, después el Espacio Alternativo y ahora IA. Es que los pablomandelistas tras el hundimiento de la URSS sacaron la conclusión de que ya no hay que construir partidos obreros comunistas revolucionarios internacionalistas, sino partidos “anticapitalistas”, partidos electorales no comunistas con un programa reformista. Es lo que han hecho en Portugal con el Bloco da Esquerda (BE), en Francia con el Nuevo Partido Anticapitalista (NPA), en Alemania entrando en Die Linke, en Grecia entrando (sólo su ala derecha) en Syriza, en Dinamarca entrando en la Alianza Rojiverde, en Inglaterra en Left Unity, en Escocia en SSP, etc, etc. Y en España en Podemos.
IA maquinó la fundación de Podemos. No se va a ir ahora. Se va a tragar cualquier cosa. IA va a celebrar un congreso en noviembre (estaba previsto para febrero) en el que muy probablemente decidirá disolverse. Esto sucede cuando el NPA francés está en las últimas. Cuando el BE portugués cada vez suena más como posible aliado del partido socialista, cuando la Alianza Rojiverde danesa vota en el parlamento a favor de la participación de su país en bombardeos otánicos contra el Estado Islámico, etc, etc. En toda Europa, como antes en América Latina y los EEUU, el Secretariado Unificado, la corriente pablomandelista que durante décadas ha usurpado falsamente el nombre del trotskysmo y IVª Internacional al servicio de una política oportunista, está llegando a su fin lógico: la liquidación.
La reconstrucción de la IVª Internacional es imposible sin partir del repudio absoluto a la trayectoria política del pablomandelismo.

Hacia las elecciones generales, pasando por las municipales
Resulta curioso que una organización para la que las elecciones son el alfa y omega de su actuación política se niegue a presentarse a las próximas elecciones, que son municipales. Y sin embargo, Pablo Iglesias ha sido totalmente firme en esto. Ha impuesto que Podemos pueda apoyar desde fuera candidaturas muy selectas pero no manchar la “marca” (¡usan esta expresión!) en las municipales.
En un momento en que estallan casos de corrupción por todas partes y muchas de ellas centradas en lo municipal, como la operación Púnica, cuando Podemos apenas se está formando y todavía atrae a muchos arribistas ante el señuelo del éxito electoral que prometen las encuestas, se comprende que Pablo esté aterrorizado de lo que pueda pasar si se presentan. A fin de cuentas, ocupado como está en vaciar el programa, con lo único que se queda es con la denuncia de la “casta”, con la promesa de la lucha contra la corrupción.
La defensa de la participación en las municipales por el documento de Echenique e IA es lógica desde el momento que ven una organización con más peso de la base, los círculos y los organismos territoriales, frente a la masa amorfa dirigida por el caudillo que pretende Pablo. Pero como se enmarca en la misma pavorosa falta de programa, probablemente no podría tener otro resultado que acabar apoyando listas impresentables en múltiples localidades.
¿Qué pasaría si Podemos ganara las elecciones generales con mayoría suficiente para gobernar? Nosotros ya hemos comentado en varias ocasiones que existía una posibilidad teórica de una “revolución” tipo Mani Pulite (Manos Limpias) contra la Tangentopoli (reino de la corrupcion) como sucedió en Italia en 1992-4. Sería un cambio desde arriba, un barrido de los partidos políticos gangrenados por la corrupción, y al mismo tiempo, como no podría ser de otra manera, un lavado de cara del capitalismo, una ayuda para su mantenimiento, y la condición previa para caer en una corrupción mayor. En Italia, por ejemplo, de las Mani Pulite salió Berlusconi. Todos los partidos corruptos manchados por la mafia, la Democracia Cristiana, el Partido Socialista de Italia, etc, fueron disueltos... pero la Camorra es ahora más fuerte que nunca. La clase trabajadora italiana, después de años de gobierno cleptócrata de Berlusconi, se encuentra en la tesitura de tener que enfrentarse al peor plan de ajuste de la historia impulsado por el gobierno de “centroizquierda”, cuyo eje es el antiguo partido “comunista”, único que no tuvo que ser disuelto por corrupción, pero que se ha convertido en un partido burgués que tiene como modelo el partido de Obama.
Si hacemos la comparación, la diferencia que comienza a dibujarse es que Podemos está “centrándose” (es decir, moderándose y derechizándose) tan rápido, que no está claro que represente un peligro siquiera para el régimen político; la monarquía, el españolismo, la Iglesia Católica no parecen tener nada que temer de un gobierno Iglesias-Monedero-Errejón-Bescansa.
¿Y si Podemos no saca mayoría absoluta? Entonces se podrían dar dos posibilidades. O bien tendríamos una “gran coalición” al estilo alemán, entre PP y PSOE. O bien tendríamos un intento de unión de la izquierda PSOE-IU-(¿+Podemos?) Contra el PP. Ninguna de las tres variantes es una salida para la clase trabajadora y el pueblo, aunque cada una abriría una situación nueva para la que habrá que prepararse.

Qué son los “Ganemos”
En medio de esta coyuntura en la que las movilizaciones sufren un retroceso temporal y el activismo tiene puesta la vista sobre todo en las elecciones, en el marco del período abierto por el 15M, se está produciendo un fenómeno de reagrupamiento en muchas ciudades de cara a las municipales. Estos agrupamientos han adoptado el nombre de “Ganemos” a partir del primero de ellos, “Guanyem Barcelona” encabezado por la exportavoz de la PAH (Plataforma de Afectados por la Hipoteca) Ada Colau. En Madrid, en varias capitales andaluzas y también en otras localidades ya están en marcha las reuniones preparatorias.
Los Ganemos se sitúan claramente en la onda surgida a partir de DRY, el 15M o Podemos: se oponen a la “casta”, plantean una regeneración de la política municipal, “recuperar la democracia”, le dan mucha importancia a los códigos éticos de comportamiento de los electos, tienen como eje la lucha contra la corrupción... y no hablan prácticamente de programa. De la misma manera que la gran diferencia que Podemos encontró antes de las europeas con IU era formal, primarias sí o no, los distintos Ganemos no tienen diferencias programáticas, su diferencia es si deben legalizarse como agrupaciones de electores o coaliciones. Por eso ha sido posible que IU entrase a bombo y platillo en casi todos los Ganemos, el de Madrid, los andaluces, etc.
No es improbable que en muchos sitios acabe produciéndose una oposición entre Podemos y Ganemos. Pero para nosotros es una oposición secundaria. Podemos y Ganemos tienen en común no ser agrupamientos de clase sino agrupamientos ciudadanos, que no impulsan la lucha de clases sino la “democracia”. Por lo tanto a ambos se le aplica lo que dijiimos ante las elecciones europeas: no son alternativas para la clase trabajadora. Son alternativas interclasistas que no pueden dar ninguna salida. La tarea revolucionaria es trabajar a pesar de las dificultades en una alternativa obrera.

¿Porqué ha ocurrido el escándalo de las tarjetas black de Bankia?
Es increíble que estemos hablando de la victoria en las generales de Podemos como algo posible, cuando hablamos de un partido constituido ahora mismo, sin trayectoria, sin estructura, etc. No es su propia actividad, ni parlamentaria ni al frente de las movilizaciones, la que está llevando a Podemos a la cabeza, sino el profundo descrédito en el que se hunden todas las fuerzas políticas (y sindicales) del régimen. El escándalo de las tarjetas black, un sobresueldo sin tributación ofrecido a los miembros del consejo de administración de Bankia para que se lo gasten en cualquier exceso, a pesar de que en cantidad de dinero sea un asunto menor en comparación con otros, ha indignado especialmente a las clases populares. Se comprende, y es totalmente sano. Que los consejeros del PP fueran corruptos entra dentro de los esperable, pero los dirigentes de PSOE, IU (aunque lleve dos años expulsado), UGT y CCOO hicieran lo mismo es intolerable.
Pero no basta con indignarse al descubrir cómo los dirigentes “obreros” se han aprovechado de los privilegios de su puesto para vivir a lo loco con cargo al presupuesto. Es necesario sacar conclusiones teóricas y políticas. ¿El problema es que “el poder corrompe”? ¿”En todas partes cuecen habas”? ¿hay que sustituir dirigentes “corruptos” por dirigentes “honrados”?
No. El problema es otro. ¿Qué hacían dirigentes de PSOE, IU, CCOO y UGT en nombre de sus organizaciones sentados en el consejo de administración de una empresa? Teóricamente, ejercer el control social en unas empresas especiales, porque aunque las Cajas de Ahorros no son públicas, son instituciones sin ánimo de lucro.
En la realidad, la participación de partidos obreros y sindicatos en Bankia, como en las demás cajas, no ha servido para evitar los deshaucios masivos, ni el escándalo de las preferentes, ni el despido masivo con la fusión de las cajas. Pero sí ha servido para engordar un montón de corruptos y arrojar de paso la mancha del descrédito sobre las organizaciones obreras. Es el mismo mecanismo el que ha permitido al endurecido burócrata minero ugetista asturiano Villa conseguir sus millones ocultos vía fondos europeos para la minería.
Nosotros estamos contra la participación de las organizaciones de los trabajadores, tanto políticas como sindicales en consejos de administración de empresas. Estamos contra la cogestión al estilo alemán (donde los representantes sindicales forman parte de este organismo patronal, con la obligación de mantener el secreto comercial y hacerse solidarios de las decisiones tomadas). A esas formas de “participación” y corresponsabilización de los trabajadores con la explotación capitalista oponemos el control obrero sobre la producción y distribución, es decir, el derecho de veto de la plantilla sobre las decisiones empresariales que los afecten. El control se ejercería desde la base, no por un organismo burocrático cualquiera, y siempre desde un organismo separado de la dirección de la empresa. Los trabajadores, en la medida en que aún no son los poseedores del conjunto de los medios de producción y cambio, no se hacen responsables de las decisiones, simplemente detienen las que son lesivas, mientras se preparan para tomar en sus manos la administración directa de la economía. Y en el caso de las Cajas de Ahorros, que no son otra cosa que bancos privados con lazos públicos, las organizaciones obreras deben salir de sus órganos y situarse donde siempre debieron estar, fuera y en oposición a sus direcciones.

La alternativa: Gobierno “de la gente” o gobierno de los trabajadores?
Pablo repite una y otra vez, en su formato favorito, el televisivo, en tertulias o en entrevistas como la que concedió a Jordi Evolé, que no trata de acabar con el capitalismo, que los pequeños empresarios (y para Bescansa, también los grandes, y la policía y el ejército) tienen un papel legítimo que jugar, etc. En la mencionada entrevista resumió su sabiduría económica en una fórmula breve: “no se sale de la crisis empobreciendo a la gente, ¿no?”
El problema es que sí se sale de la crisis capitalista empobreciendo a la gente. Precisamente el problema de la crisis que estamos sufriendo es que para salir manteniendo el capitalismo hay que empobrecer tanto a la gente que hay que ver cuántos sobrevivirán. Y por lo tanto que sólo se puede cuadrar el círculo de salir de la crisis sin empobrecer a la gente rompiendo el capitalismo, lo que implica la expropiación de la burguesía y la colectivización de la economía. Y para eso no se puede contar ni con los pequeños empresarios, ni con la policía ni con el ejército. Ni se consigue ganando las próximas elecciones generales denunciando a la “casta” y la corrupción.
No hay “salidas de la crisis” a la carta. Está la que impulsa la burguesía y aplican todos sus gobiernos, partidos y regímenes. Y está la favorable a los trabajadores, que sólo puede tener viabilidad si la clase trabajadora se moviliza sobre la base de sus propios intereses y gana al resto de la población explotada y oprimida para su propia alternativa. Lo cual es diametralmente opuesto a lo que hace Podemos.
Pablo plantea que su programa lo aplicaría un “gobierno de la gente”, presidido previsiblemente por él. Por el contrario, lo que necesitamos es un gobierno de los trabajadores que aplique un plan de emergencia obrero y popular, que se dirija a la satisfacción de las reivindicaciones más inmediatas, cortando de raíz el crecimiento de la miseria, poniendo la economía en marcha de nuevo para acabar con el paro, instaurando la democracia más consecuente, republicana y respetuosa con el derecho a la autodeterminación de las naciones. Un gobierno que no pague la deuda, que nos saque del euro, que expropie la banca y las grandes empresas para sacar los recursos de dónde están, que reparta el trabajo y que ponga la economía en su conjunto bajo control obrero. Un gobierno consciente de que los problemas de la clase trabajadora española no se pueden resolver en España y tenga como tarea central extender la lucha al resto de Europa y el mundo. Y todo eso sólo lo puede hacer un gobierno de los trabajadores, que represente no a la “gente” en general, no a los “ciudadanos” sino a la mayoría trabajadora de las fábricas, talleres, comercios y oficinas, a los trabajadores manuales e intelectuales, a la clase trabajadora masculina y femenina, en activo o parada, nativa o extranjera. Un gobierno abiertamente de clase, de los que crean la riqueza con sus manos, enfrentados a los que viven del trabajo no pagado. Este es el programa alternativo que debería estar levantando el conjunto de la izquierda que se reivindica “comunista” y “revolucionaria”, contraponiéndolo punto por punto al programa ciudadano y keynesiano de Podemos.

La “oposición obrera” en Podemos
La expresión “clase trabajadora” apenas se oyó en Vistalegre. Sin embargo, cuando finalmente salió provocó una enorme ovación: fue en la presentación del documento de los círculos Hortaleza Madrid y trabajadorxs Madrid por Luis Osorio Moure.
Nos alegramos de que este discurso haya estado entre los más ovacionados y respetamos el trabajo de Osorio y sus compañeros. Pero francamente, no entendemos la táctica de algunos, a los que seguimos considerando verdaderos revolucionarios, que, mientras hacen críticas públicas formales completamente correctas contra el democratismo, reformismo, oportunismo, caudillismo, etc de Podemos, están a su vez trabajando en sus círculos. Nos parece que esto esteriliza las críticas que hacen a Podemos. No se puede por un lado estar diciendo que Podemos es una organización burguesa, interclasista, no creada para la lucha sino para las elecciones, etc, y luego trabajar dentro. De este modo uno lo quiera o no se convierte en una coartada para la dirección de Podemos. Cuando un revolucionario critique a Podemos, sus dirigentes responderán con la acusación clásica, llamandolo “sectario” y le pondrán como ejemplo de “unitarios” a la gente que habla de revolución obrera pero sigue en Podemos.
Podemos no es una organización de trabajadores, surgida del movimiento obrero, que se ha transformado en burguesa, en la que por lo tanto siempre habrá una contradicción entre las posiciones reaccionarias de su dirección y el origen histórico, sus declaraciones, y por lo tanto las aspiraciones de su base obrera que sigue ligada a ella por tradición, como es el caso de la socialdemocracia (PSOE) o el stalinismo (PCE-IU). Podemos es un partido montado ad hoc para unas elecciones por un líder caudillista y carismático. La gente que viene a Podemos lo hace por las ideas que proclama su jefe. No hay contradicción alguna. Es cierto que hay gente que se une “a desgana”, dejando claro “que preferiría una organización obrera, anticapitalista”... pero cuando se une, es que cree que Podemos ofrece algo más importante que esos principios que dicen compartir. Sabemos qué es. Ofrece victorias electorales a corto plazo. ¿Es necesario poner nombre a los que actúan así?

Necesidad de un polo político obrero
Lo dijimos ante las elecciones europeas y lo volvemos a decir. Coyunturalmente estamos en un momento muy difícil para los revolucionarios proletarios. No por la represión ni porque haya una oleada reaccionaria en la sociedad. Sino porque la inmensa mayoría del activismo está ganada, y con mucho entusiasmo, a una alternativa de colaboración de clases. No es la primera vez que vemos una situación así. Hasta ahora ha sido típica del momento después del primer triunfo de una revolución que tire una dictadura y lleve al poder a un gobierno pequeño burgués o de frente popular. O bien cuando los partidos obreros constituyen un frente popular y éste ilusiona tanto a la clase trabajadora que resulta muy difícil para los revolucionarios nadar contra la corriente.
Pero esta situación tiene las patas cortas. Gane las elecciones generales con mayoría absoluta o sufra un retroceso enorme, o cualquiera de las variantes intermedias posibles, es evidente de que la apertura de la crisis en Podemos tiene fecha. Pero nada garantiza que de esa crisis vayan a salir fuerzas que se encaminen hacia la revolución proletaria si no hay actividad previa y paralela de los revolucionarios proletarios. Nosotros somos apenas un puñado de militantes, un nucleo fundador. Y no hay grandes organizaciones que se reivindiquen del programa revolucionario. Sin embargo, es nuestro deber dejar planteada la necesidad de que esta confluencia de los marxistas se produzca, así como ofrecer nuestra disposición a colaborar con cualquiera que se incline en esta línea. Esta es una de las razones por las que en su día nos constituimos como Grupo de Comunistas Internacionalistas.
GCI, Noviembre 2014

6 comentarios:

  1. Breve aportación. Sobre partido "apéndice" alemán de la IV de Mandel. Oficialmente ellos no hacen entrismo en Die Linke (su web en alemán http://www.rsb4.de/). Otra discusión es que militantes de RSB entren en Die Linke, pero "oficialmente" en el juego electoral alemán se presentan por libre. Es más ellos están por la construcción de un proyecto en el que se incluyen organizaciones vinculadas a la V internacional (aquella intencionada de Chávez) llamado NAO (Neue Antikapitalistische Organisation). Su manifiesto fundacional es el que sigue: http://nao-prozess.de/manifest-fuer-eine-neue-antikapitalistische-organisation/
    Este es el link de las organizaciones vinculadas a NAO: http://nao-prozess.de/gruppen/

    Su manifiesto lo tradujimos al castellano, si les interesa pongase en contacto conmigo.

    Quisiera releer con más detenimiento vuestro artículo, si el tiempo me lo permite, pero coincido con ustedes en muchos aspectos.

    Saludos cordiales.

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    1. Gracias por la aclaración. Nosotros creíamos que la organización oficial del Secretariado Unificado en la RFA, la que se unificó con un grupo maoísta en 1986 para formar VsP (dentro están organizados como ISL) se había incorporado a Die Linke, pero sabíamos por alguien que vivió allí que había un grupo independiente fuera. Ese grupo es el RSB. Quien nos habló de ellos nos dio buenas referencias. Ambos grupos son fáciles de encontrar en Internet. Pero nosotros no manejamos el alemán.Y, en cualquier caso, nos parece que no cambia nuestra caracterización: ambos grupos están ocupados construyendo un "partido anticapitalista" en la línea que criticamos, uno con su unificación con un grupo que, como el MC en España, inmediatamente abandonó hasta la referencia marxista, y los otros construyendo una organización con chavistas. Sin embargo nuestro contacto nos dijo que el RSB es de alguna manera más "ortodoxo" (nos dijo que hacen trabajo sindical, piquetean fábricas, etc) pero desconocemos si, como hacen la OKDE-Spartacos griega o el grupo irlandés, se ha pronunciado contra el repudio al leninismo, a construir el partido revolucionario, a la dictadura del proletariado, etc, que ha ido aprobando el Secretariado Unificado en sus últimos congresos.
      Claro que nos gustaría tener la traducción que dices. Desde aquí te lo decimos pero nos pondremos en contacto contigo.
      Esperamos más comentarios constructivos por tu parte, nos alegramos de coincidir en muchos aspectos.

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  2. Estando de acuerdo en general con la hoja Nº 51 donde se analiza la situación política frente al avance de Podemos y Ganemos y un futuro recambio de la burguesía quisiera señalar algunas cuestiones que me parecen importantes.

    La burguesía española tiene claro que el régimen del 78´ está en crisis. Los dos partidos mayoritarios, hasta ahora, Psoe y PP artífices de la Transición pactada con la monarquía y el franquismo están en una caída irremediable, lo indican los últimos resultados electorales y los sondeos de opinión. Los escándalos de el ex rey su abdicación y la ola de escándalos que involucran a todos los partidos del poder es otro síntoma de la crisis del régimen. Los enfrentamientos entre los distintos sectores de la burguesía se reflejan en la aparición de los casos de corrupción algunos de los cuales vienen de hace 30 años, que se sepa por ahora, aunque habrá más sorpresas. La burguesía es conciente que debe preparar un recambio lo que no quiere decir que estén todos de acuerdo en como y cuando y con quienes articularán una salida a su crisis.

    Las denuncias de corrupción no salen casualmente ahora, son la carne podrida que se tiran como munición las distintas fracciones de la burguesía en la lucha por imponer una salida acorde al interés de cada fracción. Así cada uno que aparece denunciado amenaza con tirar de la manta como medida de chantaje para no caer en desgracia.

    La deriva derechista de Podemos visible desde su nacimiento va dejando descolocados a los que alimentaban (y alimentan ilusiones) en este nuevo partido.
    Corrientes y partidos que apoyan a Podemos se encuentran ahora rápidamente ante la evidencia del rumbo derechista. Ya en los círculos más relacionados con los trabajadores se ven estas fisuras desencantados con las promesas y con la ilusiones de “democracia” del método “asambleario” de “transversalismo” era un bulf que ocultaba mal la coronación de la cúpula diriugente de la formación con maniobras no muy democráticas. Esto se irá acentuando a medida que se acerquen al poder. Podemos tiene (y quiere) demostrar a la burguesía que está comprometido con el sistema y la burguesía le exige más “pruebas de amor”.

    Un capítulo aparte merece IU que ante el hundimiento del “bipartidismo” apuntaba, en un análisis superficial, con capitalizar los votos principalmente del Psoe y había logrado un avance electoral en las últimas elecciones. Un avance que ocultaba mal el principio del fin.
    El limitado avance electoral fue más lento que su desprestigio como izquierda del régimen, en sociedad con el Psoe en Andalucía y embarrados también en caso de corrupción.
    Amén de dirigir una de las principales centrales obreras: CCOO, comprometida con el plan del gobierno, reventando los conflictos, paralizando cualquier iniciativa a la lucha, y también con casos de corrupción.
    A esta mochila que lleva IU, la aparición de Podemos ya hace presagiar su colapso arrastrada con el hundimiento del “bipartidismo” del régimen.
    Es así que intentando esquivar su crisis IU trata aliarse primero con Podemos (pero estos no quieren aliados que son en realidad un salvavidas de plomo luego con Ganemos y así salvarse de la catástrofe.
    La misma aparición de Podemos anunciaba el derrumbe de IU ya que estos vienen a ocupar el espacio que IU no podía (y no quería) y que abrió el 15M junto con las luchas de resistencia contra los ajustes….. continúa…..



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  3. …sigue… El programa político de estas formaciones Podemos, IU, Ganemos, etc. es prácticamente idéntico hasta tienen los mismos asesores económicos, las discusiones políticas en sus reuniones o Asambleas brillan por su ausencia. Las disputas y maniobras son por cargos electorales. Fue así como estalló Ganemos en Málaga.



    El hundimiento de IU y del Psoe es auspicioso para la tarea de la construcción de una nueva dirección de la clase obrera y de una izquierda revolucionaria. La clase obrera tiene así la oportunidad luego de 80 años, de quitare una losa que impedía su desarrollo político independiente, y forjar una nueva dirección al calor de las luchas en curso y de las que se avecinan que serán más contundentes. Es el momento de crecer como alternativa independiente y revolucionaria aunque haya que remar contra la corriente la crisis acelera su ritmo empujada por el hundimiento de la economía europea y de su organización: la UE.

    Todos sin excepción cargan a la falta de conciencia de los trabajadores la falta de propuestas políticas más audaces: están contra la Huelga General, contra la caída de Rajoy, contra el no al pago de la deuda, contra el no a la Troika, contra voltear a los gobiernos ajustadores, contra el derecho a la autodeterminación de las naciones, etc. Lo último es que se han lanzado a una campaña contra el TTIP pero ni una palabra contra la UE y la Troika es decir que oponen la organización imperialista europea a la norteamericana.
    Todo su programa de reformas se reduce a conseguir los votos necesarios para un puesto en el parlamento o en el futuro gobierno, sin alertar que sea quien sea el que tenga mayoría y gobierne tendrá que hacerlo cumpliendo los dictámenes de la Troika



    En todo este proceso corrientes de izquierda de menor importancia han jugado de alas de izquierda de estas corrientes reformistas y decididamente contrarrevolucionarias. Es el caso de “Lucha de Clases”, “El Militante”, primero haciendo entrismo en IU, luego en Podemos a veces en los dos. Y claro el caso más notorio el de IA con Podemos.
    Es asi que tanto el Psoe e IU, las los fuerzas de izquierda historicas más importantes no están ni estaban solas en su política de contención de la clase obrera y sus luchas por la izquierda estaban apoyados (y están) por estas corrientes que cumplen un rol nefasto dándoles un barniz de izquierda y hasta “trotzkysta” a la política de colaboración de clases de estos dos partidos.
    La política de una corriente revolucionaria es desenmascarar no sólo la traición y los engaños del Psoe e IU sino de estas corrientes que militan apuntalando a estos dos partidos.

    Han surgido corrientes internas sobre todo en Podemos más o menos independientes que se reclaman de la clase obrera o de izquierda es el caso por ejemplo del círculo de enfermeras de Podemos o de Hortaleza de Podemos o el de Ganemos CCOO, sin embargo a pesar de algunas críticas se trata de construcciones que se subordinan al programa, a la salida de estas organizaciones es decir a una salida capitalista contra la indpendencia obrera. Es un camino que llevará a nuevas frustraciones y que no ayudan a organizar a la clase independiente de la burguesía, esto hay que decirlo señalarlo con todo rigor y paciencia proponiendo una salida obrera que ayude a desarrollar las luchas y la organización política indpendiente de los trababajdores. …sigue…..

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  4. …..Continúa….Tanto IU, Podemos Ganemos,etc. son organizaciones contrarrevolucionarias es decir que su principal función es ofrecerse a la burguesía para timonear la crisis, controlando a los trabajadores y sus luchas, es un intento de bloquear el desarrollo político de la clase.
    Para esto no hay que quedarse en el análisis en la crítica hay que proponer una línea de acción, un programa y un método:
    Fuera Rajoy
    Fuera la Troika
    Frente Unico de lucha contra los ajustes
    Etc
    Por una Huelga General, etc.
    Ahora bien las masas en general y los trabajadores siguen con ilusiones una salida electoral, frente a todas las variantes de ofertas de la izquierda reformista no nos podemos hacer los distraídos. A las propuestas de los Podemos, Ganemos IU, etc., sus luchas intestinas de candidatos, sus manipulaciones sus candidatos que no representan las luchas contra el gobierno (salvo el caso de Ada Colau, y no sé si habrá algún otro menos conocido), sus programas de rescate del capital y la UE, debemos tener una propuesta electoral que sea una alternativa obrera independiente y de lucha.
    Debe ser un propuesta de frente único de luchadores y un programa que represente a esas luchas y a la clase obrera. Debemos intervenir en el debate electoral aunque nuestra propuesta no pueda concretarse para ir haciendo una experiencia con el activismo no sólo en la calle.
    Abramos el debate, lancemos una campaña: Por un Frente Electoral de los trabajadores y luchadores con un programa de salida obrera a la crisis.
    Saludos revolucionarios, Raúl



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  5. UN REGIMEN QUE SE CAE Y UNA IZQUIERDA QUE SE NIEGA A TUMBARLO


    El sábado 29 de noviembre se realizó en las principales ciudades de España La Marcha por la Dignidad detrás de las consignas “pan, trabajo, techo y dignidad” que ni se acercó al éxito que tuvo la anterior el 22 de marzo de 2014 (22M), que culminó con una manifestación de todas las columnas que marcharon a Madrid de más de 1 millón de personas.
    Ni antes ni después las distintas organizaciones que convocaron esa formidable movilización supieron darle continuidad, ya que su propuesta central es la salida electoral para resolver los principales problemas que aquejan a las masas, bombardeadas por los recortes de un gobierno que se descompone sin remedio, en un mar de escándalos de corrupción que afecta también a los demás partidos pilares del régimen (IU y PSOE).
    Mientras, las nuevas agrupaciones como Podemos y Ganemos tienden un cordón sanitario para que la situación no se desmadre hacia la irrupción masiva de las protestas, alimentando la ilusión que en un futuro gobierno sin el PP las cosas cambiarán.
    La marcha del 29M pretendió reeditar el éxito de la del 22M y salir del impasse en que estaban sumidas las organizaciones convocantes.
    Otro elemento que jugó en contra de la masividad del 29N fue que ante la adhesión de las centrales obreras mayoritarias CCOO (IU) y UGT (PSOE) los “sindicatos alternativos” (CGT y CNT, anarquistas y el SAT) la rechazaron con el argumento que no podían marchar junto a los traidores, llegando en algunos lugares a llamar al boicot a las marchas, creando un clima de división y confusión que ya había ganado las Asambleas previas a las marchas. Sin embargo estas organizaciones nunca se opusieron a la participación en las Asambleas y en las Marchas de IU y el SAT, que integran el gobierno de los “recortes” como es el caso de Andalucía.
    Otra cuestión son las consignas con las que se convocan a la marcha: “pan, trabajo, techo y dignidad” sin mencionar al gobierno, ni a la troika, el no pago de la deuda, contra los ajustes, etc., ni plantear algún reclamo puntual que oriente la movilización hacia los culpables de la catástrofe social. Es decir un programa tan “amplio” que hasta Rajoy podría apoyar.
    Tampoco al igual que en el 22M hay una propuesta de continuidad a estas movilizaciones ni a la unificación de las luchas de los trabajadores que cubren todo el territorio, contra los despidos, contra los ajustes, contra los desahucios, etc. pero que están dispersas.
    Los organizadores de las Marchas, al igual que las dos principales centrales obreras (CCOO y UGT) se niegan a levantar la consigna de Huelga General que hoy está más al día que nunca. Raúl

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